Desde que Platón escribió sobre la Atlántida, muchos teóricos se han enfrentado con la ciencia para confirmar su existencia. A pesar de que hoy se han descubierto diferentes indicios de que existió, aún queda algo por saber: ¿Cómo se hundió? Y… ¿volverá a ocurrir?

Aquellos que no creen en el relato de Platón, aseguran que su invención tiene como único fin «ambientar» un discurso político ya ensayado.

Para los que están seguros de su existencia mencionan a las diferentes culturas que nombran a mundos perdidos que quedaron destruidos después de una catástrofe.

También se menciona a la dorsal mesoatlántica como un lecho de esta isla, «el camino Bimini» descubierto en 1968 y las alineaciones astrológicas de diferentes construcciones antiguas del mundo.

Este último punto sería el más importante ya que nos mostraría cuando sucedió y la fecha en la que este acontecimiento se repetirá.

La Atlántida: una víctima más de una catástrofe

La Atlántida habría sido víctima de una catástrofe global. Crédito: catastrofesmundiales.com

De acuerdo a lo escrito por Platón, la Atlántida era tan grande como Asia menor y Libia juntas ¿Qué pudo hundir un continente de tal tamaño? Se dice que sus habitantes eran sumamente sabios ¿Cómo no vaticinaron la catástrofe? Solamente hay una respuesta a ello: ocurrió repentinamente, sorprendiendo a una civilización que había entrado en crisis.

Para aquellos que tienen dudas de la Atlántida, se debe saber que no es la única civilización perdida que se nombra; Hiperbórea y Lemuria serían tierras aún más antiguas.

La primera se encontraba al extremo norte de Europa y Groenlandia de acuerdo a los relatos en las Leyendas de la vieja Tule.

Lemuria, por otro lado, era una franja que unía la costa sur oriental de África con Madagascar como una especie de puente. Fue Philip Sclater, geólogo inglés, quien la bautizó debido a la cantidad de lémures que habitan esa región.

Mu, otra civilización ubicada en el océano Pacífico que podría estar relacionada con los mayas, es otra civilización perdida.

El oficial de la Armada Británica en la India, el Coronel James Churchward, fue uno de los grandes difusores de la existencia de Mu después de haber encontrado unas tablas de barro en un templo hindú.

Las tablas mostraban símbolos y figuras similares a los que existen en  la Isla de Pascua y relataba el hundimiento de Mu.

Como Churchward, el arqueólogo francés Augustus Le Plongeon aseguró haber encontrado un manuscrito Maya en la península de Yucatán que habla sobre Mu, sus habitantes y su hundimiento. Información que ya se conocía desde 1864 gracias a Charles-Etienne Brasseur de Bourbourg y el «Codex Troano».

La leyenda de los Hopi y su relación con la Atlántida

Una villa de la Tribu Hopi, quienes podrían guardar relación con la Atlántida. Crédito: The U.S. National Archives / Flickr

La tribu de los Hopi relata una historia sobre una gran civilización que fue destruida por grandes inundaciones y actividad volcánica.

Pero gracias a unos seres llamados «Kachinas», quienes los transportaron en sus «escudos voladores», algunos grupos humanos fueron salvados y llevados a zonas altamente conocidas hoy en día, como el Monte Shasta, el Palenque de Chiapas o el Tiahuanaco del altiplano andino.

Así fue como esta civilización pudo preservarse, viviendo subterráneamente en estas localidades. De esta forma se cree que los «Kachinas» fueron seres de otros mundos que asistieron a los habitantes de la Atlántida durante la inundación.

Esto se sugiere ya que los Hopi mencionan a la gente del «País del Este», como aquellos que fueron salvados por los Kashinas.

Además, que la gente del País del Este eran guerreros y estaban obsesionados con conquistar nuevas tierras. Tal cual Platón describe a los habitantes de la Atlántida.

El «reinicio» de la civilización

La civilización podría haber sufrido una especie de reinicio que obligó a los pocos sobrevivientes a comenzar desde cero. Crédito: codigooculto.com

Es prácticamente un hecho que, de una u otra forma, la civilización prediluviana desarrolló tecnología avanzada que, después de la catástrofe, quedó enterrada para siempre.

