Y si los extraterrestres observaran la Tierra, a los humanos, animales, plantas y todo lo que hacemos a diario (cada gran o pequeña decisión) que afecta a este mundo… ¿Qué aprenderían? ¿qué pensarían? ¿cómo reaccionarían? En este artículo, el autor Michael Garrett, catedrático de astrofísica Sir Bernard Lovell y Director del Centro de Astrofísica de Jodrell Bank, University of Manchester, brinda datos de un estudio realizado que plantea una posible respuesta.
¿Estamos solos en el universo? Es una pregunta que fascina tanto a los científicos como al público. En el ámbito científico, la atención suele centrarse en nuestra búsqueda de vida en otros lugares. Sin embargo, la idea de que podamos ser observados por una civilización extraterrestre lejana suele quedar confinada al ámbito de la ciencia ficción.
Pero si existen otras civilizaciones tecnológicas, probablemente estén mucho más desarrolladas que nosotros. Al fin y al cabo, acabamos de emerger como una incipiente civilización técnica (industrial) en los últimos 200 años; otras civilizaciones técnicas podrían estar fácilmente 1.000, 10.000 o incluso 100.000 años más avanzadas que nosotros.
Y nadie puede negar que el ritmo de nuestro propio progreso tecnológico se está acelerando, en algunas áreas a un ritmo vertiginoso. Parafraseando la tercera ley del autor de ciencia ficción Arthur C. Clarke, una civilización avanzada nos parecería capaz de hacer magia en cuanto a sus proezas técnicas.
En los últimos años, mis colegas y yo hemos empezado a pensar si una civilización avanzada podría detectar las firmas tecnológicas (“tecno-señales”), como las emisiones de radio, de la Tierra. Y en caso afirmativo, ¿qué podrían detectar?
Nuestro último estudio proporciona una pista
No es la primera vez que se lleva a cabo una investigación de este tipo. Pero hace ya más de 50 años que el tema no se estudia como es debido. Aunque han cambiado muchas cosas desde mediados de los 70, el mayor cambio se ha producido, con diferencia, en las dos últimas décadas, con la llegada de los teléfonos móviles. Estos aparatos y las torres que los conectan han creado una nueva tecnofirma de emisiones radioeléctricas de banda ancha.
Aunque los teléfonos móviles 4G y las torres de transmisión tienen una potencia individual relativamente baja (0.1-200 vatios), son muchísimos: miles de millones de teléfonos y muchos millones de torres. Y la emisión radioeléctrica acumulada de todos ellos empieza a ser bastante significativa. Pero, ¿sería perceptible para una civilización alienígena que nos observara desde lejos? Queríamos averiguarlo.
Resulta bastante difícil encontrar una base de datos pública que enumere la ubicación y las características de transmisión de todas las torres de telefonía móvil del mundo. Pero utilizando la base de datos OpenCellID, con datos obtenidos mediante crowdsourcing, hemos podido construir un modelo sencillo que estima la distribución mundial de las torres de telefonía móvil.
Nuestro modelo es, sin duda, tosco e incompleto, pero es nuestra mejor estimación de la señal tecnológica que las torres de telefonía móvil emiten al espacio.
Dado que la Tierra gira sobre su eje, una civilización avanzada situada en algún lugar de nuestra galaxia mediría la intensidad de las emisiones de radio de las torres de telefonía móvil a medida que las distintas partes de la Tierra giran.
El modelo se complica por el hecho de que la transmisión de las torres de telefonía móvil suele emitirse hacia el horizonte. Esto significa que, en un momento dado, las torres que se ven ponerse o levantarse en el horizonte terrestre son las que más contribuyen a la señal medida.
¿Conclusiones extraterrestres?
Una civilización avanzada que realizara muchas mediciones precisas de estas fugas de radio a lo largo del tiempo probablemente llegaría a la conclusión de que nuestro planeta está cubierto en su mayor parte por agua y separado en varias masas de tierra importantes. Las fugas de radio suelen proceder de las masas de tierra y no del agua.
También podrían deducir que, aunque la mayor parte de las fugas de radio móvil están asociadas a masas de tierra, las torres (y presumiblemente sus usuarios inteligentes) tienden a estar situadas a lo largo de la costa.
También verían que las redes de torres de telefonía móvil están distribuidas de forma bastante equitativa por todo el planeta. Esto difiere de las tradicionales fugas de radio reconocidas hasta ahora como principales tecnofirmas, en particular los radares y los transmisores de televisión.
Nuestras simulaciones muestran que las regiones en desarrollo, como África y Asia, contribuyen de forma significativa a la radiación de fuga móvil de la Tierra. No es de extrañar, dada la importancia de los sistemas móviles en todos los aspectos de la sociedad de los países en desarrollo.
