Cada vez descubrimos más evidencias que sugieren que las antiguas civilizaciones dominaron ciertos conocimientos que pueden parecernos avanzados, incluso a nosotros que estamos acostumbrados a usar tecnología a diario. Sin embargo, hallazgos recientes indican que los ancestros eran conscientes de ello, y llegaron incluso a perfeccionar las técnicas de construcción de templos y antiguos artefactos. Un ejemplo de ello es un templo subterráneo que resuena con una frecuencia que “afecta el cerebro”.
Hipogeo de Hal Saflieni, un ejemplo de tecnología antigua
El Hipogeo de Hal Saflieni, en Malta, es el único templo subterráneo prehistórico del mundo que guarda un secreto único: resuena a una frecuencia que tiene un efecto inusual en el cerebro.
La estructura subterránea del Hipogeo, construida hace casi 5.000 años, es uno de los ejemplos mejor conservados de la cultura maltesa de construcción de templos. Sin embargo, la característica que más sorprendió a los científicos fueron las propiedades acústicas únicas que se encuentran en sus espacios subterráneos.
El Hipogeo consta de una serie de cámaras elípticas en tres niveles, a las que se accede por diferentes pasillos. Las salas principales se distinguen por sus cámaras abovedadas y la compleja estructura de falsos compartimentos.
Cámara del Oráculo
Los estudiosos creen que el Hipogeo se utilizó originalmente como santuario, posiblemente para un oráculo. Por ello, se denominó Cámara del Oráculo a una cámara única dentro de la estructura, tallada en piedra caliza maciza y que demuestra unas increíbles propiedades acústicas.
Una palabra pronunciada en la Cámara del Oráculo se amplifica cien veces y se escucha en toda la estructura. Según algunos informes, esto crea la sensación de estar dentro de una campana gigante. A ciertas alturas, el oyente siente la vibración del sonido en los huesos y tejidos con la misma intensidad con la que lo escucha en el oído.
Ya se han estudiado las sorprendentes propiedades acústicas que se manifiestan en la estructura. El compositor maltés Ruben Zara y un equipo de investigación italiano descubrieron que en la Cámara del Oráculo el sonido resuena a una frecuencia de 110 Hz, lo que coincide con los hallazgos en muchas otras cámaras neolíticas del mundo, como la de Newgrange (Irlanda).
El investigador Robert Jahn, de la Universidad de Princeton, cree que la altura exacta de este eco viene determinada por el tamaño de la sala o la calidad de la piedra.
¿Poseían avanzados conocimientos?
Pero la pregunta sigue siendo: ¿fue este efecto intencionado? ¿Estaba el Hipogeo realmente destinado a crearlo? ¿Quizás nuestros antepasados sabían algo que ahora estamos redescubriendo?
Una teoría propuesta por Paolo Debertolis y Niccolò Bisconti, de las universidades de Trieste y Siena respectivamente, es que la sala se construyó para crear una acústica que afectara a la psique de las personas, quizá para potenciar las experiencias místicas durante los rituales. Esta idea ha recibido un importante apoyo en los círculos académicos.
En 2008, Ian Cook, de la Universidad de California en Los Ángeles, y sus colegas llevaron a cabo un experimento en el que se controló la actividad cerebral de varios voluntarios mediante un electroencefalograma afectando a varias frecuencias de resonancia.
Descubrieron que a 110 / 111 Hz, la actividad cerebral en los centros del lenguaje se reduce significativamente, permitiendo que otros procesos cobren mayor protagonismo.
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Afecta la actividad cerebral
Según Paul Devereaux, profesor de arqueoacústica de la Universidad de Cambridge, este tipo de actividad cerebral se asocia a un estado hipnótico de somnolencia, que incluye imágenes mentales vívidas y alucinaciones auditivas. Lo más probable es que este tipo de cambio no se produzca en otras frecuencias.
Esto significa que las personas que participaron en el canto ritual, por ejemplo, en la sala del Hipogeo, pueden haber estado expuestas a vibraciones que afectaron a su actividad cerebral. Según los científicos del comportamiento biológico, este impacto activa un área asociada al estado de ánimo, la empatía y el comportamiento social.
Un equipo multidisciplinar de investigadores ha llevado a cabo recientemente un experimento inusual en el que han colocado micrófonos en la cámara del Oráculo y han utilizado grabadoras digitales para comprobar la respuesta de la cámara a diversas voces e instrumentos musicales sencillos que podrían haber estado presentes en la época en que se utilizó el Hipogeo (4000 – 2500 a. C.).
Los investigadores descubrieron que la voz masculina puede estimular la resonancia de la estructura en dos frecuencias (114 Hz y 68 – 70 Hz). El cuerno y la concha no crean ninguna resonancia, y el tambor de fricción crea una resonancia baja.
Curiosamente, el tambor chamánico, hecho de cuero natural, creó una fuerte estimulación resonante a una frecuencia de 114 Hz, y una voz masculina cantando “oh-oh-oh-oh” (mientras que la voz femenina no produjo tal efecto) evocó una respuesta similar.
A pesar de las investigaciones sobre las inusuales propiedades de la Cámara del Oráculo, no hay menos preguntas. Sin embargo, los científicos están cada vez más cerca de desentrañar los misterios de este antiguo y misterioso lugar.
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