Lo que llaman «desarrollo» en el mundo moderno mayormente atenta contra los santuarios de vida silvestre y vegetación, este es el caso de la Amazonía, hoy amenazada por la industrialización.
Brasil ha iniciado actividades de extracción minera que están representando un grave peligro para el desarrollo sustentable de la Amazonía. No solo la vida silvestre se encuentra en peligro, también las comunidades indígenas que lo habitan.
El presidente Jair Bolsonaro, con su discurso que alienta al desarrollo, se encuentra evaluando eliminar la protección ambiental de la Reserva Nacional do Cobre e Associados (RENCA), un área de más de 46.000 kilómetros cuadrados que se ubica entre los estados de Amapa y Pará, en el norte de Brasil.
Selva amazónica en riesgo de perderse
En 1984, la zona de RENCA se estableció como una reserva, brindándole protección de la industria minera y otros que buscan explotar y depredar sus tierras. Desde entonces, las empresas han tratado de extraer los ricos minerales que existen allí: cobre, oro, hierro. Ahora, la nueva política de Bolsonaro ha incrementado el riesgo de que la actividades de extracción se realicen de forma legal y masiva.
Las comunidades indígenas existentes en dichas tierras están siendo amenazadas por bandas armadas conocidas como «grileiros», mercenarios a sueldo encargados de amedrentar a los pobladores para que abandonen sus ancestrales territorios. Cabe destacar que estos grupos de asesinos han surgido luego de la toma del poder de Bolsonaro.
Bolsonaro ha realizado hasta ahora varios cambios que atentan contra la biodiversidad de la Amazonía y sus pobladores. Ha eliminado la autoridad de la Agencia Indígena de Brasil que anteriormente tenía sobre las tierras, y ha transferido el poder al Ministerio de Agricultura, que aparentemente, está dominado por el gobierno.
Aunque los fiscales han advertido que esta medida es ilegal, debido a que la Constitución de Brasil garantiza los derechos de los grupos étnicos sobre sus tierras, Bolsonaro está siendo apoyado por otro sector y por los millonarios productores de soja (soya) que quieren expandir sus dominios y obviamente utilizar la selva para sembrar, causando deforestación y muerte de animales por doquier.
Pueblos indígenas y territorios en peligro
El problema se ha agravado en los pocos meses de la gestión de Bolsonaro, y existen hasta ahora cuatro territorios bajo ataque y 14 pueblos indígenas que están siendo flagelados por las nuevas políticas del mandatario.
Brasil alberga más de medio millón de indígenas, principalmente en la selva amazónica, según el Instituto Nacional de Estadística.
La desventaja en número de las comunidades indígenas, siendo solo el 1 % de los 210 millones de habitantes en Brasil, ha llevado a que el gobierno «olvide» sus derechos y sean enfrentados a los problemas del «mundo moderno».
De acuerdo a los ambientalistas, si las tierras de la Amazonía son deforestadas, un letal problema climático impactará en el mundo, muchos animales se extinguirán y las comunidades indígenas terminarán desapareciendo, víctimas de la «modernidad», de enfermedades o asesinados por defender sus derechos.
Referencias: Instituto Socioambiental / Gestion.pe / Europa Press
Esta materia no corresponde a la realidad de los propósitos del gobierno del presidente Bolsonaro y sus ministerios.
Entiendo la afinidad a ciertos partidos políticos, pero esta información circula por muchos medios, no solo aquí.