“Las ruinas de que está sembrado el suelo americano y muchas islas adyacentes a la India occidental fueron obra de los sumergidos atlantes. Así como los hierofantes del continente antiguo podían comunicarse submarinamente con el nuevo, así también los magos atlantes dispusieron de análogas comunicaciones”. Isis Sin Velo. Helena Petrovna Blavatsky.
Hoy vamos ahondar en una de las figuras, quizás más importante del mundo oculto, la fascinante esoterista rusa, Helena Petrovna Blavtasky, fundadora de la legendaria Sociedad Teosófica. Por supuesto que abordar su vida llevaría muchos capítulos, y tiempo considerable. Es por eso que en esta oportunidad elegimos centrar nuestra mirada en tierras sudamericanas, que al parecer Blavatsky visitara a mediados del siglo XIX, en búsquedas de antiguos secretos. Esta es su historia.
Helena Petrovna Blavatasky – La Pitonisa Rusa
“H.P.B. era una guerrera, no una sacerdotisa, era una profetisa más que una vidente; ella era, más allá de eso, muchas cosas que usted no esperaría, como un instrumento para traer de vuelta el conocimiento de lo mucho que había más sagrado y sabio en la antigüedad. Ella era verdaderamente como el símbolo vivo de la aparente insensatez de este mundo, por el cual la sabiduría es pronunciada. En esta vida, estoy convencido, nunca sentiré nuevamente tanta consideración por alguien como por ella; solamente ella me dio un sentimiento de estar en contacto con alguien colosal, titánico, a veces casi cósmico. Algunas veces me he preguntado si ese extraño ser de hecho pertenecía a nuestra humanidad – con todo ella era tan humana, tan cautivante. ¿Habría ella huido de algún otro planeta, por así decir? ¿Será que ella normalmente pertenecía a la evolución de ellos? ¿Quién sabe? Para todas esas cuestiones, ninguno de nosotros que la conoció y la amó puede dar alguna respuesta segura; ella permanece como nuestra esfinge, nuestro misterio, nuestra eternamente amada Vieja Señora”. (Mead, 19)
Aún recuerdo cuando por primera vez me topé con Blavatsky, mediados de los años ochenta, a través de uno de sus tomos fundacionales, La Doctrina Secreta, iniciando desde entonces una atracción fatal y casi devocional, que en mi caso aún continúa vigente.
Décadas más tarde abordaría su legado, en uno de mis primeros trabajos, «Sociedad Teosófica. Culto a los Mahatmas», pequeño monográfico, donde intenté mi primer acercamiento serio hacia su obra.
Ya desde aquella osadía a través de la escritura, comprendí, hablar o escribir acerca de Blavatsky, no resultaba tarea fácil, por la complejidad del personaje, cuyo entendimiento, descubriría luego, me acompañaría de por vida.
No por algo Blavatsky era apodada, «sacerdotisa de lo oculto, o la esfinge teosófica». Su biografía parecía resistir los escrutinios más obsesivos, desconcertando a críticos, y seguidores por igual, clamando por una pregunta que a todos perseguía ¿Quién era Blavatsky, y cuál era la fuente de su inmensa sabiduría? Buscando responder estos argumentos, abreviemos algunos aspectos de su increíble vida.
La fundadora de la Sociedad Teosófica, Helena Petrovna von Hahn nació un prematuro 31 de Julio de 1831, (aunque el calendario moderno posterior al Juliano, señalaría 12 de Agosto como fecha real), en la ciudad ucraniana de Ekaterisnolav, por entonces parte del imperio ruso.
