La Antártida sigue siendo un lugar prácticamente inexplorado, o al menos así dice la ciencia; su caótico acceso hace que sea una tierra libre de grandes industrias y civilización en general. Sin embargo, algunos creen que esconde secretos mucho más oscuros de lo que pensamos.
Personajes como el almirante Richard E. Byrd, han descrito una región más allá de lo conocido, en el interior de la Tierra. Mapas antiguos la han reseñado como un lugar verde y lleno de vida y otros detalles más que nos hacen pensar ¿Realmente sabemos lo que ocurre en la Antártida?
La leyenda y la realidad de la Antártida
Existen muchas historias que «contradicen» a la comunidad científica. Por ejemplo, a la expedición alemana a Queen Maud Land, encontró un grupo de colinas bajas y libres de hielo, muy parecida a la región termal de Islandia, a la que llamaron “Nueva Suabia”.
El diplomático chileno Miguel Serrano, dijo los alemanes también encontraron una entrada a la Tierra Hueca y sus ciudades subterráneas. Lugar donde los hiperbóreos se refugiaron del desastre que invirtió los polos.
Ahí se creó una base secreta durante la guerra a donde escapó Hitler en un Vimana para dirigir la “guerra esotérica” hasta la fecha. Serrano lo afirma como un hecho filosófico y presenta un diagrama que mezcla lo físico y mitológico.
Sin embargo, el escritor solo repetía un tema de la literatura neonazi sensacionalista, tal como lo menciona Doland McKale en su estudio “The Hitler Survival Myth“. El escritor explicó que el mito nació en diarios argentinos, cuando miembros nazis desembarcaron en Mar de Plata. De ahí, se extendió a libros, películas, documentales y artículos periodísticos de todo el mundo.
Curiosamente, los mapas de vuelo de Byrd a la Antártida, dejan de lado la ruta de Queen Maud Land. Supuestamente, el almirante se asustó del poder de defensa de las bases después de perder 4 aviones.
Cuentos y mitos
La Antártida también ha sido inspiración para grandes escritores del terror. Historias tan bien redactadas que terminaron convirtiéndose en mitos.
Un ejemplo claro de ello, es Edgar Allan Poe, en su cuento “Found in a Bottle“, cuenta la historia de un naufragio en una región helada, poblada de muertos vivientes que se dirigían al Polo. Aunque su descripción no es del todo correcta, de hecho dejó una nota al final, explicando que años después conoció los mapas de Mercator.
Más tarde, enmendaría su error en “A Descent into the Maelstrom“. Pero su obra más grande sobre la Antártida sería “The Narrative of Arthur Gordon Pym“.
Para la época, la Antártida ya había sido tocada, pero no «descubierta» en el sentido literal. La historia narra el hallazgo de una tierra cálida más allá de los témpanos de hielo. Era habitada por salvajes de dientes negros que asesinan a todos, excepto de Arthur Gordon Pym y del mestizo Dirk Peters. Los nativos de la Tierra Negra tienen un terror supersticioso a todo lo que sea blanco, gritando la famosa frase “Tekeli-li”.
Lo interesante es que Pym descubre un sistema de túneles subterráneos y una escritura antigua. Los pasajes los llevan a descubrir a un hombre mucho más grande que el resto de los humanos, de piel “más blanca que la nieve”.
Claramente, la historia de Poe está inspirada en la teoría de Symmes, pero no fue al único; Julio Verne, en su “Sphinx des Glaces”, también introdujo a Dirk Peters en un viaje a la Antártida para rescatar a Arthur Gordon Pym, quien seguiría vivo, a diferencia de lo contado por Poe.
En el relato de Verne, los nativos desaparecieron tras un terremoto y en su búsqueda, encuentran una Esfinge, idéntica al gigante mencionado por Poe, la cual describe como una «montaña magnética», capaz de atraer objetos hacia ella.
La Tierra Hueca
El heredero de Poe, H. P. Lovecraft, escribió todo un conjunto de historias de corte mitológico sobre los orígenes de la raza humana. Después de su muerte, otros escritores, especialmente August Derleth, desarrollaron su último cuento; «El Mito de Chthulhu». Basado en la “Llamada de Chthulhu”.
Aunque parece una continuación, Lovecraft fue más allá; la mitología que él mismo consideraba “algo más”, fue aceptada como hechos por aficionados al Misterio de Shaver y por ciertos practicantes de magia del Sendero de la Mano Izquierda, liderados por Kennneth Grant.
El mayor relato de Lovecraft, considerado por muchos como el mejor, es “En las montañas de la Locura“, ambientado en la Antártida. Relata un viaje patrocinado por la ficticia Universidad de Miskatonic, donde se descubren a Los Antiguos; seres con cabeza de estrella, cuerpo de tonel y cinco alas que llegaron a la Tierra antes de la vida, cuando los continentes aún no se habían separado.
Estos seres son los creadores de la vida, además de construir una colosal ciudad de obsidiana en la Antártida, la cual es descubierta durante la expedición. El protagonista junto a un compañero la exploran y descubren bajorrelieves que narran la historia de los Antiguos y del planeta, y como estos lo han protegido de otras razas.
