¿Poseían las antiguas civilizaciones conocimientos que la ciencia actual ha perdido? ¿Disponían los antiguos egipcios de tecnologías asombrosas que les permitieron construir las pirámides, tecnologías que de algún modo han caído en el olvido?

Las ruinas de varias civilizaciones antiguas -desde Stonehenge hasta las pirámides- demuestran que utilizaron piedras macizas para construir sus monumentos. Una pregunta básica es ¿por qué? ¿Por qué utilizar piezas de piedra de tamaño y peso tan enormes cuando las mismas estructuras podrían haberse construido con bloques más pequeños y más fáciles de manejar, como los ladrillos y bloques de hormigón que utilizamos hoy en día?

¿Podría ser que los antiguos tuvieran un método para levantar y mover estas enormes piedras -algunas de varias toneladas- que hiciera la tarea tan fácil y manejable como levantar un ladrillo de medio kilo? Algunos investigadores sugieren que los antiguos dominaban el arte de la levitación, a través de la sónica o de algún otro método oscuro, que les permitía desafiar la gravedad y manipular objetos masivos con facilidad.

Pirámides egipcias

Cómo se construyeron las grandes pirámides de Egipto ha sido objeto de debate durante milenios. Lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta cómo se construyeron. Las estimaciones actuales de la ciencia dominante sostienen que se necesitó una mano de obra de 4.000 a 5.000 hombres durante 20 años para construir la Gran Pirámide utilizando cuerdas, poleas, rampas, ingenio y fuerza bruta.

Crédito de imagen: Pixabay (Public domain)

Y es muy posible que así fuera. Pero hay un pasaje intrigante en un texto de historia del historiador árabe del siglo X, Abul Hasan Ali Al-Masudi, conocido como el Heródoto de los árabes. Al-Masudi había recorrido gran parte del mundo conocido en su época, antes de establecerse en Egipto, y había escrito una historia del mundo en 30 volúmenes. También a él le impresionó la magnificencia de las pirámides egipcias y escribió sobre cómo se transportaban sus grandes bloques de piedra.

Primero, decía, se colocaba un “papiro mágico” (papel) bajo la piedra que se iba a trasladar. A continuación, se golpeaba la piedra con una varilla metálica que hacía que levitara y se desplazara por un camino pavimentado con piedras y cercado a ambos lados por postes metálicos. Según Al-Masudi, la piedra recorría un camino de unos 50 metros y luego se posaba en el suelo. El proceso se repetía hasta que los constructores tenían la piedra donde querían.

Teniendo en cuenta que las pirámides ya tenían miles de años cuando Al-Masudi escribió esta explicación, debemos preguntarnos de dónde sacó la información. ¿Formaba parte de una historia oral que se transmitía de generación en generación en Egipto? Los detalles inusuales de la historia plantean esa posibilidad. ¿O se trata simplemente de una historia de fantasía inventada por un escritor de talento que, como muchos de los que se maravillan ante las pirámides hoy en día, llegó a la conclusión de que debían de haberse empleado fuerzas mágicas extraordinarias para construir una estructura tan magnífica?

Si tomamos la historia al pie de la letra, ¿qué tipo de fuerzas de levitación se emplearon? ¿Se produjeron vibraciones al golpear la roca que dieron lugar a una levitación sónica? ¿O la disposición de las piedras y las barras creó una levitación magnética? De ser así, hoy en día desconocemos los fundamentos científicos de ambas hipótesis.

Megalitos asombrosos

Las pirámides egipcias no son las únicas estructuras antiguas construidas con enormes bloques de piedra. Ni mucho menos. Grandes templos y monumentos de todo el mundo contienen componentes de piedra de tamaño increíble, aunque se sabe muy poco sobre sus medios de construcción.

Baalbek

El Templo de Júpiter en Baalbek (Líbano) tiene unos cimientos que contienen los tres bloques de piedra más grandes jamás utilizados en una estructura hecha por el hombre. Se calcula que cada bloque pesa hasta 1.000 toneladas. Ninguna supergrúa existente hoy podría levantar uno, pero están colocados juntos con tal precisión que ni siquiera una aguja podría caber entre ellos. Cerca hay una piedra aún mayor. Conocida como Hajar el Hibla -la Piedra de la Mujer Embarazada- yace abandonada en su cantera, nunca utilizada. Pero el gigantesco bloque rectangular es la mayor pieza de piedra jamás tallada por el hombre, con un increíble peso de 1.200 toneladas. Se calcula que se necesitaría la fuerza de 16.000 hombres para moverlo y representa un desafío formidable para las máquinas y la tecnología del siglo XX.

