El perro Xoloitzcuintle es originario de México y Centroamérica. Es una figura guardiana en la vida y la muerte de culturas prehispánicas.
El perro Xoloitzcuintle tiene más de 7.000 años de antigüedad, es un animal primitivo mexicano. Según leyendas aztecas y de demás mesoamericanos, este canino acompañaba a los difuntos en el Mictlán, o inframundo, para alcanzar el destino final del espíritu humano.
Su nombre es una palabra compuesta de origen náhuatl: Xólotl (extraño, deforme, extraño o esclavo) e itzcuintli (perro). Es un animal inteligente y afectuoso, aunque reservado con extraños. También son excelentes guardianes.
Xoloitzcuintle: orígenes e historia
En la época prehispánica ya habían varias razas de perros en Mesoamérica. Esta raza es considerada como primitiva, creada por la naturaleza y no por el ser humano. Por eso tiene una importancia biológica.
Su apariencia es esbelta y emblemática, con su color oscuro y su falta de pelo. Tiene un cráneo ancho y un hocico alargado. No pueden ladrar pero sí aúllan fuerte. Según datos antropológicos como del Dr. Raúl Valadéz Azua, estos caninos son nativos de México.
Los aborígenes lo consideraban un gran compañero y guardián, y se les daba una importancia religiosa y esotérica. Insólitamente, ellos consumían carne de Xoloitzcuintles durante festividades y en rituales solemnes de ofrendas para los dioses antiguos.
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Casi se extingue con el pasar de los siglos posteriores a la Conquista española, ya que los perros europeos dominaron los hogares (y fueron muy consumidos por los españoles). No obstante, en el siglo XX se promovió el rescate y preservación de su raza.
También ayudó el desarrollo del nacionalismo cultural en el arte mexicano, como sus apariciones en distintivas pinturas de Diego Rivera y Frida Kahlo y en las fotos de Toledo y su Xoloitzcuintle.
Parte de la mitología azteca y mesoamericana
En la mitología azteca, el hermano de Quetzalcóatl era Xólotl, un dios con forma de perro, deidad del ocaso y la transformación. Xólotl fue descrito como un «Venus oculto» durante el día y que batallaría en el Mictlán en el anochecer.
Xólotl creó al Xoloitzcuintle a partir de un trozo del Hueso de la Vida. Fue su regalo para la humanidad. Este dios aseveró que los dueños debían cuidar bien a este perro, ya que les ayudaría cuando murieran.
Sería en el Mictlán, el inframundo azteca, donde el xoloitzcuintle guiaría a las almas para cruzar el río Chiconahuapan. Él los cargaba en su lomo y los colocaba frente a Mictlantecuhtli, dios del averno.
En las sepulturas, estos caninos eran sacrificados y enterrados con sus dueños. En vida tenían un poder esotérico para repeler espíritus malignos, además de que se le atribuyeron poderes curativos para dolencias como dolores de cabeza, el asma, alergias, artritis e insomnio.
El Xoloitzcuintle renació como todo un símbolo de México, siempre lo fue desde la época de los aztecas. Es muy admirable que se haya decidido preservar su raza cuando estaban casi extintos en el siglo XX.
Referencias:
- Gente Nayarit
https://gentenayarit.com/2019/12/05/el-xoloitzcuintle-el-perro-mas-antiguo-del-mundo/ - Xolos Milenarios
https://www.xolosmilenarios.com/la-raza/ - Universidad Humanitas – Artículo de Rita Solis Guadarrama
https://capitel.humanitas.edu.mx/xoloitzcuintle-historia-del-perro-y-joya-azteca/ - EcuRed:
https://www.ecured.cu/Xoloitzcuintle - Infobae:
https://xolostarango.com.mx/notas/
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