Cuando los marineros holandeses se convirtieron en los primeros europeos que pusieron los ojos en la isla de Pascua en 1722, encontraron dos grupos de figuras que los miraban fijamente.

Una mirada pertenecía a los habitantes polinesios de la isla remota -la Rapa Nui-, pero esta sociedad humana era rivalizada por una asombrosa población de casi 900 estatuas monolíticas.

Estas estatuas, llamadas moai, han sido de largo un misterio para los científicos, pues los primeros europeos que visitaron la Isla de Pascua estimaron la población de Rapa Nui solamente numerada entre 1.500 a 3.000 personas – y el hecho de que muchas estatuas fueron erigidas, nunca ha sido completamente comprendido.

Ahora, un nuevo análisis del potencial agrícola de la isla demuestra cómo la cantidad de población de Rapa Nui pudo haber sido una vez mucho más grande que la poca población que permaneció en el 1700.

«A pesar de su aislamiento casi completo, los habitantes de la Isla de Pascua crearon una complicada estructura social y estas asombrosas obras de arte antes de un cambio dramático», dice el antropólogo Cedric Puleston de la Universidad de California en Davis.

«Parece que la isla podría haber sustentado a 17.500 personas en su apogeo, lo que representa el extremo superior de la gama de estimaciones anteriores».

Puleston y otros investigadores examinaron muestras de suelo alrededor de la Isla de Pascua y tomaron lecturas de seis estaciones meteorológicas localizadas en la isla a lo largo de dos años.

Basándose en el análisis del suelo y las condiciones climáticas locales, el equipo piensa que casi el 20 por ciento de la isla – unas 3.134 hectáreas (12.1 millas cuadradas) – podría haber sido utilizado para el cultivo principal de Rapa Nui, la batata (papa dulce o camote).

Usando modelos y datos de otras comunidades insulares, el equipo obtuvo la estimación – de aproximadamente 3.000 personas en el extremo inferior a más de 29.000 personas en el extremo superior – que supera las estimaciones anteriores de la población desaparecida de la isla.

«El resultado es una amplia gama de posibles tamaños máximos de población, pero para obtener los valores más bajos hay que asumir lo peor de todo», dice Puleston.

«Si comparamos nuestras estimaciones de la agricultura con otras islas polinesias, una población de 17.500 personas en este tamaño de la isla es totalmente razonable».

Por supuesto, vale la pena tener en cuenta que esto es sólo una estimación hipotética de lo grande que la población puede haber sido antes de que los europeos llegaran – no una prueba firme de que los Rapa Nui fueron una vez tantos.

Pero no es el primer estudio que busca medir la sociedad pre-europea de Rapa Nui basada en la evidencia dietética, y grandes estimaciones como ésta podrían ayudar a explicar cómo los inmensos y solemnes moai son tan dispersos y numerosos.

En cuanto a lo que en última instancia sucedió a esta sociedad una vez próspera, nadie lo sabe con seguridad.

Existen varias explicaciones, lo que sugiere que los Rapa Nui agotaron sus recursos con demasiada rapidez o sucumbieron a enfermedades, potencialmente contraídas desde su primera exposición a los europeos.

Todavía no tenemos una respuesta clara sobre eso, pero el legado de piedra asombroso que sobrevive a ellos es un testamento a su civilización única.

«La Isla de Pascua es fascinante porque representa un ejemplo extremo de un experimento natural en la adaptación humana, que comenzó cuando la gente de un solo grupo cultural se extendió rápidamente a través de las islas del Pacífico», dice Puleston.

«Los diferentes ambientes que encontraron en estas islas generaron una enorme cantidad de variación en el comportamiento humano».

Los hallazgos han sido publicados en Frontiers in Ecology and Evolution.