Como indican los antiguos textos sumerios, el humano fue hecho a imagen y semejanza de sus creadores, los Anunnaki, sin embargo algo le fue negado, un gen que lo diferenciaría de los dioses.

Los dioses Anunnaki crearon al hombre mezclando ADN de seres originarios de la Tierra, posiblemente primates y el suyo; sin embargo obviaron un rasgo genético: la longevidad.

Esto puede verse no solo en los textos sumerios, la Biblia también menciona que Adán, el primer hombre, nunca debería probar el fruto del Árbol de la Vida, que le aseguraría una vida larga.

Igualmente, esto es representado en la historia sumeria de Adapa, relacionada a la creación perfecta del hombre, por Enki:

La sabiduría que se le había otorgado le aseguró un amplio entendimiento. También se le dio Conocimiento; pero la vida eterna no se le entregó”.

«Vida eterna» negada

Los antiguos textos sumerios indican que los Anunnaki crearon al hombre a su imagen y semejanza, con parte de su ADN.

La historia de Adapa muestra que el supremo creador le dio el don de la sabiduría, pero no le brindó el don de la vida eterna.

De esa forma los dioses negaron al hombre la oportunidad de vivir eternamente, o al menos tener una vida larga. ¿Pero cómo explicar la «inmortalidad» de los dioses?

Un ejemplo sencillo y que hasta puede resultar absurdo para algunos, puede explicar esto:

Si una mosca pudiera razonar sobre su vida en comparación con la de los humanos, posiblemente pensaría: «Este hombre es inmortal, mientras yo he vivido, él no ha envejecido en absoluto. Este hombre y sus antepasados son inmortales».

La «inmortalidad» del hombre, según la mosca no es más que una diferencia de ciclos de vida. En este punto se debe recalcar que el ciclo de vida de los Anunnaki se rige al ciclo orbital de su planeta, Nibiru, que sería de 3.600 años.

Si un hombre ha vivido 20 años, un Anunnaki habría pasado 180 generaciones de descendientes del mismo hombre, lo que hace verlo como un «inmortal», pero que en realidad solo es alguien bastante longevo.

¿Por qué nos lo negaron?

Aunque los dioses negaron el gen de la longevidad a los humanos, la inteligencia sí le fue otorgada.

El primer hombre junto a Ninti. Los antiguos textos sumerios relatan que los dioses Anunnaki crearon al primer hombre.

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Esto deja ver que dos rasgos genéticos, la longevidad y la inteligencia, podían ser entregados al hombre, o no, por quienes experimentaron genéticamente en el remoto pasado. Sin embargo, uno de esos genes no fue activado.

La ciencia ha demostrado que todas las criaturas poseen un reloj biológico, que forma parte de sus genes y que define el ciclo de vida de cada especie.

Es posible que algún día la tecnología, al mismo nivel que el «conocimiento de los dioses», pueda descubrir cuál gen es el que otorga longevidad.

Posiblemente Enki tenía conocimiento de esto, y por tal motivo al perfeccionar a Adán, otorgando capacidad para reproducirse e inteligencia, no otorgó o no activó el gen Anunnaki de la longevidad. ¿Lo hizo por algún motivo en especial? Quizá ya hayamos notado la razón.

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