Su familia era de estirpe aristocrática. Su padre fue el coronel Peter Von Hahn, descendiente de los viejos cruzados alemanes de Mecklenburg (Von Hahn). Su madre fue la Helena Andreyevna Fadeyev, quién durante su corta vida (ya que fallecería a los 28 años de edad), alcanzó cierta reputación como novelista con el seudónimo de Zenaida R-va, y siendo considerada por sus méritos, como la George Sand de su país, además de traducir al ruso, el trabajo del escritor británico Edward Bulwer Lytton. Luego del parto su madre contrajo cólera, aunque logró sobrevivir. Pero el nacimiento de Helena Petrovna von Hahn estuvo precedido desde sus inicios, por otros hechos asombrosos, según rememora el gran teosofista español Mario Roso de Luna en sus memorias sobre la gran maestra rusa, «Una Mártir del siglo XIX – Helena Petrovna Blavatsky», haciendo alusión a su bautismo.
Estaba a punto de terminar la ceremonia. Los padrinos pronunciaban la renuncia a Satán y sus obras, que en la Iglesia ortodoxa va acompañada de tres salivazos contra el invisible enemigo. En aquel momento la chiquilla, jugando en el suelo con el cirio encendido, prendió fuego inadvertidamente a los largos y flotantes hábitos del sacerdote, sin que nadie reparara en el incidente hasta que ya fue demasiado tarde. Propagóse el fuego y resultaron varias personas, entre ellas el sacerdote, con varias quemaduras. Cabe aclarar que HPB no sufrió daño alguno, siendo este considerado un presagio funesto y motivo de sobrenombre para la niña, ya que no se tuvo mejor idea que proclamársela, ‘la concubina de Satán'”.
Su hermana Vera Petrovna Zhelikhovsky, quién escribiría una de las biografías más requeridas por los estudiosos, «La Verdad acerca de Madame Blavatsky», legó algunas semblanzas interesantes sobre la explosiva personalidad de Helena.
Era exclusivista, caprichosa, original, y a veces osada hasta la temeridad y la violencia, todos los maestros habían agotado su paciencia en Helena, quien jamás se avenía a horas fijas para sus lecciones, asombrándolos sin embargo, por su viva inteligencia, especialmente en lo relativo a la música y a los idiomas extranjeros”.
Hay que entender debido a los altos cargos disfrutados por su progenitor, Helena, desde joven cambió a menudo de residencia, y su educación sufrió sobresaltos.
Sin embargo se sabe gozó de privilegios como miembro de la nobleza, adquiriendo nociones en música, especialmente revelándose como pianista destacada, y también de baile clásico. Más tarde incluso siguiendo los pasos de su madre Helena se convertiría en una cuentista destacada, conocida con el apodo de Radda-Bai.
Aunque Helena parecía llevar una vida normal, un halo paranormal parecía rodearla, que tenían en sus enormes ojos azules, un brillo hipnótico característico de los grandes místicos, según se rumoreaba. Se hablaba de un estado de consciencia alterado, mucho antes que ese término alcanzara popularidad durante la década psicodélica.
Helena Petrovna era una médium nata, cuya fenomenología comenzaba a dar signos, de una fama que más tarde la acompañaría, en su ascenso como taumaturga consumada. Estas fuerzas invisibles permitían a Helena manifestar todo tipo de efectos asombrosos, causando admiración y temor, ante lo incomprensible de su naturaleza. Un hecho importante en la vida de Helena, ocurre con el temprano fallecimiento de su madre en 1842. Este desgraciado suceso marca un cambio clave en su destino, como veremos a continuación.
La educación de una Sacerdotisa de Isis
“Yo estaba en busca de lo desconocido. El mundo –especialmente las personas aficionadas a las habladurías crueles- conoce solo el lado externo y objetivo de mi juventud, el cual exageran de un modo verdaderamente cristiano. Pero nadie, ni siquiera mi padre, entendió nada de mi vida interna íntima, aquella que yo llamaría en ‘The Theosophist’ la ‘Vida del Alma'” (HPB Speaks II, 61).