Pero si hubieron sobrevivientes de aquella tierra, a pesar de que su tecnología quedarse destruida, sus conocimientos seguirían intactos. En pocas palabras, deberían comenzar desde cero, con los recursos que tuvieran a su alcance.

¿No parece extraño que las civilizaciones antiguas como la maya, sumeria, los Inca o la egipcia tuvieran conocimientos tan desarrollados en astronomía, matemática y arquitectura?

Las grandes construcciones antiguas, como las Pirámides de Egipto o mayas fueron levantadas por personas que tuvieron conocimientos muy avanzados. No solo en sus propias construcciones, sino en el misticismo que las rodean.

¿Se repetirá la tragedia del mundo perdido?

Es posible que la catástrofe que destruyó la Atlántida se repita según varias teorías. Crédito: Stefan Keller / Pixabay

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Graham Hancock, en su libro «Las Huellas de los Dioses», menciona que todas las culturas antiguas tenían grandes conocimientos astronómicos y que estas habían dejado «señales» en todas sus construcciones.

En pocas palabras, todos estos monumentos serían centros sagrados que muestran una «fecha», la cual se remonta al año 10500 a.C. y que podría volver a repetirse cumplido ese «ciclo».

¿Qué sucedió durante ese tiempo? Las hipótesis son varias, pero hay algunas que tienen más aval que las demás.

La primera, un «impacto celestial». Se cree que, hace miles de años, entre Júpiter y Marte existió un planeta del que hoy solo quedan fragmentos vagando por el Sistema Solar, convirtiéndose en el Cinturón de Asteroides.

Durante la carrera espacial, científicos de la Unión Soviética aseguraron que aquel grupo de cuerpos celestes eran los restos de un planeta llamado «Faetón».

Supuestamente, después de su destrucción, dos fragmentos bastante grandes quedaron atrapados en la gravedad terrestre, orbitando con la Luna durante mucho tiempo.

En pocas palabras, la Tierra tuvo tres Lunas hasta que los fragmentos se precipitaron a la Tierra, generando una catástrofe colosal.

Uno de estos habría caído en el Atlántico, alterando la energía de la zona y creando, posiblemente, el Triángulo de las Bermudas.

Imagen referencial del Triángulo de las Bermudas.

El segundo cayó en el océano Pacífico, formando también el Triángulo del Dragón, otra anomalía magnética.

Los cráteres de estos impactos serían la Fosa de Puerto Rico y la Fosa de las Marianas. Ambas con 8.605 y 11.034 metros de profundidad.

La segunda catástrofe contemplada es la de una glaciación. Expertos aseguran que el último período glacial sería el responsable de la desaparición de la Atlántida. Platón ubica el hundimiento de esta Isla hace unos 12.000 años, coincidiendo así con la época en la que Darwin ubicó una extinción masiva debida a una era glacial.

Esta misma también desencadenó actividad volcánica, movimientos telúricos y maremotos en gran parte del mundo.

Y por último, la catástrofe también pudiera haber sido ocasionada por un fenómeno cósmico. Diferentes culturas antiguas hablaban de una especie de ciclo precesional.

Al cumplirse este ciclo, se produciría una especie de alineación con el núcleo galáctico, donde existe una gran radiación que transmuta los mundos hacia una «nueva era».

Este proceso derivaría en grandes alteraciones en el Sol y la Tierra, afectando su equilibrio y las formas de vida que lo habitan.

Otros estudiosos sugieren que esto sucede, realmente, dos veces durante la rueda precesional. En pocas palabras, cada 12.960 años. Una fecha que se acerca mucho al 10.500 a. C.,  la del hundimiento de la Atlántida.

No existe una manera de confirmar la existencia de la Atlántida u otras civilizaciones perdidas, pero los indicios de su existencia son cada vez más visibles, sugiriendo que, realmente, existió una raza previa a la nuestra y que su desgracia podría repetirse.

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