Australia acaba de reforzar sus ya sólidas leyes de vacunación, con el propósito de impulsar las tasas de inoculación hasta niveles record en el país. Según declaraciones del MP Dan Tehan, Ministro de Servicios Sociales, desde el 1 de julio, aquellos padres que no vacunen a sus hijos, serán castigados con el retiro de parte de sus pagos de apoyo quincenales.
Quienes reciban pagos referidos a beneficios familiares, que se entregan a familias que ganan aproximadamente US$ 59.100, perderán US$ 21 cada dos semanas por cada uno de los hijos que no se encuentre al día con las vacunas requeridas.
Tehan dijo en un comunicado:
La inmunización es la forma más segura de proteger a los niños contra las enfermedades prevenibles por vacunación. Los padres que no inmunizan a sus hijos ponen en riesgo a sus propios hijos y también a los hijos de otras personas”.
En el mundo existen países más y menos restrictivos con el uso de las vacunas. Por ejemplo, en EE.UU. es obligatorio que los niños reciban un grupo específico de vacunas, caso contrario no se les permite asistir a la escuela.
Sin embargo, no todos obedecen a estas leyes, debido a razones personales, filosóficas y religiosas. Pero el rechazo a las vacunas no es solo un asunto de EE.UU., es un asunto global. En Australia, muchos padres se oponen a vacunar a sus hijos. Debido a este motivo, el gobierno ha impuesto normas más estrictas.
En el año 2015, el gobierno retiró las exenciones religiosas para la vacunación. En respuesta a esto, otros estados australianos impusieron la política «No Jab, No Play», que prohíbe que los niños no vacunados asistan a centros educativos y guarderías. Además, se ha prohibido las exenciones a quienes se oponen a las vacunas por un carácter moral o filosófico.
Luego, en el 2016, Australia impuso la política «No Jab, No Pay», que exige que los padres de niños no vacunados perderán una parte de pagos de beneficios por hijos, que es una cantidad de US$ 544.
Y la política dio resultados, pues las estadísticas indicaron que 246.000 niños más fueron vacunados. Sin embargo, aún existen grupos «anti-vacunas» en diversos estados, quienes han establecido sus propios servicios sociales con el objetivo de poder evadir de forma parcial las leyes vigentes, según informa ABC News.
Según el gobierno australiano, la última política «No Jab, No Pay» busca ser un esquema que represente un recordatorio constante para que los padres se preocupen por la inmunización de sus hijos.
Y ustedes, ¿están a favor o en contra de la vacunación? Por favor, dígannos su opinión y la razón de por qué.
Una publicación de CodigoOculto.com – Autor: Fernando T. – Todos los derechos reservados.
No estoy de acuerdo con la vacunación porque estás élites de control ordenaron mezclarles metales pesados como mercurio para que los niños cuando estén adultos empiecen a ser más dosiles y sufran de enfermedades como el autismo, alzaimer, Parkinson entre otras.
Por los elementos no inocuos agregados, con justificaciones no comprobadas científicamente, que causan muchos mas problemas en varios sujetos vacunados, que ademas, no cumplen con la inoculacion en el tiempo apropiado, de acuerdo al costo-beneficio en salud, y en las supuestas inmunisaciones a alcanzar.
Si deben ponerse las vacunas es una manera de minimizar el contagio de x enfermedad a otras persona
La mafia farmaceútica, el sistema, utiliza mercurio para “conservar” el virus inoculado, como si no hubiera algo más inocuo. Está demostrado que el mercurio provoca dañois cerebrales. Hay multitud de casos documentados de niños que se han desarrollado autismo o se han quedado vegetales tras la administración de aparentemente inofensivas y bienintencionadas vacunas.
Existe un cirujano de EEUU que ha dedicado su vida a retirar implantes de metales pesados del organismo. Podéis encontrar los videos en internet. Al parecer, la tecnología que utilizan las élites para controlar a la raza humana va siglos por delante de nuestra ciencia actual. Estos implantes de metales pesados tienen la capacidad de conectarse al sistema nervioso del “paciente” y de alguna manera influyen en su comportamiento, al retirarlos, los pacientes, aun anestesiados, se levantan de la cama o grítan de dolor.