Un grupo de madereros de The Georgia Kraft Corp se toparon con algo totalmente extraño al cortar la parte superior de un roble castaño.
Al momento de cortar el árbol para cargarlo vieron un perro de caza momificado, «observando» la salida, desde hace 20 años. Lo que queda es un perro momificado, seco y petrificado en una triste y eterna lucha por escapar.
Se estima que, aproximadamente, en el año 1960 el perro, posiblemente persiguiendo una presa, ingreso por un agujero del árbol. Sin embargo, al reducirse el espacio, el perro quedó atrapado. Nunca atrapó a su presa, nunca nadie lo sacó y permaneció inmóvil en su trampa hasta que murió, según informa Bertha Sue Dixon, que dirige un museo llamado Southern Forest World.
Tuvieron que pasar 20 años para que los madereros encontraran el cuerpo momificado del desdichado perro. Ellos decidieron donar el hallazgo al Southern Forest World. Desde ese momento, «Stuckie», como hasido llamado el can, ha sido la atracción del lugar. Los espectadores pueden ver al sabueso a través del cristal en el árbol donde todavía está buscando la libertad que nunca llegará.
¿Cómo se momificó en aquel tronco de árbol?
De acuerdo a la antropóloga biológica de la Universidad de West Florida, Kristina Killgrove, la «tumba» de madera habría contribuido en el proceso de momificación.
Cuando una persona o un animal muere, los microbios existentes en el cuerpo se salen de control y empiezan a reproducirse, en vista de que los procesos biológicos que los mantenían a raya ya no existen.Luego, los microorganismos en el intestino comienzan el proceso de putrefacción.
Sin embargo, esto no le sucedió a Stuckie dentro de su ataúd de roble castaño. Ello se debe a que los robles castaño contienen tanino, que se utiliza para curtir las pieles de animales y evitar la descomposición. El tanino es un «desecante» natural o material que absorbe la humedad y seca su entorno.
También hay que considerar el ambiente de baja en dicha zona, lo cual ayudó a detener la actividad microbiana.
Algo más que ayudó a evitar la descomposición fue la posición y la forma del árbol, y debido a esto el aire pudo soplar hacia arriba, permitiendo que el perro se mantenga como estaba. Esta continuo paso de aire, como un «efecto chimenea» dificultó también que los carroñeros detectaran el olor generado.
Así es como Stuckie permanecerá para la posteridad, presenciando el paso del tiempo, luego de su lenta agonía.
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