También llamado el “Stonehenge africano”, el Calendario de Adán es la estructura hecha por el hombre más antigua del que se tenga registro. Superando por decenas de miles de años al Stonehenge original y la Gran Pirámide de Giza.
Ubicado En Mpumalanga, Sudáfrica, el Calendario de Adán consta de un círculo de piedra en pie de unos 30 metros de diámetro. Algunos informes sugieren que tiene más de 75.000 años, además de haberse identificado varias alineaciones astronómicas, sugiriendo que se trata del único calendario de piedra megalítico totalmente funcional.
El Calendario de Adán
Existen muchas ruinas de piedra megalíticas en las montañas sudafricanas, pero ninguna tiene la fama del Calendario de Adán.
Conocido por los ancianos locales como “Inzalo y Langa”, o el lugar de nacimiento del Sol, por su traducción, se trata de una de las obras más enigmáticas hasta la fecha.
Fue dada a conocer públicamente en el 2003, por el piloto sudafricano Johan Heine, mientras sobrevolaba los miles de objetos circulares de piedras que se esparcen en las montañas de Mpumalanga.
Heine estuvo 20 años registrando fotográficamente las ruinas y consultando a los expertos sus orígenes. Se le comentó que se trataba de los restos de “ganado kraal”, un recinto de ganado dejado por los bantúes cuando emigraron alrededor del siglo XIV.
Actualmente, esta teoría está casi descartada ya que las estructuras son diferentes a cualquier otro kraal de ganado bantú.
Heine terminó de descubrir el misterioso círculo monolítico cuando uno de sus tripulantes estrelló su avión al borde de un acantilado. El piloto notó una disposición de enormes piedras que sobresalían del suelo junto al lugar del accidente.
Mientras rescataba a su compañero herido, se acercó a los monolitos y se percató que estaban alineados con los puntos cardinales. Así como con los equinoccios y solsticios.
Había al menos 3 monolitos que se alineaban con el amanecer, pero en el lado oeste de los monolitos alineados había un extraño agujero en el suelo. Después de meses de mediciones y observaciones, se llegó a la conclusión de que era un calendario de piedra.
El nombre de Calendario de Adán se debe a que las piedras se colocaron para seguir el movimiento del Sol, el cual proyecta sombras sobre la roca.
Actualmente funciona como calendario, siguiendo la sombra del Sol poniente que proyecta el monolito en el centro sobre las piedras planas a su lado. Esta inmensa obra era, en un principio, una enorme estructura circular de piedra, muy parecido a Stonehenge, con dos piedras verticales en el centro que, se cree, fueron talladas.
El monumento megalítico más antiguo
Su forma original aún se puede apreciar en imágenes satelitales. Las piedras son todas dolomitas, con un peso hasta 5 toneladas cada una y se cree que fueron transportadas desde un sitio distante.
El área que rodea el Calendario de Adán es muy rica en oro, donde hace vida una de las minas en funcionamiento más ricas del mundo; la mina de Sheba.
No solo los ricos arrecifes de oro atrajeron la atención de 1880, sino que las primeras evidencias de civilizaciones ancestrales extrayendo minerales se describieron en los registros de los primeros europeos.
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Los primeros cálculos de la edad del calendario se hicieron basándose en el ascenso de Orión, una constelación conocida por sus 3 estrellas brillantes que forman el “cinturón” del mítico cazador.
La Tierra se tambalea sobre su eje, por lo que las estrellas y constelaciones cambian su ángulo de presentación de forma cíclica. Dicha rotación se le conoce como precesión y completa un ciclo aproximadamente cada 26.000 años.
Al determinar cuándo las 3 estrellas del cinturón de Orión estaban colocadas horizontalmente sobre el propio horizonte, es posible estimar el momento en que las 3 piedras del calendario estaban alineadas con ellas.
Según el investigador y autoridad en el tema, Michael Tellinger, el cálculo realizado por el astrónomo Bill Hollenbach sugirió una edad de, al menos, 75.000 años. Un cálculo adicional realizado en junio del 2009, sugirió que la edad es casi el doble; de al menos 160.000 años. Este se basó también en la erosión de las piedras de dolerita que se encontraron en el lugar.
Algunas piezas de estas piedras marcadoras estaban rotas y yacían en el suelo, por lo que se expusieron a la erosión natural. Cuando se volvieron a unir, el desgaste alcanzaba los 3 centímetros.
El último y más interesante de los hallazgos de círculos de piedra y el Calendario de Adán son las frecuencias de sonido de las formaciones rocosas bajo la superficie. Con tecnología actual, Tellinger y otros expertos pudieron detectar y medir frecuencias de sonido con propiedades acústicas, hechas de la tierra dentro de los círculos que conducen la electricidad.
Estas frecuencias de sonido de tierra bajo las piedras tienen forma de flores de “geometría sagrada” a medida que emergen al suelo.
El Calendario de Adán se ha convertido en uno de los monumentos más importantes de la actualidad, al demostrar que las civilizaciones antiguas tenían un conocimiento astronómico avanzado hace decenas de miles de años en el pasado.
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