Un equipo de investigadores han sugerido en una reciente investigación que la fría y misteriosa Nube de Oort, ubicada en los confines de nuestro Sistema Solar, podría ocultar un exoplaneta errante.
En 1906, el astrónomo y empresario Percival Lowell se lanzó a la búsqueda del “Planeta X“, un hipotético planeta gigante que orbitaba alrededor del Sol más allá de Neptuno. Lowell estaba convencido de que el Planeta X existía basándose en unas supuestas irregularidades que había observado en las órbitas de Neptuno y Urano. Su creencia condujo finalmente al descubrimiento de Plutón en 1930, aunque los científicos determinaron más tarde que el planeta enano era demasiado pequeño para tener un impacto gravitatorio en la órbita de Neptuno (y mucho menos en la de Urano).
Hoy en día, la hipótesis del Planeta X se considera en gran medida desacreditada. Sin embargo, eso no ha impedido a los astrónomos seguir buscando planetas en los confines del sistema solar. Según un nuevo estudio, podrían estar ahí fuera, pero mucho más lejos de lo que Lowell había previsto.
Un exoplaneta errante se oculta en los confines del Sistema Solar, creen los investigadores
Un equipo internacional de investigadores ha simulado recientemente la inestable mecánica celeste del sistema solar primitivo. Según NASA, existe la posibilidad de que uno o varios cuerpos de tamaño planetario se posaran en la nube de Oort, una vasta colección de objetos helados que se extiende entre unos cientos de miles de millones y varios billones de kilómetros desde el Sol.
El nuevo artículo que describe el trabajo se ha publicado en el servidor de preimpresiones arXiv y aún no ha sido revisado por pares.
Hace aproximadamente 4.500 millones de años, cuando el sistema solar se estaba formando, era un lugar inestable. La gravedad hacía que los restos de la nube de polvo protoplanetaria, que se enfriaba rápidamente, se movieran como bolas de billar cósmicas. Los investigadores calcularon que, en ocasiones, grandes fragmentos de escombros -incluso del tamaño de un planeta- eran lanzados lo suficientemente lejos como para escapar de la gravedad del Sol.
Los científicos han observado estos “planetas rebeldes” (o errantes) vagando por sistemas solares lejanos. Según los investigadores, existe un 0.5% de probabilidades de que uno de estos planetas se haya formado en nuestro sistema y haya acabado en la nube de Oort al alejarse del Sol.
Sin embargo, según los cálculos del equipo, es ligeramente más probable que un planeta rebelde similar a Neptuno, procedente de otro sistema solar, fuera atrapado por la gravedad del Sol y acabara en algún lugar de la nube de Oort. Las probabilidades de que esto ocurra se sitúan en torno al 7% y, de ser así, podría tratarse de un objeto similar al Planeta X, tan buscado por Lowell, aunque aún estaría demasiado lejos para influir en la órbita de Neptuno.
Sin embargo, los investigadores creen que lo más probable es que la nube de Oort esté formada por una colección de objetos helados mucho más pequeños. Sin embargo, dado el tamaño y la distancia de la nube de Oort, es posible que nunca sepamos con certeza qué se esconde ahí fuera.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en el servidor de pre-impresión arXiv.
[H/T: phys.org]
Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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