Ceres es el planeta enano que ha fascinado demasiado a muchos, ya sea con sus manchas brillantes o con la gran posibilidad de que posea vida, este mundo helado es uno de los lugares más prometedores para la exploración espacial y para la búsqueda de vida extraterrestre. Ahora, una nueva investigación sugiere que su polo puede haberse desplazado de forma continua antes de establecerse en su posición actual, y esto podría convertirse en una fuerte evidencia de que en algún momento tuvo un océano subterráneo.
En el nuevo estudio, los investigadores han hallado irregularidades topográficas en Ceres que se pueden explicar mejor mediante un cambio polar. El cambio de polo ocurrió debido a una diferencia en la densidad de la corteza. Con el paso del tiempo, esto causó un cambio desde la posición original de su polo, a una reorientación de aproximadamente 36 grados a la configuración actual.
Para determinar esto, los científicos usaron tres fuentes obtenidas de los datos recopilados por la misión Dawn de la NASA. Debido a que la corteza de Ceres posee bastantes irregularidades, como por ejemplo una región bastante sobrecargada en el ecuador, los investigadores se preguntaron «¿podrían estas diferencias cambiarían el eje del planeta enano?».
El equipo analizó los datos y halló evidencia de una antigua cresta. Por lo general, las crestas están en el ecuador en otros mundos del Sistema Solar, sin embargo en Ceres no se encuentra en su región ecuatorial. También se encontró evidencia de fracturas específicas que sugieren la ocurrencia de un cambio en la rotación del pequeño mundo. Estas fracturas fueron encontradas dispersas por su superficie.
Pasquale Tricarico, del Planetary Science Institute y autor principal del estudio, dijo en un comunicado:
El aspecto más sorprendente de este documento es para mí la observación de que el polo de Ceres debe haber seguido un camino indirecto hacia su polo actual. La reorientación escalonada podría significar que la anomalía de la densidad ecuatorial seguía evolucionando durante la reorientación, y esto podría deberse a que la corteza y el manto estaban débilmente acoplados en rotación, lo que permite que la corteza comience a reorientarse mientras que el manto se quedaría atrás”.
Aunque anteriormente los investigadores ya habían encontrado evidencia en la composición de la corteza que apoyaba la idea de un océano antiguo, este nuevo estudio ha sugerido que de existir, esto explicaría por qué la corteza y el manto se movían de diferentes maneras.
Tricarico agregó:
Si se permite que la corteza y el manto se desplacen entre sí, eso podría apuntar a una capa de fricción reducida entre la corteza y el manto, y uno de los posibles mecanismos para reducir la fricción podría ser un antiguo océano de agua debajo de la corteza”.
La misión Dawn lleva tres años observando de cerca a Ceres. El final de su misión está cada vez más cerca, y continuará hasta agotar su combustible, para posteriormente entrar en una órbita estable alrededor del planeta enano que evite que contamine su superficie.
El estudio científico ha sido publicado en Nature Geoscience.
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