Cuando muere su madre la talentosa escritora Helena Andreyevna Fadeyev, Helena y sus hermanos, son enviados a Sarátov (Móscú), acogidos por sus abuelos maternos, Andrei Mikhailovich y Elena Pavlovana. Andrei había sido elegido gobernador de Sarátov, por el zar Nicolás I. En este nuevo ambiente, Helena encontraría pistas que marcarían su posterior camino como esoterista de prestigio.
Una de esas primeras referencias tiene a la biblioteca de su bisabuelo, el príncipe Paverl Vasilevich Dolgourukov, como influencia temprana sobre literatura oculta, y que eran propiedad de su abuela la princesa Elena Pavlovana, reconocida como una destacada arqueóloga, numinística, botánica, así como poseedora de una especie de museo privado, poblado por un impresionante colección de flora, fauna y fósiles prehistóricos, atrayendo a destacadas personalidades del mundo científico, entre ellos Alexander Von Humboldt, con quién Elena Pavlona solía escribirse.
Para la joven Helena aquellos años fueron decisivos. Más tarde al describir esos días en Sarátov narraría.
Mi bisabuelo materno, Príncipe Paul Vasilyevitch Dolgurouki, tenía una extraña biblioteca que contenía centenares de libros sobre alquimia, magia y otras ciencias ocultas. Yo los leí con gran interés antes de los 15 años. Todas las artes y magias de la Edad Media, tenidas como diabólicas, encontraron refugio en mi cabeza y luego ni Paracelso, Kunrath ni Agrippa habrían tenido algo para enseñarme. Todos ellos hablaban del ‘casamiento de la Virgen Roja con el Hierofante’, y de aquél del “mineral astral con la sibila”, de la combinación de los principios femenino y masculino en ciertas operaciones alquímicas y mágicas”. (HPB Speaks II, 62).
Muchos estudiosos sostienen su abuelo Dolgouruk tuvo contactos con logias masónicas, como La del Rito de la Estricta Observancia (de línea templaria), y que en sus correrías, habría tenido contacto con figuras esotéricas legendarias, como Cagliostro, y Saint Germain. Por esa misma época a través de su abuela, se habría producido su primer encuentro con la religión budista, cuando en un campamento de verano le fueran presentados, creyentes kalmucos de la provincia de Astracán, llamados los mongoles de Europa. Para 1848 Helena abandona el castillo medieval de sus abuelos, y pasa a vivir con su tía Yekaterina Andreyevna Witte, durante un año, hasta su mudanza a Tifilis, Georgia.
Y es aquí donde Helena tendrá otro encuentro clave, cuando en su camino se cruce el príncipe Alexander Vladimirovich Golitsyn, quién era un masón de alto rango, resultando en una influencia notable para la construcción de su camino esotérico. Muchos biógrafos hablan de una atracción entre ambos de tinte romántico, aunque la misma Helena dejó entrever en escritos posteriores, que Golitsyn significa una puerta hacia un mundo de conocimientos ocultos, mostrando una erudición notable en estos temas.
Se dice que Golitsyn «llegó a proporcionarles datos bastantes precisos de los lugares de iniciación, que según él, existían alrededor del mundo, y de ocultas órdenes, hermandades secretas, y sus líderes». Un pasaje revelador es el príncipe Golitsyn, provocó la fuga de la joven Helena Hahn, desatando un gran escándalo familiar, ya que desapareció para estar con su mentor, por un par de días. Algunos rumores hablan que Golitsyn, le entregó información destacada antes de partir a una investigación que declaró personal. Aquellos datos señalarían el nombre de la condesa Kisselev, amiga de la familia de su madre, y las señas para conocer a un mago copto. Esa travesura le costó a Helena su libertad, ya que la familia decidió casarla con el Vicegobernador de Ereván (Caúcaso), Nikifor Vladimirovich Blavatasky, ceremonia que se llevara a cabo en 1849.
Aunque el matrimonio resultó un desastre, finalizando abruptamente tres meses después, recientes voces, sostienen Blavatasky no desaprobó su unión con Nikifor, a pesar de las presiones familiares, ya que sostuvo ambos compartían sus aficiones por lo oculto.
