Se han revelado por primera vez los diarios privados de Jesse Marcel, un oficial de inteligencia del 509th Bombardment Group en Roswell Army Air Field y que tenía la tarea de investigar el accidente de Roswell de 1947. Estos textos dan cuenta que Marcel habría sido testigo de escombros indestructibles que no eran hechos por humanos, hallados en el lugar del accidente de Roswell.

Era el verano de 1947, EE. UU. estaba en medio de la Guerra Fría, los científicos estaban a punto de descubrir la fisión del plutonio y la estación Grand Central de Nueva York alcanzó un récord de 252.288 pasajeros, pero el evento más memorable puede ser el accidente en Roswell.

La historia de la portada del periódico local informó que el campo del Ejército de Roswell recuperó un platillo volador en un rancho de Nuevo México después de que se esparciera por el terreno material ligero pero fuerte de aspecto metálico.

El Roswell Daily Record informó el el 8 de julio de 1947:

“La oficina de inteligencia del Grupo de Bombardeo 509 en el Campo Aéreo del Ejército de Roswell anunció hoy al mediodía que el campo ha pasado a estar en posesión de un Platillo Volador”.

El Roswell Daily Record informó el incidente ocurrido el 8 de julio de 1947.

La investigación en 1947

La declaración fue dada por Jesse Marcel Sr., quien fue el primero en la escena y dirigió la investigación, que determinó que eran piezas de un vehículo extraterrestre.

Sin embargo, poco después de que el descubrimiento del OVNI apareciera en los titulares, el Departamento de Guerra en Washington DC emitió un comunicado en el que afirmaba que los escombros eran solo restos de un globo meteorológico.

La Fuerza Aérea de EE. UU. declaró que el globo meteorológico era parte del sistema aerotransportado del Proyecto Mogul inventado por la Universidad de Columbia, la Universidad de Nueva York y la Institución Oceanográfica Woods Hole, que fue diseñado para buscar en la atmósfera reverberaciones débiles de explosiones de pruebas nucleares.

Marcel murió el 24 de junio de 1986, pero su historia sigue viva con sus nietos Jesse Marcel III y John Marcel, quienes le dijeron a Daily Mail que su abuelo nunca vaciló ni cambió ningún detalle de lo que vio ese día.

Jesse Marcel Sr. fue el primero en llegar a la escena y dirigió la investigación, que determinó que eran piezas de un vehículo extraterrestre.

Jesse Marcel III dijo en una entrevista:

“Fue hecho para ser el chivo expiatorio. A mi abuelo le ‘ordenaron’ negar lo que realmente había en el lugar del accidente. Era el jefe de inteligencia en Roswell, Nuevo México y siguió sus órdenes. En esencia, él estaba en el corazón de la historia y el corazón de la conspiración o el encubrimiento”.

Nuevas revelaciones

La única evidencia física que queda de este misterio es el diario de Marcel Sr., que se revelará durante la serie de tres partes del History Channel «Roswell: The First Witness» que se transmitió este sábado 12 de diciembre en EE. UU.

El programa sigue la investigación de los niños Marcel, junto con el anfitrión y ex agente de la CIA, Ben Smith.

Jesse dijo:

“Lo interesante es que el diario pasó de las manos del abuelo, a las de nuestro padre y ahora a las nuestras. Dentro hay un montón de divagaciones que realmente no encajan con quién era nuestro abuelo”.

Smith ha visto el diario con mucho detalle, y dijo que muestra un cambio en el estado mental de Marcel Sr.

Smith dijo:

“Hay roturas en el diario que no están claras, pero podría ser un código secreto. Quería determinar la verdad a partir de la ficción y representar lo conocido y lo desconocido. Si no hubiera pensado que no había más en la historia, no habría asumido el proyecto”.

Además, Smith dijo que la investigación tuvo una duración de más de un año.

Representación de un platillo volador caído.

Él y los hijos de Marcel comenzaron a hablar con los contactos cercanos de Marcel Sr. y luego con los familiares sobrevivientes de los residentes locales de Roswell que informaron por primera vez de los restos a las autoridades.

También se utilizaron métodos científicos para investigar el lugar del accidente: Smith empleó tecnología de imágenes multiespectrales para identificar cualquier cuerpo extraño a través de su composición química.

Smith dijo:

“No estoy convencido de que sea un globo. Pero todavía estoy esperando completar mi decisión”.

