Cuando uno piensa en estructuras megalíticas, jamás imaginaría en un enorme muro de piedra escondido en el medio de la jungla. Así es el Muro de Kaimanawa, uno de los misterios más grandes de la arqueología.
Compuesta por una serie de bloques megalíticos con esquinas simétricas, el Muro de Kaimanawa se encuentra en las cercanías del extremo sur del Lago Taupo, Nueva Zelanda.
A pesar de que existen muchas teorías acerca de su construcción, la parte superior, la cual es totalmente plana, podría indicarnos que se trata de parte de una antigua pirámide. Muy parecida a las que se encuentran en el Pacífico Sur.
El Muro de Kaimanawa ¿Antigua Pirámide?
Hasta que no se haga una excavación profunda, los expertos y los teóricos no tendrán claro que es lo que esconde el Muro Kaimanawa. Por el momento son muchas hipótesis que han aparecido a lo largo de los años. Sin embargo, nadie sabe por qué se construyó tal estructura de piedra próxima al Lago Taupo.
Muchos arqueólogos aseguran que podría ser parte de una pirámide escalonada o terraplenada. Quizás una plataforma ceremonial como las que se encontraban en la antigua Polinesia.
La historia del Muro de Kaimanawa es algo peculiar. Antes de su hallazgo en los 90, era conocida sencillamente como «El Muro» por los nativos.
Muchos de ellos creían que se trataba de una formación natural. Sin embargo, mientras la deforestación iba creciendo, se iban construyendo carreteras y la presencia de turistas era más frecuente, los bloques de piedra fueron apareciendo más y más.
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Su principal investigador, Barry Brailsford, originario de Christchurch, Nueva Zelanda, ha investigado el muro desde 1996. En su libro «A Hitchhiker’s Guide to Armageddon», menciona qué:
“..los bloques parecen ser un estándar de un punto ocho metros de largo por un punto cinco metros de alto. El bloque de abajo baja directamente a un punto siete metros y más allá. La piedra es la ignimbrita local, una suave piedra volcánica hecha de arena comprimida y ceniza.
El afloramiento más cercano de tal piedra está a cinco kilómetros de distancia. Los bloques corren veinticinco metros en línea recta de este a oeste, y la pared mira hacia el norte. El muro consiste en aproximadamente diez bloques regulares que aparentemente están cortados y encajados sin mortero.”
Su extraña formación
Lo que se ha podido ver hasta el momento es que el muro está coronado por una especie de haya roja de 2.9 metros de circunferencia y más de un metro de humus acumulado.
A simple vista se puede observar que todas las piedras fueron cortadas artificialmente, lo que descarta totalmente la formación natural.
Existe una zona donde se puede insertar un brazo y se puede tocar la cara posterior y la cara del siguiente nivel.
Las piedras son totalmente lisas, suaves al tacto. No hay ninguna marca de corte o algo por el estilo. La unión entre los bloques es tan delgada que no cabe ni la hoja de un cuchillo.
Más arriba de la colina, se pueden observar otras piedras sobresaliendo, lo que sugiere que la estructura es mucho más extensa de lo que se cree y, posiblemente, está enterrada en la montaña misma.
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Los expertos tampoco han conseguido el suficiente material que pueda darles una datación del Muro de Kaimanawa. Sin embargo, hay pequeñas pistas; por ejemplo, se sabe que los Maoríes, que llegaron a Nueva Zelanda hace 700 años, no la construyeron.
En caso de que sea una pirámide ¿Quién construyó una en medio de la selva y para qué? Es uno de los tantos misterios que rodean este colosal descubrimiento. Sin embargo, nos toca esperar para saber los secretos que oculta el Muro de Kaimanawa.
Aunque el audio del siguiente vídeo se encuentra en inglés, usted puede activar los subtítulos en español. En caso desconozca cómo hacerlo, puede consultar esta GUÍA.
Escrito por: Erick Sumoza, redactor de CodigoOculto.com
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