En una carta dirigida al príncipe Dondoukoff-Korsakoff le narró:
¿Usted sabe por qué me casé con el viejo Blavatsky? Porque mientras todos los hombres jóvenes se reían de las supersticiones ‘mágicas’, ¡él creía en ellas! Él conversaba conmigo frecuentemente sobre los hechiceros de Erivan, sobre las misteriosas ciencias de los kurdos y los persas, que yo lo elegí deliberadamente para usarlo como una llave para alcanzar todo esto”. (HPB Speaks II, 63)
Lo cierto es que Helena ya portadora de su famoso apellido Blavatsky, abandonó a su esposo, alegando incompatibilidad de caracteres, y sobre todo de índole generacional, comenzando sus andanzas errantes, que la llevarían a realizar viajes por todo el planeta. Vamos a evitar datos cronológicos precisos ante la ausencia de biografías coincidentes, donde todas difieren. Si podemos agregar todo este período comienza mediados del siglo XIX (1850 en adelante). Según sus propias declaraciones, su fuga precipitada la llevarían a refugiarse en Constantinopla, donde en Odessa trabajó en un circo como jinete, debido a su excelente dominio del mundo equino.
Otras voces señalan su reunión con la condesa Kisselev, visitando Egipto, Grecia y parte de Europa del Este. Durante su estancia en el Cairo, habría trabado relación con un maestro copto, el enigmático Paulos Metamon, quién la habría instruido en magia, narrándose «tenía libros muy curiosos llenos de diagramas, fórmulas astrológicas, encantamientos mágicos y horóscopos, que se deleitaba mostrar a sus visitantes».
También se rumoreaba. Metamon era poseedor del secreto de la piedra filosofal, el ideal alquímico. Pero existe un dato cronológico donde muchos estudiosos coinciden, 1851, fecha clave, para la inquieta Helena Blavatasky, y por sus implicancias. Su itinerario la llevan a parís, donde conoció a un Victor Michal, espiritista y magnetizador, que tuvo gran influencia en ella. De allí se dirigió a Londres, donde no solo destacó como concertista de piano destacada, topándose de paso en el país de Avalon, con el enigmático Morya.
Maestro Morya – Emisario de la Hermadad Oculta
Hablar de Morya es referir a la propia fundación de la Sociedad Teosófica, así como de los maestros que influenciaron a la mismísima Blavatsky, pero no es nuestra intención profundizar en esta parte de la historia, que llevaría mucho tiempo extendernos, siendo un capítulo que dejaremos para otro momento. Si remarcar la trastienda de este encuentro, entre Blavatasky su mentor, que como vamos a ver derivarán en su viaje a tierras sudamericanas. Atendamos los hechos.
En 1851 se inaugura la «Gran Exhibición de los Trabajos de la Industria de Todas las Naciones», Hyde Park Londres, «la primera feria mundial jamás realizada» como se la denominó. Fue una realización impresionante, y que se centró en el arte, manufactura, y arquitectura de las naciones. Aquel evento revolucionario se vio coronado por la construcción de un fabuloso Palacio de Cristal, donde se albergaron aquellas colecciones increíbles, y que atraería visitantes de todo el planeta. Helena Blavatasky acudió como tantos otros para admirar aquellas reliquias sin igual.
Mientras su mirada se posaba en enorme cruz celta dominando el salón, apareció una comitiva hindú, adornados con exquisitos ropajes, causando la admiración inmediata de los transeúntes. Uno de estos dignatarios, captó la atención de Helena, de prominente altura, y en cuyo rostro descubrió al ser que desde niña se aparecía en imágenes, sueños, y visiones, compañero de tantas inquietudes, y a quién Blavatsky reconoció como su maestro. Intentó dirigirse a su presencia, pero una mirada penetrante y gestos invisibles, la hicieron desistir. Pero el hechizo se hizo realidad días más tarde, justo el día de su natalicio, un 20 de Agosto de ese años, fecha en que Rajput Moria (Morya), finalmente acudió junto a ella. El mensaje transmitido fue «participación en el trabajo que estaba a punto de emprender». Es el inicio de su verdadera misión, primer destino, tierras americanas.
