¿Cómo se formó la cordillera de los Andes? Ahora un equipo de científicos cree haber descubierto el misterio de su aparición.
Se mire por donde se mire, la cordillera de los Andes es muy, muy grande. A lo largo de unos 8.900 kilómetros por Sudamérica, alcanzan los 7 kilómetros de altura y los 700 kilómetros de anchura.
Pero, ¿cómo creció la cordillera hasta alcanzar esta escala gigantesca? La tectónica de placas -el movimiento de grandes placas de la corteza terrestre a través del planeta- puede crear cordilleras montañosas a medida que las secciones más lentas son empujadas hacia arriba por regiones que se mueven más deprisa.
Aunque el concepto es sencillo en teoría, para los geólogos resulta complicado seguir la velocidad de los movimientos tectónicos en escalas de tiempo inferiores a 10 o 15 millones de años.
Investigadores de la University of Copenhagen utilizaron un método desarrollado recientemente para obtener una visión más detallada del movimiento de la placa sudamericana que formó los Andes. Identificaron una ralentización del 13% en algunas partes de la placa hace entre 10 y 14 millones de años, y del 20% hace entre 5 y 9 millones de años, suficiente para explicar algunas de las características que vemos hoy en día.
Valentina Espinoza, de la University of Copenhagen (Dinamarca), dijo en un comunicado:
“En los periodos anteriores a las dos ralentizaciones, la placa situada inmediatamente al oeste, la placa de Nazca, penetró en las montañas y las comprimió, haciéndolas más altas.
Este resultado podría indicar que parte de la cordillera preexistente actuó como freno tanto de la placa de Nazca como de la sudamericana. Cuando las placas disminuyeron su velocidad, las montañas en cambio se ensancharon”.
Estudiar el desplazamiento de placas
La técnica utilizada en el estudio parte del movimiento absoluto de las placas (APM), el movimiento de las placas en función de puntos fijos de la Tierra. El APM se determina principalmente mediante el estudio de la actividad volcánica en la corteza, donde las estelas de magma indican a los geólogos cómo se han desplazado las placas.
Luego está el movimiento relativo de las placas (RPM), el movimiento de las placas en relación unas con otras. Para calcularlo se utiliza una gama más amplia de indicios, como los datos de magnetización incrustados en el fondo oceánico que indican el movimiento de las rocas, y ofrece datos de mayor resolución (menor escala temporal) que el APM.
Para determinar la velocidad de movimiento de la placa sudamericana, los geólogos utilizaron los datos de alta resolución del RPM para estimar el APM mediante algunos cálculos matemáticos detallados. Al validar los datos previstos con datos geológicos de los que estamos seguros, el método permite a los expertos saber mucho más sobre las interacciones entre placas tectónicas.
Giampiero Iaffaldano geólogo de la University of Copenhagen, dijo en un comunicado:
“Este método puede utilizarse para todas las placas, siempre que se disponga de datos de alta resolución.
Mi esperanza es que estos métodos sirvan para perfeccionar los modelos históricos de las placas tectónicas y mejorar así las posibilidades de reconstruir fenómenos geológicos que siguen sin estar claros para nosotros”.
El equipo también se planteó la cuestión de por qué se produjeron estas dos importantes desaceleraciones. Aunque para nosotros unos pocos millones de años son mucho tiempo, en las escalas geológicas es prácticamente un abrir y cerrar de ojos.
Cambio en el manto terrestre
Una posibilidad es que las corrientes de convección del manto cambiaran, desplazando diferentes densidades de material. También es posible que se produjera un fenómeno llamado delaminación, en el que partes significativas de una placa se hunden en el manto. Ambos fenómenos habrían tenido efectos en cadena que habrían influido en la velocidad de movimiento de la placa.
Se necesitarán más investigaciones y más datos para saberlo con certeza, y el nuevo método de análisis contribuirá a ello. Aunque (quizás) se haya respondido a una pregunta, quedan muchas más por resolver.
Espinoza dijo:
“Si esta explicación es la correcta, nos dice mucho sobre cómo se formó esta enorme cordillera.
Pero todavía hay muchas cosas que no sabemos. ¿Por qué creció tanto? ¿A qué velocidad se formó? ¿Cómo se sostiene? ¿Y acabará derrumbándose?”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Earth and Planetary Science Letters.
Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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