Jim Carrey ha afirmado ahora que Donald Trump no es humano, sino que es un «reptiliano que cambia de forma entre la forma humana y reptil» y ha presenciado el cambio de forma del presidente «en la carne, ante mis ojos y en mi opinión, como personal advertencia para mí».

En declaraciones a los simpatizantes de la Signature Gallery de Las Vegas, en la que celebra su primera exposición de arte, «Sunshower», el querido actor cómico dejó caer pistas sobre los temas enterrados en sus cuadros.

«Me interesa lo que hay detrás del velo de la realidad, las verdaderas estructuras de poder que controlan el universo. Ya no me interesa la fachada cotidiana. He puesto todo lo que sé en estas pinturas».

Carrey se reunió por primera vez con Donald Trump en un combate de boxeo celebrado en el Trump Hotel & Casino en Atlantic City a principios de los 90. Siendo un actor de televisión popular en aquel momento, Carrey fue criticado por los asociados de Trump por «no poder entretener»al futuro presidente.

Pero según Carrey, estaba «evitándole como la plaga» porque fue testigo del cambio de forma de Trump cuando llegó al lugar; según informa YourNewsWire.

«Donald Trump tiene una larga cara de reptil, un pico de gran tamaño, y sus escamas son de un color gris desagradable, como el agua de alcantarillado», dijo Carrey.

Explicando que Donald Trump cambió de forma entre este estado y su forma humana «al menos tres veces» mientras le saludaba, Carrey afirma que también vio que Trump cambiaba de forma mientras saludaba a otros invitados de celebridades.

«Sus manos se convirtieron en manos escamosas de reptil mientras gesticulaba al azar objetos adquiridos que él consideraba hermosos o valiosos. Cuando sonrió, sus dientes se convirtieron en dientes de reptil afilados y brillaron como dagas incrustadas en joyas».

«No era sólo yo. No voy a nombrar nombres, pero estos secretos son bien conocidos en ciertos círculos, entre los que conocen.»

Carrey dice que cree que Trump cambió de forma al saludarlo como un espectáculo de fuerza y ​​una advertencia de no meterse con los Illuminati reptil-políticos dominantes de los cuales es un «príncipe de sangre».

El actor en su faceta de artista. Carrey afirma que manifiesta varios secretos en sus obras. Una manera de protestar sin ser callado.

«Esta rama de los Illuminati, la rama más poderosa, provienen de Baviera», dijo Carrey, explicando que «Baviera es la patria ancestral de Trump».

Cuando se le preguntó si tenía pruebas de sus afirmaciones, Carrey dijo a sus partidarios que «observen lo que sucede cuando estos temas se plantean en los medios de comunicación. Los reporteros tratarán de negar que lo dije. Cuando eso no funcione, intentarán destruir mi reputación.»

Carrey también dijo a sus fans y seguidores que «buscaran profundamente» sus obras para «descifrar su verdadero significado».

«Hay algunas cosas que no puedes decir, pero puedes pintar. He puesto todo lo que sé en esas pinturas».

«Es la 1 am, estoy comiendo peces de colores y hablando de reptilianos con nuevos amigos. Nunca me he sentido más en paz», dijo Carrey.

«Te deseo nada más que lo peor». La obra de Jim Carrey contiene «todo» que el actor y el artista conocen acerca de los gobernantes del universo.

He dedicado los últimos cinco años a investigar los esquivos poderes tiránicos que gobiernan nuestro mundo, viajando a más de 80 países, y nunca deja de sorprenderme cuántas personas de estilos de vida muy diferentes me han contado historias sobre ver «gente» que se convierte brevemente en reptiles ante sus propios ojos.

Me han dicho esto por California, en Etiopía y aborígenes australianos, por nombrar sólo algunos. Un taxista danés describió que condujo hace un tiempo a un grupo de invitados VIP en la reunión de Bilderberg 2014 en Copenhague y vio algunas de sus caras volverse reptiles y algunas de sus manos y pies tenían un aspecto reptil.

En Perú, un psíquico respetado me dijo que ve a gente en el poder, como Obama, David Cameron y Hillary Clinton, que se convierten en reptiles cada vez que mira un canal de noticias internacionales.

La clase dominante del mundo tiene un control tiránico sobre los principales medios de comunicación, así como nuestro suministro de alimentos, agua y aire, y están activamente engañando a las masas. Las pruebas contra ellos, antiguos y modernos, son enormes y continúan creciendo.