Viaje Oculto hacia los Andes
“Entonces, de los 17 a los 40 años, tomé el cuidado de borrar todas las pistas respecto a mí, por donde quiera que haya andado en mis viajes. Cuando estaba en Barri, en Italia, estudiando con una hechicera local –enviaba mis cartas a París, para enviarlas por correo desde allí hacia mis familiares. La única carta que ellos recibieron de mí, de la India, fue cuando estaba partiendo desde allá, la primera vez. Entonces desde Madrás, en 1857; cuando estaba en América del Sur, les escribí y lo envié por correo a través de Londres. Nunca permití que las personas supiesen donde yo estaba y lo que estaba haciendo”. La Esfinge Helena Petrovna Blavatsky. Marina César Sisson, 2003.
Es importante atender esta cita y reclamarla como guía, cuando se trata de llevar a cabo una investigación sobre ciertos pasajes aún en blanco sobre su vida. Pero nuevamente vamos a intentarlo, y ya finalizando con nuestro informe. Quién escribe conoce bien los relatos que circulan sobre Helena Petrovna Blavatsky, y sus notas andinas, fui una de las primeras estudiosas allá por 2008 en difundirlas en la red, a través de mi blog, Crónica Subterránea.
El periplo americano de Blavatasky se extiende desde Norte, Centro y finalmente Sudamérica. Son muchas las aventuras narradas aunque como digo, es imposible encontrar material respaldando sus afirmaciones (fotografías o documentos más profundos), por el celo que sobre aquel peregrinaje realizara la futura fundadora de la Teosofía. Pero no hay dudas que Blavatsky conocía muy bien estas regiones, atestiguadas en artículos que legó, y posteriores libros.
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Durante esta investigación pude localizar un extenso trabajo sobre su periplo andino publicado durante 1880 en «Theosophist», revista que tuvo en vigencia unos cuántos años. El artículo se conoció como «Una Tierra Misteriosa», y se dividió en cuatro partes. Allí Blavatsky hace una defensa encendida de Sudamérica y sus misterios, escribiendo:
No sabemos absolutamente nada acerca de América antes de la conquista. No ha sobrevivido ningún tipo de crónica, ni siquiera relativamente moderna. Aún entre los nativos, no existen tradiciones tocantes a sus eventos pasados. Desconocemos estas razas que construyeron tales estructuras ciclópeas, así como ignoramos el culto extraño que inspiró a los escultores antediluvianos, los cuales tallaron, a lo largo de centenares de millas, monumentos, monolitos y altares, jeroglíficos insólitos, compuestos por grupos de animales y hombres. Son las imágenes de una vida desconocida y de un arte perdido”.
Al parecer estos viajes por el continente americano tuvieron lugar entre 1851-1855, como fechas probables. Entre algunas indiscreciones que surgen de estos relatos, luego transmitidos por Blavatsky surge la cuestión sudamericana y sus enigmáticos túneles subterráneos. Y aunque existían indicios muy anteriores recogidos sobre su existencia, Blavatsky se convierte en una voz más que autorizada, teniendo en cuenta el trasfondo que la rodea. Analicemos este texto donde se explaya sobre secretos de La Tumba de los Incas, que divisara durante su paso por Perú.
Yendo rumbo al sur desde Lima, por mar, alcanzamos un punto cerca de Arica a la puesta del sol, donde nos quedamos impresionados por una enorme roca, que aparecía en posición casi perpendicular, parada desde una soledad en la costa, apartada de la cordillera de los Andes. Era la Tumba de los Incas. Los últimos rayos del sol poniente iluminaban la cara de la roca, haciendo que se pudiera divisar con unos simples prismáticos unos curiosos hieroglíficos inscritos en la superficie volcánica”.
