Entre 1946 y 1958, el gobierno de EE.UU. probó 67 armas nucleares en las Islas Marshall. Luego de eso, arrojaron los desechos radioactivos de las pruebas a un cráter en una de las islas, colocando una cúpula de concreto de 18 pulgadas de espesor sobre el fango.

Debido a que se suponía que el cráter solo era una solución de almacenamiento temporal, el fondo de la misma no estaba forrado. Esto ha llevado a preocupaciones recientes de que el «ataúd radiactivo» está filtrando desechos tóxicos hacia el Océano Pacífico, un golpe potencialmente devastador tanto para el medio ambiente como para la gente de la región.

Mientras hablaba con estudiantes en Fiji el jueves, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que la presidenta de las Islas Marshall, Hilda Heine, estaba «muy preocupada» por la posibilidad de que se filtren desechos radioactivos desde el ataúd.

Ubicación de las Islas Marshall

Si bien no ofreció ninguna solución específica para lidiar con el cráter lleno de desechos, dijo que «se necesita hacer mucho en relación con las explosiones que tuvieron lugar en la Polinesia Francesa y las Islas Marshall», según informa AFP.

Guterres agregó que «esto está en relación con las consecuencias para la salud, el impacto en las comunidades y otros aspectos».

Esta nueva fuente contaminación se suma a la desaparecida Planta de Energía Nuclear de Fukushima que entró en emergencia luego del fatídico terremoto registrado en Japón en 2011.