Hemos calculado la potencia emitida desde la Tierra, que es de unos 4 gigavatios (GW) en total en su punto máximo (un GW podría suministrar energía a unos 750.000 hogares durante una hora). Calculamos la transmisión vista desde tres estrellas diferentes de nuestra galaxia: HD 95735, la estrella de Barnard y Alfa Centauri A.
Calculamos que una civilización alienígena cercana a estos lugares necesitaría, sin embargo, telescopios mucho mejores que los nuestros para detectar la fuga de radio móvil de la Tierra. Pero eso sería bastante probable, dado que se espera que la mayoría de las civilizaciones técnicas estén mucho más avanzadas que nosotros.
También hay otros tipos de emisiones que podrían ver, como los sistemas de radar militares y las transmisiones de comunicaciones en el espacio profundo a naves espaciales lejanas, como las sondas espaciales Voyager. Aunque estas señales serían eventos relativamente raros para un extraterrestre observador, tienen la ventaja de ser extremadamente potentes.
Las tecnofirmas de radio son probablemente la característica que define la existencia de nuestra propia civilización, al menos desde la perspectiva de un extraterrestre. Pero una especie extraterrestre también encontraría fugas de radiación en todo el espectro electromagnético (incluida la luz visible).
Si seguimos aumentando nuestro consumo de energía al ritmo actual, el “calor residual” -un producto final inevitable del uso de la energía- también se descargará en el espacio. Allí se manifestaría como un exceso anómalo en longitudes de onda infrarrojas, signo revelador de una civilización técnica activa.
Otras tecno-señales, como los contaminantes industriales de la atmósfera terrestre, también serían perceptibles para los alienígenas equipados con potentes telescopios y sistemas de análisis espectral (que descomponen la luz según la longitud de onda). Una civilización extraterrestre avanzada podría sin duda adivinar nuestra fase particular de industrialización y nuestro consumo de energía.
En la Tierra, utilizamos la Escala de Kardashev para estimar el desarrollo de las civilizaciones alienígenas en función de su consumo de energía: en esa escala apareceríamos como una civilización técnica emergente, aún no en el último peldaño de la escalera.
E incluso si una especie alienígena no detectara todo esto por el momento, podría hacerlo mejor muy pronto. Planeamos ampliar este trabajo para incluir las tecnofirmas de radio tradicionales y otras fuentes emergentes de radiación de fuga de radio, incluidos los sistemas 5G, el wifi, las transmisiones digitales y las comunicaciones del espacio profundo.
Esto también incluiría el capullo de emisión de radio que pronto rodeará la Tierra a medida que el crecimiento de enormes constelaciones de satélites como Starlink y OneWeb proporcionen cobertura wifi global.
Quién sabe, quizá los extraterrestres puedan descifrar la compleja modulación de nuestros sistemas de comunicaciones móviles. En última instancia, a medida que la Tierra se vuelve artificialmente más brillante en todas las longitudes de onda, no se pueden descartar las posibilidades de que nos detecten antes de que nosotros los detectemos a ellos.
Ojo al piojo:
¿Qué aprenderían los extraterrestres al observarnos? Es posible que vean que como especie dominante del planeta no hemos hecho lo suficiente para mantener en orden y limpio nuestro hogar. Si una civilización llevara miles de años observándonos, se darían cuenta del deterioro del mundo, así como del avance de la humanidad, y esto es algo que no va en concordancia. Quizá nos verían como una especie inteligente emergente, pero que no mide sus acciones a la hora de desarrollarse. ¿Nos verían como una amenaza? No lo creo, no seríamos amenaza para ellos; simplemente seríamos como individuos de estudio y para observación pero sin interferir. Es posible que esa sea la razón por la cual no se presentan ante nosotros.
[Autor: Michael Garrett – Fuente: theconversation]
Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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¿Qué aprenderían?
¿Aparte de nuestra maldad, odio, envidia, avaricia, rampante criminalidad, corrupción generalizada tanto en las esferas del gobierno como en corporaciones? Y no hablemos de la política o el deseo de ciertos grupos de dominar el planeta implantando un “nuevo orden mundial”
Creo que seres de otros planetas han hecho contacto desde hace años con personas en altos niveles de diferentes gobiernos en este planeta y han llegado a acuerdos con ellos que han sido mantenidos en secreto y es por eso que muchos gobiernos han negado y continúan negando la existencia de vida extraterrestre a pesar de miles de avistamientos, abducciones y contactos directos a través de muchos años.
Creo que los extraterrestres que han visitado activamente nuestro planeta en el pasado y han prometido regresar en un futuro próximo, algunos de ellos ya están aquí.
Si esos extraterrestres han estado observándonos por largo tiempo (como yo creo), y sus intenciones son buenas, podrían haber hecho contacto hace mucho tiempo y tratar de ayudarnos a evolucionar.
¿Cómo sabemos que ellos no están complacidos de ver nuestro atrasado comportamiento?
¿Han leído Uds. el libro ‘La Granja Humana”de Salvador Freixedo?