La espiritualidad actual se basa mucho en la sumisión y aceptación de todo lo que diga una doctrina y en la promesa de la inmortalidad.
La gente devota a una religión, usualmente no se basa en la sabiduría de un místico o religioso. Se deja llevar por un líder religioso con poder moral sobre las masas y eso les da empoderamiento y comodidad por pertenecer a una comunidad. También se unen por la promesa de la inmortalidad. Esto no es una búsqueda genuina del conocimiento espiritual, ya que sólo aceptan todo lo que dicen esos líderes.
Debido a eso, religiones como el cristianismo y el islam fueron fortificándose con el pasar de los siglos. Las personas aceptaron lo que fueron escuchando desde infantes, y muchas veces con amenazas incluidas (como la de ser hereje y morir en la hoguera).
Espiritualidad basada en «endiosar» líderes religiosos
Lo anteriormente expuesto prueba que las personas buscan ser fieles serviles a un maestro. Hasta podrían llegar a desactivar su juicio y estar muy abiertos a toda palabra de los líderes. Esto puede ser peligroso debido a las posibilidades de engaños y de avaricia monetaria que puedan estar llevando a cabo esos presuntos maestros espirituales.
En contraparte, otro místico pudiera estar expresando una sabiduría muy profunda y moralmente valiosa para la sociedad, pero si su mensaje no es tan autoritario y es más bien discreto y humilde, ni tampoco es escuchado con la prepotencia del otro tipo de líder, entonces, es casi seguro que no tendrá tantos seguidores o devotos.
A las personas también les atrae ver a las autoridades religiosas realizar milagros o poseer habilidades paranormales divinas, como la curación de enfermedades. Y si uno no presenta ese tipo de espectáculo, entonces no le rendirán honores, ni lo considerarán un «ungido de Dios». San Juan de la Cruz, por ejemplo, criticó enfocar mucho la fe religiosa en milagros o magia, ya que pueden ser trucos y no ser de origen metafísico.
El miedo a la muerte
Otro aspecto atrayente y popular de las religiones es la promesa de la inmortalidad. La gente tiene un temor a la muerte y lo desconocido luego de ella, así que prefieren una religión que les diga que serán inmortales en un mundo paradisíaco superior al terrestre.
Adicionalmente, la gente se une a las religiones debido a un tribalismo y gregarismo: para pertenecer a una comunidad que les otorga un empoderamiento y comodidad. Para ser sabio, se debe ser prudente y reflexivo, se debe de cuestionar todo, filosofar mucho. No aceptar como la verdad cualquier estamento de un líder religioso con poder.
Esa es una metodología de los Diálogos de Platón: la Perfección se alcanza al enfrentar y comparar diversos puntos de vista, hasta perfeccionarlos. En el Eutifrón o Sobre la Piedad, Sócrates reflexiona y debate las ideas religiosas del sacerdote Eutifrón.
Muchas veces, los líderes religiosos y los devotos critican y atacan a los que llevan ideas nuevas o distintas a lo establecido. Así que, en realidad, ellos no buscan la verdad, sino una comodidad ideológica. Todo esto evidencia que la gente no responde ante una sabiduría espiritual trascendente, sino que responde ante el poder moral de alguien que se haya logrado auto-colocar en un pedestal. El poder triunfa y no la verdad.
LEE MÁS:
- El libro tibetano impreso 40 años antes que la Biblia de Gutenberg
- Sueños precognitivos: los mensajes del espíritu, el mismo Inconsciente Colectivo
- Portales dimensionales: acceso de entidades negativas a nuestro mundo
Por: Erick Nielssen
0 comentarios