Ahora bien es bueno recordar estas coordenadas sobre una Arica peruana, deberían trasladarse a este tiempo hacia Chile. Prosigamos. Otro pasaje memorable es donde Blavatsky menciona galerías surcando tierras sudamericanas, marcando, Perú, Chile, y Bolivia como su principal epicentro.
Cita un túnel en Cuzco cuyas ramificaciones se extienden hacia Lima, para torcerse hacia el sur de Bolivia. Escribe:
Existe un sepulcro regio a cuya cámara dan accesos dos puertas ingeniosamente dispuestas, o mejor dicho enormes losas que al girar sobre sus goznes, cierran con tan perfecto ajuste, que sólo por medio de ciertas señales secretas pueden descubrir la juntura de los fieles guardianes”.
Ahora bien curiosamente sobre estas curiosas afirmaciones, es bueno recordar en 1971 una expedición alemana hizo un extraño anuncio al notificar en la Isla de Guañape, departamento de Libertad (Perú), localizaron el siguiente complejo subterráneo.
Al final de las cuevas de varios pisos, se encontraron súbitamente ante compuertas hechas con gigantescas losas de roca: ocho metros de alto por cinco de ancho, y dos medio metros de espesor. A pesar del enorme peso, pudieron entrar entre cuatro hombres, hacer girar las compuertas. Detrás de las seis puertas parten grandes túneles que harían palidecer de envidia a nuestros modernos ingenieros civiles. Estos túneles, conducen con un declive de 14% en algunos trechos hacia la costa en trayectoria oblicua. El suelo está cubierto con baldosas graneadas, y acanaladuras transversales que impiden el patinazo. Otros de los túneles detectados se pierden en el Océano Pacífico”. Esta puede tomarse como una información complementaria a los dichos de Blavatsky, así como lo sucedido con Tayos, y otros enclaves ya conversados en varios artículos.
Blavtasky también se mete un secreto mayor al pronunciarse sobre una geografía sacra e invisible, donde en Sudamérica parece encontrar su mayor evidencia, se trata de enclaves secretos.
Aparte de que nosotros hemos visitado otras dos ciudades completamente desconocidas para los viajeros europeos; no porque sus habitantes deseen permanecer escondidos, puesto que algunas gentes de los países budistas van algunas veces a visitarlas. Pero tales ciudades no están indicadas en los mapas europeos ni asiáticos, a causa de los demasiados celosos misioneros, o quizás por otras misteriosas razones que ellos saben, y es que los pocos naturales de otros países que tienen noticias de la existencia de dichas ciudades, jamás hacen de ella mención”.
El río Loa uno de los puntos más enigmáticos de Chile, y punto subterráneo por excelencia en cuanto rumores, también tuvo por parte de Blavatsky una devolución, con su extraña afirmación sobre un antiguo almacén subterráneo donde estaría enterrada una inmensa biblioteca de civilizaciones desaparecidas ¿Tal vez los atlantes en que tanto creía y suponía atado al pasado de Sudamérica o de otras razas anteriores?
En la Doctrina Secreta su obra cumbre, Blavatsky devela sobre el pasado de América y su vinculación con antiguos misterios sagrados.
Los miembros de varias escuelas esotéricas, cuya sede está más allá del Himalaya, y cuyas ramificaciones se pueden encontrar en China, Japón, India, Tíbet, e incluso Siri, además de AMÉRICA DEL SUR, afirman tener en su poder la suma total de las obras sagradas y filosóficas, en cualquier idioma o caracteres, desde que comenzó el arte de escribir”.
¿Exagera Blavatasky en sus apreciaciones sobre la importancia de Sudamérica, así como de sus estancias subterráneas? Y lo más importante ¿Existen logias secretas en posesión de esos conocimientos?
