Un científico ha construido, utilizando células humanas, el primer cuerpo modular del que es un “ser vivo” que no está vivo. El extraño desarrollo es como un LEGO de piezas biológicas que se pueden unir entre sí y son impulsadas por la tecnología.
El biólogo Cornelis Vlasman concibe el cuerpo humano como un sistema de LEGO biológico. Y su sistema clicable de órganos humanos intercambiables está cobrando vida… si se está dispuesto a definir la vida de forma bastante laxa. Y si estás dispuesto a suspender un poco la realidad.
En un experimento (ficticio), Vlasman creó OSCAR, un ser vivo y orgánico formado a partir de sus propias células, aunque funciona con ayuda de la tecnología. Y si tener un sistema humano de bolsillo fabricado a partir de material orgánico no fuera lo bastante interesante, OSCAR es totalmente modular -aquí es donde puedes empezar a pensar en mundos como el de LEGO-, con cada pieza intercambiable para crear disposiciones únicas.
Aunque se trata de un experimento de ciencia ficción, podría tener pies (y brazos).
En el vídeo de hace unos años, recientemente recuperado por Andrei Tapalaga de Newsbreak, Vlasman muestra cómo su módulo cerebral, que es un dispositivo totalmente eléctrico, se conecta a su módulo pulmonar. Los dos empiezan a interactuar inmediatamente. Añade un módulo renal y, a continuación, conecta dos módulos de extremidades diferentes que “empiezan a accionar el organismo para que se mueva”. A medida que la materia orgánica empieza a deslizarse por la mesa, uno empieza a preocuparse por lo que OSCAR está tramando, y por lo que es realmente posible en el futuro.
Vlasman afirma que este prototipo, con un torrente sanguíneo y señales nerviosas transmitidas a través de los conectores, hace que el cuerpo humano pase de ser un sistema cerrado a un sistema abierto.
Vlasman dijo:
“Si un órgano enferma, se puede sustituir fácilmente por otro nuevo. El cuerpo modular será alterable y adaptable a todo tipo de situaciones”.
Además sugiere que se podría actualizar el cuerpo con un módulo de extremidad adicional, si se desea.
El experimento demuestra la capacidad de la investigación con células madre para transformarse en tejido humano, al tiempo que pone de relieve la interacción entre la tecnología y el cuerpo humano. Para que OSCAR funcione, se necesita mucho más que células, ya que los módulos del experimento de Vlasman requieren un cerebro eléctrico para funcionar. En lugar de imprimir órganos con el objetivo de obtener copias idénticas para piezas de repuesto, quizá hagamos algo totalmente distinto. Tal vez convirtamos la ciencia ficción en realidad.
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