En el vacío del espacio, en el enorme vacío entre las estrellas pueden esconderse muchos de los más grandes misterios del universo. Recientemente, investigadores han informado del hallazgo de una enorme cavidad vacía, posiblemente una nubes de gas, ubicada en esa remota ubicación.

Puede que no nos lo parezca, pero el espacio entre las estrellas no está completamente vacío. Tenues y no tan tenues nubes de gas y polvo flotan en la oscuridad.

Una región del espacio a unos 700 años luz de distancia es una fascinante excepción. Allí, entre las constelaciones de Perseo y Tauro, los astrónomos han encontrado un gran vacío esférico de más de 500 años luz de diámetro. Alrededor de su perímetro están las nubes moleculares de Perseo y Tauro, densas nubes de gas frío y polvo donde se forman las estrellas.

Perseus-Taurus Supershell

Denominada Per-Tau Shell, parece ser el producto de al menos una explosión de supernova gigante hace millones de años. Es probable que este fenómeno comprimiera y desencadenara la formación de estrellas en las dos nubes moleculares.

Shmuel Bialy, astrofísico teórico del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA), dijo en un comunicado:

“Cientos de estrellas se están formando o ya existen en la superficie de esta burbuja gigante. Tenemos dos teorías: o una supernova estalló en el núcleo de esta burbuja y empujó el gas hacia afuera formando lo que ahora llamamos la ‘Perseus-Taurus Supershell’, o una serie de supernovas que ocurrieron durante millones de años la crearon con el tiempo”.

Mapear cosas en el espacio es una perspectiva complicada. En dos dimensiones, es bastante sencillo, pero la tercera dimensión, la profundidad, requiere un poco más de trabajo. Tenemos varias formas de hacerlo, pero existen lagunas en nuestro conocimiento y persisten muchas incertidumbres.

Vista lateral del caparazón Per-Tau. Cortesía: Shmuel Bialy / Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics

Para explorar las nubes moleculares de Perseo y Tauro, los investigadores utilizaron datos de Gaia, el observatorio satelital de la Agencia Espacial Europea (ESA), que ha estado trabajando desde 2013 para mapear la Vía Láctea en tres dimensiones con el mayor detalle y la mayor precisión posible. Es una de las herramientas más poderosas que tenemos para ayudarnos a comprender la arquitectura y, por lo tanto, la historia de nuestra galaxia natal.

Análisis realizados

Estos datos se analizaron utilizando un software de visualización llamado glue, que permite a los científicos crear visualizaciones interactivas en 3D. A partir de esto, los astrónomos pudieron construir mapas en 3D del gas en estas y otras nubes moleculares, que aparecen en un documento separado.

Catherine Zucker, astrónomo de Harvard-Smithsonian CfA, dijo en un comunicado:

“Hemos podido ver estas nubes durante décadas, pero nunca supimos su verdadera forma, profundidad o grosor. Tampoco estábamos seguros de qué tan lejos estaban las nubes. Ahora sabemos dónde se encuentran con solo un 1 por ciento de incertidumbre, lo que nos permite discernir este vacío entre ellos”.

Según el análisis del equipo de Bialy, el vacío casi esférico es probablemente el resultado de una poderosa explosión de supernova, que envía una onda de choque en todas direcciones hacia el espacio interestelar. A medida que esta onda de choque se expande, empuja y comprime el material en el medio interestelar, barriéndolo para crear una capa esférica.

Cortesía: Shmuel Bialy / Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics

Formación de estrellas

Esto también revela cómo las nubes moleculares pueden desencadenarse en la formación de estrellas, dijeron los científicos.

Zucker dijo en un comunicado:

“Hay muchas teorías diferentes sobre cómo el gas se reorganiza para formar estrellas. Los astrónomos han probado estas ideas teóricas usando simulaciones en el pasado, pero esta es la primera vez que podemos usar vistas 3D reales, no simuladas, para comparar la teoría con la observación y evaluar qué teorías funcionan mejor”.

Se cree que la formación de estrellas ocurre cuando una región más densa en una nube molecular colapsa, girando, bajo su propia gravedad. Cuando la onda de choque de una supernova se expande hacia el espacio que la rodea, puede barrer el gas en el medio interestelar para formar nubes moleculares con regiones densas que luego comienzan a formar estrellas.

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Esto es lo que el equipo cree que sucedió con el Per-Tau Shell. Hace entre 6 y 22 millones de años, sugiere su reconstrucción, múltiples eventos de supernovas excavaron una cavidad en el medio interestelar. Esto creó tanto el caparazón como las nubes moleculares de Perseo y Tauro. Actualmente, la burbuja ya no parece expandirse, ahora sirve como un monumento al círculo cósmico de la vida.

Bialy dijo:

“Esto demuestra que cuando una estrella muere, su supernova genera una cadena de eventos que, en última instancia, pueden conducir al nacimiento de nuevas estrellas”.

Se puede explorar un modelo 3D interactivo del caparazón Per-Tau en el sitio web de Harvard.

Los hallazgos de la investigación han sido publicados en The Astrophysical Journal Letters.

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