Jesse cumplió con su deber de seguir la línea publicitaria.

“Era un oficial inteligente y capaz que conocía el valor y la importancia de los secretos. ¿Por qué hizo declaraciones y se aferró a ellas durante tanto tiempo? No crecieron, pero permanecieron igual. Era la misma historia sencilla”.

Los primeros testigos

Los restos fueron descubiertos por primera vez por WW ‘Mac’ Brazel, que estaba llevando a sus ovejas a un arroyo cercano.

El relato de un testigo ocular de Brazel dice que él y un amigo, Will Proctor, vieron «extraños trozos de metal y escombros esparcidos por todo el Rancho Foster».

Jesse dijo en un comunicado:

“Encontraron extraños trozos de papel de aluminio que no se podían cortar, quemar o arrugar y delgadas vigas con símbolos extraños en ellos. El campo de escombros estaba ubicado en medio de la nada. La forma en que lo ubicaron fue un rebaño de ovejas que se negó a cruzar el campo para llegar a una fuente de agua. Incluso los animales tenían un sentido sobre lo que fuera y no querían evitarlo”.

Tras el descubrimiento, llevaron a Marcel para realizar una investigación exhaustiva de los restos.

Marcel, quien jugó un papel clave en el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, completó su entrenamiento en globos meteorológicos y Jesse dijo que ver uno en el campo y no poder identificarlo era «absurdo».

Escombros hallados “no tenían origen humano”

Jesse dijo:

“Había examinado los escombros en el campo y determinó que no fueron hechos por manos humanas”.

Marcel era un fumador en ese momento y sacó un encendedor de su bolsillo en un intento de derretir el metal o calentarlo; según su diario, no logró ninguna de las dos cosas, dijeron sus nietos.

Crédito: Pixabay

Los escombros se recogieron y se llevaron a la base de Roswell, donde Marcel y sus colegas intentaron determinar qué eran las piezas y de qué tipo de material estaban construidas.

Marcel tomó un taladro inmediatamente después de llegar a la base, según Jesse y John, y trató de perforar una de las piezas, pero dijo que las cuchillas se rompieron con el impacto.

Marcel describió a sus nietos las piezas descubiertas en los escombros como ligeras, pero fuertes.

Algunos eran rayos grabados con «escritura alienígena», según Marcel, y los escombros parecían ser piezas de metal y plástico, junto con kilómetros de fibra óptica.

John declaró:

“Dijo que había fibras de vidrio y fibra óptica que podrían haber sido de las computadoras del barco. Cuando mi abuelo llegó a casa con los escombros, nuestro padre miró a través de ellos con una luz brillante y vio una luz violeta en el interior con el símbolo de un sello que balanceaba una bola en su nariz”.

Jesse dijo que su padre le indicó a su abuelo que viniera a ver.

Jesse dijo:

“Mi abuelo dijo podrían ser la primera persona en la Tierra en mirar una escritura alienígena “.

La negación llega

Sin embargo, el informe de la Fuerza Aérea sobre el evento indicó que los escombros eran piezas de los globos, sensores y reflectores de radar del Proyecto Mogal hechos de metal, lo que puede haber contribuido a agregar peso a la teoría de la nave espacial.

El informe de la Fuerza Aérea sobre el evento afirma que los escombros eran piezas de los globos, sensores y reflectores de radar del Proyecto Mogal hechos de metal.

Aunque Marcel Sr. dijo que no vio un ser vivo en el sitio de Roswell, afirmó que hubo varios sitios de accidentes al mismo tiempo donde otros investigadores dijeron que presenciaron algo vivo o que alguna vez estuvo vivo.

Jesse dijo:

“Lo más importante de nuestro abuelo es que esto lo impactó mucho. Sintió que era la persona adecuada que estaba en el lugar correcto en el momento correcto y tuvo mucha suerte de ser esa persona, incluso después de toda la presión. Era el jefe de inteligencia para la programación de bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, por lo que sabía cómo proteger los secretos y fue alguien a quien eligieron para ver el accidente e informar, lo que dice mucho  de él’.

El caso Roswell sigue demostrando ser aún una «caja negra» con muchos aspectos ocultos y que con los años se van revelando uno a uno. Sin embargo, la censura y la negativa de las fuentes «oficiales» siguen dificultando que la verdad completa se conozca.