Un enorme y misterioso anillo observado en el espacio profundo no solo ha sorprendido a los observadores, también podría ser algo extremadamente poderoso: una supernova; según refiere una reciente investigación.
El Universo no es un juego caótico de todos contra todos. La mayoría de las estrellas están unidas en galaxias, que están separadas por distancias enormes, casi inimaginables.
El espacio entre las galaxias, el espacio intergaláctico, está escasamente poblado, pero no del todo vacío; allí también se pueden encontrar estrellas solitarias ocasionales.
Por primera vez, los astrónomos creen haber encontrado evidencia de la muerte de una de estas estrellas rebeldes solitarias. No muy lejos de la Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite que orbita con la Vía Láctea, se ha detectado un misterioso anillo y notablemente nítido que emana ondas de radio, suspendido en el espacio y llamado J0624–6948.
Entonces… ¿Qué es este objeto?
Si te suena familiar, hay una razón para ello. Recientemente, los astrónomos han quedado desconcertados por varios misteriosos círculos espaciales emisores de radio, llamados Odd Radio Circles u ORC.
La similitud no pasó desapercibida para el astrónomo Miroslav Filipovic de la University of Western Sydney en Australia.
Filipovic dijo en un comunicado:
“Cuando descubrimos originalmente este objeto de radio casi perfectamente circular, pensamos que era otro ORC. Pero después de nuestras observaciones adicionales, quedó claro que es mucho más probable que este objeto sea otra cosa”.
Los ORC se descubrieron por primera vez utilizando uno de los radiotelescopios más potentes del mundo, el Australian Square Kilometre Array Pathfinder (ASKAP) en Australia. Estos objetos parecían ser enormes y distantes, con varias características definitorias, una de las cuales es una galaxia en el punto muerto.
Los científicos ahora piensan que los ORC son el resultado de un proceso energético en esas galaxias centrales, aunque se desconoce la naturaleza precisa de ese proceso.
De hecho, es probable que los ORC sean en realidad esferas. La razón por la que aparecen como anillos es por la perspectiva; alrededor de los bordes, hay una mayor densidad de emisión a lo largo de nuestra línea de visión.
Sin embargo, existen algunas diferencias clave entre J0624–6948 y los ORC. La falta de una galaxia central obvia en J0624–6948 es grande, pero no decisiva por sí sola. El índice espectral de la emisión de radio es más plano que el de los ORC, y el tamaño aparente de J0624–6948 también es diferente: más grande que los otros ORC.
Filipovic y su equipo consideraron una variedad de posibilidades que podrían dar como resultado un objeto que se parece a sus observaciones. Estos incluyeron un ORC mucho más grande, así como una súper llamarada que se originó en una estrella cerca del centro galáctico, o chorros de un agujero negro supermasivo activo distante.
Posible supernova
Al final, un escenario se destacó como el más consistente con el fenómeno observado.
Filipovic explicó:
“La explicación más plausible es que el objeto es un remanente de supernova intergaláctico debido a una estrella que explotó que residía en las afueras de la Gran Nube de Magallanes que había sufrido una supernova de tipo Ia degenerada única que implica la explosión de dos estrellas que orbitan entre sí. Lo que potencialmente descubrimos es un remanente único de [una] supernova que se ha expandido en un entorno intergaláctico enrarecido, un entorno que no esperábamos encontrar en tal objeto. Nuestras estimaciones apuntan a la edad de aproximadamente 2.200 a 7.100 años”.
Si bien los remanentes de supernova no tienden a ser tan bellamente circulares, no tendría precedentes. Se han documentado un puñado de ejemplos similares, como el impresionante objeto con forma de ojo SN 1987A en la Gran Nube de Magallanes.
Si los científicos tienen razón, J0624–6948 sería el primer remanente de supernova intergaláctica jamás identificado: una esfera de eyección similar a una burbuja que se expande hacia afuera. Según las mediciones del equipo, una asociación con la Gran Nube de Magallanes haría que J0624–6948 tuviera alrededor de 155 años luz de diámetro.
Las observaciones de seguimiento podrían ayudar a resolver las incertidumbres. Además, más observaciones con instrumentos como ASKAP y su homólogo sudafricano MeerKAT podrían ayudar a identificar círculos de radio más peculiares en el cielo.
Encontrar más nos dará una imagen más completa de su rango y diversidad, lo que nos brinda una mejor oportunidad de descubrir qué son.
Filipovic agregó:
“Estos nuevos radiotelescopios pueden captar una variedad de objetos esféricos. Debido a los efectos combinados de alta sensibilidad, buen muestreo espacial y cobertura de área amplia, están enriqueciendo nuestra comprensión del Universo”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
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