¿El mundo es así precisamente porque nos preguntamos por el motivo de que sea así?
Preguntas similares son las que se plantea el principio antrópico, una corriente de pensamiento que propone que el universo es precisamente como es, porque existen inteligencias observándolo. Coloca así al ser humano en el centro de todo como único ejemplo de vida inteligente conocido.
Pero el ser humano viene haciéndose este tipo de preguntas desde hace tiempo ¿por qué existimos? ¿Hay alguna razón para ello?
Para realizar tales proposiciones… ¿Qué se argumenta? Pues en principio, normalmente se hace mención a la existencia humana indicando que un sinfín de variables parecen estar perfectamente ajustadas para favorecer que, en un momento dado, la vida inteligente pudiera aparecer en el universo. Y es que este ajuste tan preciso hace que algunos pienses que todo podría haber sido diseñado.
Los defensores de esta idea apuntan a que el conjunto de las referidas variables que parecen estar ajustadas de una forma tan increíblemente precisa, es notablemente extenso y abarca diversas áreas. Entre otros muchos ejemplos:
- La constante gravitacional: si fuera más débil, no se hubieran podido formar cuerpos como estrellas y planetas, y si fuera más fuerte, las estrellas se consumirían demasiado rápido.
- La masa de protones y electrones: si fuera diferente, algunos elementos indispensables para que se formara la vida como la conocemos, no se hubieran podido formar.
- El campo magnético de la Tierra: si fuera más débil, dejaría de protegernos de la radiación solar y si fuera más fuerte, se producirían potentes tormentas electromagnéticas que habrían dificultado el desarrollo de la vida.
- La distancia de la Tierra con respecto al Sol: si fuera más cercana, el agua se evaporaría y si fuera más lejana, se congelaría.
Son unos poco ejemplos pero la lista es extensa y como vemos, va desde el tamaño de partículas subatómicas hasta la formación de grandes cuerpos celeste pasando por la disposición de nuestro planeta en el universo y su relación con los demás elementos cercanos.
Pero… ¿es esto un indicio de un posible diseño inteligente o la vida surgió del modo en lo hizo ajuntándose a las condiciones existentes? Esto se relacionaría con la conocida hipótesis del diseño inteligente pero es un tema que tal vez, podríamos abordar en otra ocasión.
Volviendo al principio antrópico, la propuesta tiene algunas variantes. El término fue acuñado por el astrofísico Brandon Carter en oposición al principio copernicano que planteaba lo contrario: que el ser humano no ocupa un lugar de privilegio en el universo. Asimismo, Carter sugirió dos variantes para el principio antrópico.
- En su forma débil se refiere que debería de existir al menos una región en el universo con las condiciones apropiadas para la existencia de los seres humanos.
- Su forma fuerte defiende que forzosamente el universo debe de permitir el desarrollo de vida inteligente.
Más adelante, John Barrow y Frank Tipler realizaron modificaciones sobre estas definiciones y aportaron además una tercera variante a la que llamaron «Principio Antrópico Final» que defendía la idea de que una vez que la vida inteligente aparece en el universo, no puede desaparecer.
Nuestra compañera Sonia Gupta del canal AEnigma explica estas hipótesis con mayor detalle, así como los argumentos de los detractores en el siguiente video:
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