Uno de los lugares ficticios de Lovecraft en la Antártida, es la Meseta de Leng. Este lugar es mencionado en “El Sabueso”, justo después de la primera mención del Necronomicon. También es mencionado en «El Culto devorador de cadáveres del inaccesible Leng, en Asia Central». Años más tarde, en “La Búsqueda onírica del desconocido Kedath“, la Meseta de Leng es descrita como un lugar onírico donde el protagonista enfrenta a sumo sacerdote enmascarado.
Este lugar recuerda sumamente a Agartha, descrita por primera vez por Saint-Yves d’Alveydre, divulgada por Ferdynand Ossendowski, en “Beasts, Men and Gods“, y confirmada por René Guénon en “Le Roi du Monde“.
Esta versión tradicionalista de la prehistoria cuenta como el centro espiritual supremo del globo se trasladó ahí desde Hiperbórea.
Los Polos del Mundo
Cabe destacar, que ni la historia misma se pone de acuerdo para contar el canon de la Antártida; algunos aseguran que fue parte de Gondwana, otros, que fue cálida hasta cierto período de tiempo. Por ejemplo, Hapgood en su libro “Evidence of Advanced Civilitation in the Ice Age“, presenta varios mapas antiguos que muestran un conocimiento preciso de tierras no descubiertas hasta la época moderna, incluyendo la Antártida.
Obviamente, todos estos mapas han sido descartados por los historiadores que se rigen por el canon tradicional de la historia. Desprestigiándolos y reduciéndolos a simple mitología.
Curiosamente, la historia siempre ha tenido una narrativa; el Ártico es un lugar cálido, hogar de razas nobles. En cambio, el Antártico evoca historias oscuras y de destrucción, poblado por criaturas peligrosas. Hasta los nazis están relacionados con la región.
Básicamente, el Norte es el polo positivo y el Sur el negativo de la Tierra.
Parece haber, o bien una confusión de lo físico con lo no físico, o pruebas de alguna unidad oculta que la ciencia moderna, ignorante de los caminos de las almas, no comprende.
Una novela ocultista de 1876 llamada Ghostland, menciona al gran espíritu Metrón, ángel tutelar de este planeta. Metrón gobierna:
“La vida eléctrica desarrollada a partir de la acción galvánica de los lodos metálico que se extienden como un gran gigantesco sistema nervioso a través de cada globo; vastos depósitos de fuerza polar generados en el Norte Ártico y el Sur Antártico”.
Se nos dice que dichas regiones forman el cerebro y los pies de la Tierra viviente, pero la estación de Metrón está en las “regiones cerebrales del Norte polar”.
H. P. Blavatsky está de acuerdo con esta premisa. La escritora publicó en su libro “La Doctrina Secreta”, como los primeros atlantes nacieron en Lemuria y rápidamente empezaron a dividirse en los que adoraban al “único espíritu invisible de la naturaleza, el rayo el cual el hombre siente dentro de sí mismo”, y aquellos que adoraban fanáticamente a los Espíritus de la Tierra y los poderes cósmicos antropomórficos con los que hicieron alianza. Fueron los últimos los que vivieron en el Polo Sur.
También explica que las 7 zonas de la Tierra corresponden a los 7 principios del hombre, siendo el Polo Norte el séptimo principio. Por ello, el Polo Sur, aunque no explica cómo, también debe considerarse como parte del cuerpo físico.
Entre los filósofos más recientes con una teoría que concuerda con ésta, se encuentra Schwaller de Lubicz. Él comparó los polos con los principios “activo y pasivo. Norte y Sur”, o masculino y femenino.
Al compararlo con la hipótesis de la Deriva Continental, en la reconstrucción de Gondwana, la Antártida se ubica entre África, la India y el sur de Australia, mientras que los continentes se han alejado, rodeando el Ártico. En cuanto la extrusión y absorción de la Tierra, al menos se puede decir que los mapas antiguos muestran regiones que desparecieron.
La inversión de los polos respecto a los polos celestes plantea interrogantes sobre la polaridad ¿La negatividad de la Antártida deriva de su posición en la Tierra o de su orientación en el espacio?
Miguel Serrano creía que la inversión de los polos durante el cataclismo de Hiperbórea elevó a la Antártida, así, el “último Avatar” se radicaría ahí, en una “Hiperbórea resucitada“.
Civilizaciones extraterrestres
Del continente congelado, incluso, se ha dicho que es el hogar de seres extraterrestres. El mito de la Ciudad Arco Iris es un ejemplo de ello.
Dicho relato nació en el Manuscrito Hefferlin, que circula en privado desde los años 40.
En resumidas cuentas, el manuscrito describe un antiguo centro cultural donde habitan los descendientes de los primeros colonizadores que vinieron del espacio y que hicieron de la Antártida Tropical, la «Madre Tierra del Mundo» hace millones de años.
Supuestamente, existen otras 6 ciudades subterráneas que están inactivas.
Desde leyendas antiguas, hasta mitología fantástica y seres alienígenas. No cabe duda que la Antártida sigue teniendo grandes secretos por resolver.
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