Templo de Júpiter, Baalbek. Crédito de imagen: archivo / codigooculto.com

Tiahuanaco

En una meseta aislada de Tiahuanaco (Bolivia), a 4.000 metros sobre el nivel del mar, se alza un impresionante monumento llamado Puerta del Sol. Se calcula que pesa unas 10 toneladas y es un misterio cómo ha llegado hasta aquí.

Nan Madol

Nan Madol, a veces llamada “el Machu Pichu del Pacífico”, es una gran ruina en la isla de Pohnpei, capital de los Estados Federados de Micronesia. Esta ciudad perdida, construida alrededor del año 200 a. C., está formada por cientos de troncos de piedra apilados, cada uno de unos 5.4 metros de largo y varios metros de diámetro. Los troncos, apilados como madera de cordero, forman muros de 12 metros de altura y 5.4 metros de grosor. Se calcula que cada tronco pesa unas 2.5 toneladas. Se desconoce cómo se movieron y levantaron hasta su posición.

¿Cuál era el secreto que poseían estas diversas y antiguas culturas para manipular estos grandes bloques de piedra? ¿Un numeroso suministro de mano de obra esclava que ponía al límite el músculo y el ingenio humanos? ¿O había otra forma más misteriosa? Es sorprendente que estas culturas no dejen constancia de cómo se construyeron estas estructuras. Sin embargo, “en casi todas las culturas en las que existen megalitos”, según 432:Cosmic Key:

“También existe la leyenda de que las enormes piedras se movían por medios acústicos, ya fuera mediante hechizos cantados de magos, canciones, golpes con una varita mágica o una vara (para producir resonancia acústica), o mediante trompetas, gongs, liras, platillos o silbatos”.

Coral Castle o Castillo de Coral

Qué lástima que estos secretos de la levitación -si alguna vez existieron- se hayan perdido en la antigüedad o en la lejanía del Himalaya. Parecen ser siempre esquivos para el hombre occidental moderno. ¿O no?

A partir de 1920, Edward Leedskalnin, un inmigrante letón de 1.70 m de altura y 45 kg de peso, comenzó a construir una extraordinaria estructura en Homestead, Florida. A lo largo de 20 años, Leedskalnin construye sin ayuda de nadie una casa a la que originalmente llamó “Rock Gate Park”, pero que desde entonces se ha bautizado como Coral Castle. Trabajando en secreto, a menudo de noche, Leedskalnin fue capaz de extraer, fabricar, transportar y construir los impresionantes edificios y esculturas de su singular casa a partir de grandes bloques de pesada roca de coral.

Edward Leedskalnin en Coral Castle. Crédito de imagen: Pinterest

Se calcula que en la construcción de los muros y torres se emplearon 1.000 toneladas de roca de coral, y que otras 100 toneladas se utilizaron para tallar muebles y objetos de arte:

• Un obelisco que levantó pesa 28 toneladas.
• La muralla que rodea el Castillo de Coral tiene 2.5 metros de altura y está formada por grandes bloques de varias toneladas cada uno.
• Grandes medias lunas de piedra se alzan sobre muros de 6 metros de altura.
• Una puerta giratoria de 9 toneladas que se mueve al tocarla con el dedo vigila el muro oriental.
• Se calcula que la mayor roca de la propiedad pesa 35 toneladas.
• Algunas piedras duplican el peso de los bloques más grandes de la Gran Pirámide de Giza.

Todo esto lo hizo solo y sin maquinaria pesada. Nadie ha sido testigo de cómo Leedskalnin era capaz de mover y levantar objetos tan enormes, aunque se afirma que algunos adolescentes espías le vieron “hacer flotar bloques de coral por el aire como globos de hidrógeno”.

Leedskalnin era muy reservado sobre sus métodos, y sólo dijo en una ocasión:

“He descubierto los secretos de las pirámides. He averiguado cómo los egipcios y los antiguos constructores de Perú, Yucatán y Asia, con sólo herramientas primitivas, levantaban y colocaban en su sitio bloques de piedra que pesaban muchas toneladas”.

Si Leedskalnin había redescubierto realmente los antiguos secretos de la levitación, se los llevó a la tumba.

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