Un curioso fenómeno ha sido observado en un exoplaneta ubicado a 640 años luz. Su nombre oficial es “Glory” pero se trata de algo similar a un arco iris de forma circular y de tamaño enorme.
El la Tierra el arco iris aparece cuando las longitudes de onda de la luz visible se refractan al atravesar gotas de agua más densas y aire menos denso. En cambio, las luces de las estrellas son el resultado de la difracción, es decir, de la luz que pasa entre aberturas estrechas, como los huecos entre las gotas de agua de las nubes.
Thomas Wilson, astrónomo de la University of Warwick y coautor del nuevo estudio publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, dijo en un comunicado:
“Nunca antes habíamos visto estos coloridos anillos concéntricos en un cuerpo extrasolar. Esta primera gloria exoplanetaria, de confirmarse en futuros estudios, convertiría a WASP-76b en un cuerpo verdaderamente único y nos proporcionaría una magnífica herramienta para comprender las atmósferas de los exoplanetas lejanos y su posible habitabilidad”.
Sol y arco iris
La superficie de WASP-76b, que se descubrió por primera vez en 2013, es cualquier cosa menos sol y arco iris. La superficie del gigante gaseoso es extremadamente caliente, e incluso el lado opuesto al Sol puede alcanzar temperaturas abrasadoras de 2.400 grados Celsius.
De hecho, es tan caliente que todos los días cae hierro fundido del cielo. Este extraño mundo tiene menos masa que Júpiter, pero casi el doble de su tamaño, porque orbita alrededor de su estrella anfitriona doce veces más cerca que Mercurio del Sol, con una intensa radiación que lo hincha como un grano de palomitas de maíz.
Wilson y sus colegas observaron los cambios en la luz cuando el exoplaneta pasó por delante de su estrella durante tres años. Quedaron asombrados por la cantidad de luz que emanaba de la región donde la noche se encuentra con el día.
Wilson agregó:
“Es la primera vez que se detecta un cambio tan brusco en el brillo de un exoplaneta. Este descubrimiento nos lleva a plantear la hipótesis de que este brillo inesperado podría estar causado por un reflejo fuerte, localizado y dependiente de la dirección: el efecto gloria”.
Para confirmar que, efectivamente, estamos ante un efecto de gloria en un exoplaneta lejano, los astrónomos sugieren ahora realizar una investigación de seguimiento utilizando el telescopio espacial James Webb de la NASA para observarlo más de cerca.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en la revista Astronomy & Astrophysics.
Fuente: University of Warwick
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