Como si se tratara de una película de ciencia ficción, donde un grupo de individuos despiertan luego de milenios de haber estado «congelados», ahora se ha descubierto que varios nematodos que fueron desenterrados del permafrost del noreste de Siberia, han vuelto a la vida y están realizando las mismas actividades que los nematodos normales.
El descubrimiento ha sido realizado por la Russian Academy of Sciences. Los pequeños organismos, también conocidos como lombrices intestinales, realizaron una hazaña asombrosa al «revivir» luego de haber estado congelados desde el Pleistoceno.
El equipo de investigadores de Moscú y Princeton, a cargo del estudio, encontraron un grupo de nematodos en una muestra glacial tomada a 30 metros debajo de la superficie en un depósito de permafrost, cerca de las orillas del río Kolyma.
De acuerdo a la datación por carbono, el suelo y los restos de plantas hallados en la muestra poseen 32.000 años de antigüedad. Además, se obtuvo otro grupo de gusanos a menos profundidad, a 3.5 metros en un depósito cerca del río Alazeya, que tienen una antigüedad de 41.700 años.
También se determinó que no hay forma de que se traten de nematodos modernos, debido a que el suelo de la región solo se descongela a una profundidad aproximada de 80 centímetros por año, y no se ha producido un deshielo de más de 1.5 metros desde hace casi 100.000 años. Debido a esto los gusanos tampoco pudieron haberse infiltrado en el permafrost hace pocos años.
Los investigadores escribieron en la revista Doklady Biological Sciences:
Por lo tanto, nuestros datos demuestran la capacidad de los organismos multicelulares para sobrevivir criobiosis a largo plazo (decenas de miles de años) bajo las condiciones de la crioconservación natural. Es obvio que esta capacidad sugiere que los nematodos del Pleistoceno tienen algunos mecanismos adaptativos que pueden ser de importancia científica y práctica para los campos relacionados de la ciencia, como la criomedicina, la criobiología y la astrobiología”.
Según investigaciones previas, los nematodos, que se agrupan en más de 25.000 especies, pueden soportar condiciones extremas que aniquilarían a otros organismos. Ahora, los investigadores están tratando de determinar cómo varias especies de nematodos del Ártico y la Antártida pueden sobrevivir ciclos de congelación y descongelación. Para realizar esto, se sabe que los gusanos excretan rápidamente el agua de sus células a temperaturas cercanas al punto de congelación, un proceso llamado «deshidratación crioprotectora».
Este proceso de protección evita que los tejidos se destruyan cuando las moléculas de agua en el interior de las células se expanden durante la cristalización y rompen las paredes celulares.
Hasta ahora, no se había podido revivir a especímenes tan antiguos. Anteriores experimentos demostraron que los nematodos podían recuperarse de periodos de congelamiento de hasta 39 años; sin embargo el último hallazgo supera ampliamente esta cifra.
Luego de que los gusanos fueran devueltos a la vida, se colocaron en un cultivo a 20 ° C con agar y bacterias E. coli como alimento.
Un informe publicado por Siberian Times dice:
Después de descongelarse, los nematodos mostraron signos de vida. Comenzaron a moverse y a comer”.
Luego de realizar los exámenes correspondientes, se determinó que los gusanos de Kolyma pertenecen al género Panagrolaimus, y los de Alazeya pertenecen al género Plectus; y como dato adicional, todos los organismos son hembras.
Una publicación de CodigoOculto.com – Autor: Fernando T. – Todos los derechos reservados.
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