Durante siglos se han escrito muchas historias relacionadas con la existencia y desaparición misteriosa de la Atlántida. Por eso se le considera uno de los mitos más difundidos e interesantes de la prehistoria clásica. Según lo indica la leyenda, esta civilización avanzada se hundió bajo las aguas sin dejar rastro alguno.
Desafortunadamente, nunca se pudieron localizar ruinas o restos arqueológicos, que sugieren su posible ubicación en algún lugar del planeta. Aunque diferentes personalidades a lo largo de la historia han publicado sus investigaciones aportando datos interesantes sobre el tema.
Uno de esos personajes fue el famoso escritor griego Platón, quien describió un probable lugar donde habría estado la Atlántida. Pero no fue el único que se atrevió a hacerlo, en épocas recientes otros investigadores también lo han hecho. Por increíble que parezca hay una coincidencia sobre estos posibles lugares, se trata de lo que actualmente es Túnez.
Las pruebas de la existencia de una Atlántida tunecina
El país que hoy día conocemos como Túnez, cuenta con uno de los antecedentes históricos más antiguos de la humanidad. Unas excavaciones arqueológicas realizadas hacia el sur, dieron cuenta que la región estuvo habitada por personas hace 100 mil años.
De allí que Túnez haya sido cuna de algunas de las culturas y civilizaciones más desarrolladas de Europa. Además era reconocida y mencionada tanto por los antiguos escritores griegos como por los egipcios.
Canyons Mides. (WIkimedia Commons)
Incluso el prestigioso filósofo Platón de Grecia, hace 2.400 años llegó a señalar que en la antigua Túnez había un sitio en específico, donde pudo estar asentada la extinta Atlántida. No es un secreto que Platón, se dedicó por muchos años a esa infructuosa búsqueda y las pruebas lo llevaron hasta a esa conclusión.
En particular, Platón se refería a un lugar que por su descripción se corresponde a la actual ciudad de Tozeur, muy cerca de los muchos lagos salados que hay en la región.
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Investigadores modernos coinciden con Platón
Los esfuerzos por tratar de dar con la ubicación de la desaparecida Atlántida han perdurado en el tiempo, involucrando a personas de distintas épocas y nacionalidades. Hay dos personalidades que en la década de 1920, coincidieron con Platón, al mencionar un determinado lugar de Túnez como la locación de la civilización pérdida.
Uno de ellos fue el erudito Albert Herrmann, quien por deducción logró establecer una conexión entre el lago salado Chott el Djerid, con el lago Tritonis mencionado por Platón en sus investigaciones. De acuerdo con varios escritos hechos por los literatos griegos, ubicaban dicho lago en alguna parte del sur del actual Túnez.
Lago Tritonis. Cortesía: arabianstories.com
Por otro lado el doctor Paul Borchardt, un gran estudioso de los años 20s recorrió Túnez impulsado por sus investigaciones para establecer la ubicación de Atlántida. Después de años de recabar información y comparar datos antiguos, concluyó que bajo las arenas de aquel país estaba la civilización pérdida.
En concreto señaló que pudo haberse encontrado en algún punto entre la moderna ciudad de Gabes (Tacapae) y el lago seco de Tritonis o Chott el Djerid. Las raíces de Gabes son muy antiguas, tanto que los antiguos griegos la mencionan por nombre en varias de sus reseñas.
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Los lagos salados de Túnez: un gran enigma
La investigación de Borchardt destaca que el lago seco Hammeina, posiblemente era una ramificación del Chott el Djerid. Esto lo llevó a concluir, por simple deducción que, en alguna ocasión este lago tuvo por nombre “El Lago de los Atlantes” ,al que tiempo después llamaron Tritonis.
(Public domain)
Es interesante señalar que el propio Paul Borchardt encabezó, durante algún tiempo una serie de excavaciones, en los alrededores de los lagos secos de Gabes. Los resultados fueron sorprendentes, pues se encontraron ruinas de una antigua ciudad, así como partes de un sistema de riego. Lamentablemente se vio obligado a suspender las excavaciones.
El cambio en la topografía
Los registros históricos de la región donde actualmente se encuentra Túnez, ha sufrido grandes cambios en su topografía. Así lo señalan varios historiadores, entre los cuales está el griego Diodorus Siculus. De acuerdo con él, un evento de carácter cataclísmico asoló aquella extensa zona del norte de África cerca del año 1250 a. C.
Diodorus Siculus como se muestra en un fresco del siglo XIX. (WIkimedia Commons)
Puede que estos terremotos devastadores, sean los mismos que ocasionaron el colapso durante la llamada “Edad del Bronce“. También se les atribuye ser responsables de la aparición de los muchos lagos salados que ahora están secos, porque la actividad sísmica separó al gran Golfo con el resto del Mediterráneo.
Hasta ahora son solo teorías basadas en muchas coincidencias, pero nada concreto por la falta de pruebas físicas. Lo cierto es que, la Atlántida continúa bajo algún lugar de la tierra, puede que verdaderamente sea en Túnez.
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