Luego de 70 años, algunos de los fragmentos de los rollos del Mar Muerto que dejaron impresionados a los arqueólogos, han sido descifrados.
Ha tomado un año de arduo trabajo por parte de los investigadores de la Universidad de Haifa en Israel, quienes han reunido y descifrado un total de 60 pequeños fragmentos. Algunos de ellos son tan pequeños, que miden menos de un centímetro, y escritos en un código secreto. El análisis del enigmático documento permitió también revelar antiguas tradiciones y festivales de una antigua secta judía, así como la escritura de un segundo escriba que estaba corrigiendo los errores cometidos por un autor anterior.
Los investigadores se refirieron a este logro en un comunicado:
El rollo está escrito en código, pero su contenido real es simple y conocido, y no había ninguna razón para ocultarlo. Esta práctica también se encuentra en muchos lugares fuera de la Tierra de Israel, donde los líderes escriben en código secreto, incluso cuando se discuten asuntos universalmente conocidos, como un reflejo de su estado. La costumbre estaba destinada a mostrar que el autor estaba familiarizado con el código, mientras que otros no. Sin embargo, este desplazamiento actual muestra que el autor cometió una serie de errores.”
Efectivamente, fueron las anotaciones en los márgenes de este segundo escriba lo que les ayudó a descifrarlo.
Los Rollos del Mar Muerto fueron descubiertos entre los años 1940 y 1950 en una serie de 12 cuevas remotas, conocidas como las Cuevas de Qumran, cerca del Mar Muerto en Cisjordania. Están compuestos por más de 900 pergaminos hechos de papiro, piel de animal y cobre. Estos antiguos y valiosos manuscritos documentan las tradiciones, historias y creencias de una antigua secta del desierto de Judea llamada los Esenios hace más de 2,000 años.
El valor de los rollos del Mar Muerto se incalculable, debido a que son una de las copias más antiguas que quedan de la Biblia hebrea, y que datan del siglo IV a.C.; unas verdaderas reliquias. El análisis de los rollos ha revelado muchos conocimientos actuales acerca de la historia del judaísmo y el cristianismo. También ha profundizado nuestra comprensión de la Biblia, ya que son lo más parecido a la encarnación original del texto bíblico.
Otro de los principales descubrimientos de este trabajo reciente es que esta antigua secta siguió un calendario inusual de 364 días.
Según los investigadores:
El calendario lunar, que sigue el judaísmo hasta nuestros días, requiere una gran cantidad de decisiones humanas. Las personas deben mirar las estrellas y la luna e informar sobre sus observaciones, y alguien debe estar facultado para decidir sobre el nuevo mes y la aplicación de los años bisiestos. Por el contrario, el calendario de 364 días fue perfecto. Debido a que este número se puede dividir en cuatro y siete, las ocasiones especiales siempre coinciden en el mismo día. Esto evita la necesidad de decidir, por ejemplo, qué sucede cuando una ocasión en particular cae en el sábado, como sucede a menudo en el calendario lunar”.
El informe de la Universidad de Haifa ha sido publicado AQUÍ.
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