Un antiguo cementerio ubicado al sur de la Ciudad de México ha sido el lugar donde de un impresionante y a la vez macabro hallazgo. Investigadores descubrieron diez esqueletos humanos dispuestos de costado formando un cículo con los brazos entrelazados.
El entierro tiene una antigüedad de 2.400 años y es la primera vez que ha sido hallado algo como esto; según informa un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
De los 10 esqueletos, dos fueron identificados de género femenino y uno como masculino; los demás aún se encuentran en proceso de estudio. La mayoría corresponden a adolescentes; sin embargo los investigadores también hallaron el esqueleto de un niño de 3 a 5 años, uno de un bebé de aproximadamente un mes de edad y otro de un adulto.
De acuerdo a declaraciones de la INAH, aunque no se ha podido determinar la causa de la muerte la cuidado ubicación en que fueron encontrados correspondería a un misterioso ritual de entierro.
El descubrimiento fue realizado en tierras propiedad de la Universidad Pontificia de México (UPM). Este hallazgo denominado como «la espiral de huesos humanos» es el más inusual que cualquier arqueólogo de la INAH haya podido realizar desde que iniciaron el trabajo de campo hace más de una década, según informa el Instituto.
Los cadáveres habían sido enterrados con cajetes y tecomates (cuencos de barro y ollas de diversos tamaños) y algunos contenían piedras o esferas de cerámica. Algunos de los esqueletos mostraron evidencia de deformación deliberada y ritual de deformación de cráneo y dientes, una práctica generalizada entre varias culturas indígenas, según la BBC.
Los huesos corresponden al período preclásico de México, que es anterior al Imperio azteca. Tlalpan, la antigua aldea asociada con el entierro, parecía existir durante aproximadamente 500 años, según el comunicado.
La arqueóloga del INAH Jimena Rivera Escamilla cree que el descubrimiento llevará a una comprensión más completa de los habitantes indígenas que vivieron en la Cuenca de México durante el período Formativo Medio y Tardío, que corresponde aproximadamente al 700 a.C. y al 200 a.C.
Eso coloca a los esqueletos en una era mucho más temprana que la del Imperio Azteca, una de las civilizaciones precolombinas más conocidas, que no llegaría al poder hasta alrededor del siglo XVI.
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