En la antigüedad, Alejandría se convirtió en una ciudad muy importante por diversas razones, era una tierra fértil, con muchos habitantes. Por otro lado, durante un largo tiempo fue el destino ideal de millones de turistas. Uno de los motivos que tenían personas de todo el mundo para visitar este lugar era por su gran biblioteca.
Se edifica la más reconocida biblioteca
Quien se encargó de levantar a Alejandría y hacerla próspera, fue su fundador el gran Alejandro Magno, en su honor proviene el nombre de la ciudad. No sólo la convirtió en la primera necrópolis mundial, sino que también puso un gran empeño y se las ingeniaba para tener una economía estable.
Por otro lado, cabe destacar, que muchos turistas venían a este lugar por su gran biblioteca. Según cuenta la historia, durante las batallas de Alejandro Magno sus soldados se encargaban de saquear las bibliotecas de otros lugares. Así fue como llegaron a tener tantos libros de todas partes del mundo.
La biblioteca que atraía eruditos y científicos
Pronto, Alejandría se convirtió en un centro donde personas de distintas culturas acudían para aprender. En aquel tiempo, no todos tenían acceso a los libros, por lo tanto, cualquier estudiante que estaba interesado en la lectura podía dirigirse a la importante ciudad para leer.
¿Qué sucedió con la maravillosa biblioteca?
Aunque por muchos años fue muy próspera e importante, su gran historia llegó a su final. En la actualidad todavía se lamenta la destrucción de la famosa biblioteca, como una de las mayores pérdidas del mundo antiguo.
A pesar de que nunca se ha encontrado ningún rastro de este lugar, se ha comprobado que sí existió por los registros históricos. Realmente hay muchas teorías sobre lo que pasó en la biblioteca, pero ninguna se ha confirmado ni se ha hallado veracidad de los hechos de la lamentable desaparición.
La historia que cuentan los romanos
Es posible que uno de los relatos que más les guste a los oyentes sea el que relatan los historiadores romanos. Esta historia trata sobre unos guerreros romanos que arribaron en las tierras de la gran Alejandría para atacar la ciudad.
Al parecer durante el asedio, intentaron repeler algunos ataques utilizando fuego, y lo único que consiguieron fue destruir completamente la biblioteca. Sin embargo, hay muchas dudas sobre esta historia. Al lado de la librería se encontraba “El museo de Alejandría” y misteriosamente este no fue destruido ni sufrió daño alguno.
Otro detalle que hace que esta teoría sea irreal, es el hecho de que un reconocido geógrafo, Estrabón, habla del museo pero no menciona la biblioteca. Así que es posible que en ese momento ya no existiera.
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La posible teoría que culpa a los cristianos
En el año 391 d. C el emperador Teodosio emitió una orden en la que se prohíben las prácticas paganas. Este mandato produjo que destruyeran el templo de Serapis, y edificaran una iglesia cristiana.
Es cierto que este lugar de adoración no era una biblioteca, pero se dice que al menos tenía el 10% de los libros de la biblioteca. Por lo tanto, en el proceso de destrucción del lugar, se perdieron no solamente libros, sino también documentos importantes de Alejandría. Convirtiendo a los cristianos en culpables.
Sin embargo, en los registros de los historiadores, tampoco se menciona que durante ese tiempo se destruyera alguna biblioteca o parte de ella. Así que nuevamente se pone en duda otra teoría sobre su destrucción.
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Los musulmanes ¿tuvieron algo que ver?
También existe una historia que responsabiliza directamente al califa musulmán llamado Omar, por la desaparición de este importante lugar. El dio la orden al general Amr, de que si los libros que se hallaban en la biblioteca estaban de acuerdo al Corán, no los necesitaban.
Pero si por el contrario, disentían de las enseñanzas del Corán, debían ser destruidos. Pero al igual que las otras teorías, esta también tiene sus contradicciones. Porque esta historia fue escrita por un sirio, y no se sabe si lo hizo solo para perjudicar la imagen de Omar.
Por otro lado, en el relato, no se menciona qué biblioteca atacarían, así que pone en duda que hayan sido los musulmanes quienes tuvieron la culpa. Sacar conclusiones sobre lo que pasó en el lugar ha resultado imposible hasta para los mejores arqueólogos. Todavía sigue siendo un misterio que nadie ha podido descifrar.
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