Investigadores han hallado un capítulo de la Biblia que se encontraba oculto en un texto de 1.750 años de antigüedad. El texto fue encontrado en un manuscrito de la Biblioteca Vaticana.
Se ha encontrado un nuevo capítulo de la Biblia oculto en una traducción del Evangelio de Mateo de 1.750 años de antigüedad. El capítulo fue hallado por el medievalista Grigory Kessel, que utilizó la fotografía ultravioleta en manuscritos de la Biblioteca Vaticana.
El texto oculto se halló en el marco del proyecto Palimpsestos del Sinaí, cuyo objetivo es recuperar textos borrados y sobreescritos por escribas de los siglos IV al XII de nuestra era. Los manuscritos palimpsestos -en los que el texto anterior ha sido lavado o raspado y luego reutilizado- eran bastante comunes debido a la escasez de materiales de escritura. Sin embargo, el texto de siglos posteriores puede recuperarse iluminando los manuscritos con fluorescencia o diferentes longitudes de onda de luz.
Hallazgo sorprendente
Con estos métodos, los investigadores ya han descifrado hasta ahora un total de 74 manuscritos, pero el último hallazgo es especialmente especial, ya que contiene una traducción un siglo más antigua que las traducciones griegas más antiguas, incluido el Codex Sinaiticus.
Kessel afirma en un comunicado:
“La tradición del cristianismo siríaco conoce varias traducciones del Antiguo y del Nuevo Testamento. Hasta hace poco, sólo se conocían dos manuscritos que contenían la traducción siríaca antigua de los Evangelios”.
La traducción -escrita por primera vez en el siglo III d. C. y copiada en el siglo VI d. C.- aún no se ha publicado en su totalidad, pero ofrece algo más de detalle que la traducción griega del capítulo XII de Mateo. En el versículo 1 de la traducción griega, una frase dice “en aquel tiempo, Jesús pasó por los sembrados en sábado; y a sus discípulos les entró hambre y empezaron a coger espigas y a comer”, mientras que la traducción siríaca descubierta por Kessel termina “empezaron a coger espigas, a frotárselas en las manos y a comerlas”.
Claudia Rapp, directora del Institute for Medieval Research de la Austrian Academy of Sciences, dijo en un comunicado:
“Grigory Kessel ha hecho un gran descubrimiento gracias a su profundo conocimiento de los textos siríacos antiguos y de las características de la escritura.
Este descubrimiento demuestra lo productiva e importante que puede ser la interacción entre las modernas tecnologías digitales y la investigación básica cuando se trata de manuscritos medievales”.
El reciente hallazgo ofrece una “puerta de entrada única” al período más antiguo en la trayectoria de la transmisión literaria de los Evangelios. Además, proporciona nuevas perspectivas sobre las variaciones en la información que se encuentra en las traducciones; según informa Mystery Science.
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