En un reciente estudio, un equipo de investigadores han observado dos exoplanetas muy similares a la Tierra en la zona habitable de sus correspondientes estrellas.
Las observaciones también determinaron que ambos mundos podrían tener una inclinación axial muy estable, lo que podría garantizar un clima estable y similar al de nuestro planeta.
Obviamente, todas estas características en un solo planeta, son muy buenas noticias para los intentos de búsqueda de vida alienígena.
El estudio indica que Kepler-186f, un planeta parecido a la Tierra y ubicado a 500 años luz de distancia, posee demasiadas características para ser considerado habitable. Se encuentra a la distancia adecuada de su estrella, es de estructura rocosa y es aproximadamente 10 por ciento más grande que nuestro propio planeta. También, otro exoplaneta, llamado Kepler-62f y considerado una supertierra que se ubica a 1.200 millones de años luz de distancia, es otro mundo con muchas posibilidades de albergar vida. Así mismo, el estudio indica que las inclinaciones axiales de ambos planetas podrían ser estables durante millones de años, permitiendo que sus condiciones climáticas sean estables.
Gongjie Li, profesora de Georgia Tech y coautor del estudio, dijo en un comunicado:
Nuestro estudio es uno de los primeros en investigar la estabilidad climática de los exoplanetas y se suma a la creciente comprensión de estos mundos cercanos potencialmente habitables”.
Sabemos que el eje de nuestro planeta varía muy poco durante miles de años, y debido a eso tenemos un clima estable. Sin embargo, en Marte las cosas no son tan propicias. Su inclinación, de hasta 60 grados, hace que el clima marciano cambie de forma salvaje. Esto es común en los planetas rocosos, sin embargo en la Tierra las cosas son diferentes, y debemos agradecerle eso a la Luna, que mantiene nuestra inclinación bajo control.
Li agregó:
Parece que ambos exoplanetas son muy diferentes de Marte y la Tierra porque tienen una conexión más débil con sus planetas hermanos. No sabemos si poseen lunas, pero nuestros cálculos muestran que incluso sin satélites, los ejes de giro de Kepler-186f y 62f se habrían mantenido constantes durante decenas de millones de años”.
Nuestro vecino Marte es un ejemplo claro de que estar en una zona habitable no es suficiente para garantizar la vida y condiciones favorables en un planeta. Marte se encuentra en la zona habitable del Sistema Solar, pero debido a su inclinación descontrolada es un desierto helado con una atmósfera muy delgada.
Para que un planeta sea habitable deben existir una serie de factores, y justamente hallazgos como el de estos dos exoplanetas hacen que comprendamos de mejor forma cuáles son las condiciones necesarias para que la vida emerja en un mundo.
Yutong Shan, del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics, dijo en un comunicado:
No creo que comprendamos lo suficiente sobre el origen de la vida para descartar la posibilidad de su presencia en planetas con temporadas irregulares. Incluso en la Tierra, la vida es notablemente diversa y ha demostrado una increíble capacidad de recuperación en entornos extraordinariamente hostiles. Sin embargo, señala, un planeta climáticamente estable podría ser un lugar más cómodo para comenzar”.
El estudio ha sido publicado en la revista Astronomical Journal.
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