Los grupos de nativos y pueblos indígenas en América del Sur, que se encuentran aislados debido a la cuarentena impuesta por el coronavirus, ahora enfrentan otra amenaza: el hambre.
Aunque algunos pueblos de la Amazonía están tratando de defender a sus comunidades del azote de la pandemia; el aislamiento podría traer como consecuencia otra calamidad.
Los Wayuu son el grupo indígena más grande de Colombia, y hasta antes de la cuarentena recibían apoyo del Gobierno para brindar desayuno en las escuelas; sin embargo ahora la situación de confinamiento los ha privado de esta ayuda.
Para muchos de los habitantes de este poblado, una arepa (pastel de harina de maíz y relleno de carne) sería su única comida en todo el día. Para empeorar la situación, desde que el país entró en cuarentena hace dos semanas, no han recibido ninguno de los productos que se utilizaban para brindar comida a las personas, según refiere Josefa García, administradora de una escuela de la zona.
Lamentablemente, los niños están siendo los más afectados. Muchos de ellos ya han visto morir a sus hermanos debido a la desnutrición en épocas pasadas.
García dijo en declaraciones, según informa el diario The New York Times:
Nuestro temor es que si no morimos del virus, moriremos de hambre”.
Millones de nativos en riesgo
La rápida propagación del coronavirus ha puesto en riesgo a millones de nativos de las regiones amazónicas. Ellos son conscientes de que con tan solo unos pocos casos que se presenten se podría desatar un desastre debido a la ausencia o lejanía de hospitales y el poco o nulo acceso a agua y jabón.
Aunque la preocupación por un contagio es problema permanente, otro problema presente es saber qué comida tendrán en el desayuno, almuerzo o en la noche. Un gran número de pueblos nativos no se encuentran preparados para meses de paralización económica, y los efectos negativos ya están apareciendo.
Adolfo Jusayú, de 55 años, padre de cuatro niños pequeños, dijo en declaraciones:
La poca comida que nos quedaba ya se acabó”.
Hasta ahora, más de una docena de grupos indígenas en el mundo han reportado casos de COVID-19. Entre ellos se encuentran los Yukpa en el norte de Colombia, las Seis Naciones del Territorio del Gran Río en el sureste de Canadá y los Navajo en el suroeste de los EE.UU.
Un nuevo genocidio podría venir
En Brasil, la situación podría salirse de control. Joenia Wapichana, única congresista indígena de ese país, declaró recientemente que la pandemia podría causar «un nuevo genocidio» en las comunidades nativas.
Ante esto, muchos líderes indígenas han tomado algunas medidas de protección, como la construcción de estaciones de lavado de manos, cercando sus tierras y estableciendo patrullas fronterizas. Algunas de las medidas han sido exitosas en el pasado, pero con la coyuntura actual podrían quedar obsoletas.
Nativos de otras localidades, en Ecuador y Brasil, han exigido a las corporaciones petroleras o mineras que paralicen el trabajo en sus regiones, debido al riesgo de contagio por trabajadores externos. Hasta ahora han tenido un éxito limitado.
Lamentablemente en varias comunidades indígenas, próximamente muchos trabajadores externos llegarán, representando un foco de contagio que ha puesto en alerta máxima a los pobladores.
Weildler Guerra Curvelo, antropólogo wayuu y ex gobernador de La Guajira, declaró que su pueblo sobrevivirá, ¿pero qué costo en vidas humanas tendrá que enfrentar esta comunidad y otras?
Fuente: The New York Times
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