Un testimonio sobre estas aseveraciones lo brinda William Judge, quién junto a Blavatsky erigieran la Sociedad Teosófica en 1878. Narra en un trabajo de su autoría, «Cuentos Extraños», haberse topado con un misterioso adepto en Venezuela, fechado en 1881 y que suponía era guardián de ciertos misterios. Sobre su enigmático encuentro contó.
Me referí a los pasajes subterráneos que se dice que existen en el Perú, llenos de tesoros y luego dijo que la historia era cierta y que su presencia allí estaba relacionada con ella. Esos pasajes se extendían desde Perú hasta Caracas, donde entonces estábamos. En Perú estaban escondidos y obstruidos más allá del poder del hombre para obtenerlos, pero en este lugar las entradas no estaban tan bien vigiladas, aunque en 1812 un terrible terremoto arrasó gran parte de la ciudad. Los venezolanos eran rapaces, y estos hombres en India que conocían el secreto lo habían enviado allí para evitar que alguien encontrara las entradas. En ciertas estaciones solo había posibilidades de descubrimiento; con el paso de las temporadas, podría partir con seguridad, ya que hasta que llegara el período nadie podría encontrar las aberturas sin la ayuda y el consentimiento de los adeptos”.
Conclusión
Esta es una aproximación centrados en ciertos misterios en la vida de la esfinge rusa, Helena Petrovna Blavatsky, y que pretendemos continuar en próximos capítulos. Es mucho el material para analizar. Por supuestos sus contribuciones al esoterismo sudamericano son inmensas, y tan solo logramos rasgar un pequeño velo de la Sacerdotisa de Isis, nos aguarda una tarea hercúlea.
Bibliografía
Libros
- Allen, J, Atlántida. Reino Perdido de los Andes. Latinas, 2012. (Enlace)
- Blavtasky, H. Isis sin velo T1, 1875. (Enlace)
- Cesar Sisson, M. La Esfinge. Helena Blavatsky. Brasil, 2003.
- Roso de Luna, M. Una Martir del Siglo XIX: Helena Petrovna Blavatsky, Fundadora de la Sociedad Teosofica, España: Bernera, 2004. (Enlace)
Sites
- Blavatsky, H.P.
The Land of Mistery (Enlace) - Cardoso Aveline, C.
La Antigua Teosofía en los Andes. (Enlace) - Feliú, F.
Exposición Mundial de Londres, 1851 (Enlace) - Fritz Roa, S.
El Misterio de los Túneles del Desierto de Atacama. (Enlace) - Goldstern, D.
Helena Petrovna Blavatsky. Sacerdotisa de lo Oculto. (Enlace) - Judge, W.
Cuentos Ocultos (Enlace) - LeBeau, K.
Shambhala de Roerich: una tierra de misterio. (Enlace) - Placegid
Elena Blavatsky – biografía del viajero oculto. Liderando. (Enlace) - Reigle, D.
Los Libros Secretos de HPB. (Enlace) - Rinpoche; Kam
Madame Blavatsky: Mother of Modern Spirituality. (Enlace) - Senior, A.
El Mundo De Roerich. (Enlace)
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Maravilloso, quiero recibir más de Helena
Excelente artículo sobre la gran maestra y sabia Blavatsky. Nunca he leído en un sitio algo tan bueno. Soy discípulo de la maestra ya hace 35 años y digo que sus libros y textos me iluminaron. Por eso afirmo que nunca he leído un artículo tan bueno sobre Blavatsky. Me gustaría conocer los otros artículos y libros de esa genial autora Goldstern. Muchas gracias.
Hola Geraldo, puedes leer los demás artículos de Débora Goldstern en: https://codigooculto.com/author/deboragoldstern/
Maravilloso artículo! Desconocía ciertos minuciosos datos sobre Blavatsky en Sudamérica. Me apasiona todo lo relacionado con Rusia y los pueblos Eslavos. Saludos desde Argentina!!