Un científico de la Universidad Central de Venezuela publicó un estudio donde defiende la hipótesis de Avi Loeb; explicando que la razón por la cual caen muchos meteoritos con metales fabricados en la Tierra es porque los “científicos extraterrestres” están haciendo lo mismo.
B. P. Embaid asegura que los extractos metálicos que están cayendo en la Tierra deberían ser las tecnofirmas que astrónomos de SETI usan para la búsqueda de tecnología alienígena en el espacio.
Fragmentos de naves extraterrestres
Aula magna de ciencias de la Universidad Central de Venezuela. Crédito: Pedro Zuloaga / Pinterest
Embaid cree que la creación de los minerales meteóricos requiere un proceso controlado y avanzado que no se encuentra con facilidad en la naturaleza. Por ello se debe tener la mente abierta ante la posibilidad de que sean tecnofirmas extraterrestres.
El artículo llamado “El rompecabezas de los minerales meteóricos Heideíta y Brezinaíta: ¿son superconductores basados en el hierro?“, se publicó recientemente en arXiv. Aún no ha sido revisado por otros expertos, pero el profesor de investigación en física de la materia condensada y experto en técnicas analíticas de alta precisión para el estudio de minerales, muestras geológicas y aleaciones, aplicó sus técnicas analíticas a 2 meteoritos encontrados en la India en 1852 y en Yemen, en 1980.
Y es que los sulfuros sintetizados que se mencionaron anteriormente no tienen un origen natural terrestre. De hecho, se detectaron como minerales en meteoritos años después. FeTi2S4, como se conoce al Sulfuro Mixto de Hierro y Titanio, se sintetizó por primera vez en 1968 y luego fue detectado como mineral Heideíte en el meteorito Bustee en 1974 y en el meteorito Kaidun en 1995.
Por otro lado, la estructura base Cr3S4 se sintetizó por primera vez en 1957 y luego se detectó como mineral Brezinaíta en 1969, encontrado en el meteorito Tucson.
Ambos minerales fueron creados para ser superconductores, por lo que no existían en la naturaleza terrestre. Para sorpresa de la comunidad científica, astrónomos que estudiaban los meteoritos los encontraron en su interior.
La existencia de estos metales en meteoritos desconcertó al científico venezolano ya que su creación requería procesos complejos.
Embaid sabe que existen procesos naturales desconocidos aún y que alguno de estos podría conducir a la creación de estos minerales.
“Sin embargo, podemos adelantarnos a la posible nueva interpretación en el campo recientemente emergente: Si un mineral se encuentra de forma natural en la Tierra, forma parte de la biosignatura del planeta. Si un mineral o un producto son fabricados, eso lo convierte en parte de nuestra tecnofirma. Dado que la heideíta y la brezinaíta sólo existen en los laboratorios de la Tierra, eso las sitúa en nuestra tecnofirma, y cualquier civilización extraterrestre que busque vida en otras estrellas mediante la búsqueda de tecnofirmas podría captar sus señales”.
Metales fabricados en laboratorios
Es posible que los meteoritos buscados por Avi Loeb sean tecnofirmas extraterrestres. Cortesía: PeakPX.
El científico especula que si la heideíta y la brezinaíta no existen en la naturaleza, es posible que otras civilizaciones también las fabriquen. Entonces ¿Cómo llegaron a los meteoritos?
La respuesta podría ser que se trata de una “tecnología abandonada“. Este término hace referencia a equipo obsoleto que se desecharon después de la construcción de su prototipo.
The Dayly Beast explicó que Embaid usa dicho término para describir los restos de naves espaciales o sondas desaparecidas desde hace tiempo. Por ejemplo, una sonda enviada a otro sistema planetario que se averió en el camino. También podría tratarse de una nave espacial, con tripulación o sin ella, que sufriera el mismo destino y acabara desintegrándose.
Si una tecnología abandonada pasa lo suficientemente cerca o se encontrara en una trayectoria de colisión de la Tierra, podría caer en la superficie como un meteorito.
Esta teoría es muy similar a la compartida por Avi Loeb sobre los objetos interestelares confirmados que cayeron recientemente en los océanos Pacífico y Atlántico.
Loeb ha destinado recursos y esfuerzos a recuperar dichos fragmentos y determinar si son tecnologías abandonadas por otra civilización avanzada. De hecho, este mismo argumento es el utilizado para referirse al enigmático Oumuamua.
Algunos expertos se han posicionado a favor de Embaid. Uno de los más representativos es Jacob Haqq-Misra, astrobiólogo del Blue Marble Space Institute o Sciencie de Seattle.
Por el momento, los teóricos se preguntan si es más complicado encontrar tecnofirmas en un meteorito en el fondo del mar o probar si la heideíta o brezinaíta son metales que solo pueden ser hechos sintéticamente y no de forma natural ¿Podríamos estar a punto de confirmar la existencia de civilizaciones extraterrestres avanzadas?
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