Sin duda alguna, un logro científico destacable de los últimos años es la observación por separado de cinco ondas de espacio-tiempo conocidas como ondas gravitacionales.

La ciencia ha establecido que este tipo de ondas, detectadas por los observatorio LIGO y VIRGO de EE.UU e Italia, tuvieron su origen en la fusión de pares de agujeros negros y en un par de estrellas de neutrones. Sin embargo, ahora ha surgido una nueva interrogante: ¿y si las ondas no fueron generadas por agujeros negros?

Un reciente estudio científico realizado por astrofísicos europeos ha planteado una explicación para este misterio. La nueva idea indica que la fuente de las ondas podría ser algo más extraño, los agujeros de gusano, aquellos pasajes que conducirían a través del espacio y tiempo creando puertas de entrada y salida a lo largo del universo.

Aunque los agujeros de gusano solo existen en la teoría, su existencia ha sido predicha en diversos modelos teóricos, en observaciones indirectas y hasta en las detecciones de ondas gravitacionales.

El problema surgió debido a que los agujeros negros poseen una característica que los hace candidatos poco probables para generar estas ondas. Se debe a que los agujeros negros poseen un límite, algo llamado horizonte de sucesos, y más allá de esto nada puede escapar a su gran poder gravitatorio, ni siquiera la luz. Esto genera un duro problema de resolver y que se contradice con la mecánica cuántica, que plantea que la energía siempre se preservará y nunca desaparecerá.

Esto llevó a los científicos a pensar en algo más. Llegaron a la conclusión que no se tratarían de agujeros negros, sino que los causantes de las ondas serían algo llamado «exotic compact objects» (ECO) (o «objetos compactos exóticos», en español), que a diferencia de los agujeros negros no tienen un horizonte de sucesos.

Pablo Bueno, autor del estudio de la KU Leuven University en Bélgica, dijo en un comunicado:

La parte final de la señal gravitacional detectada por estos dos detectores -lo que se conoce como ringdown- corresponde a la última etapa de la colisión de dos agujeros negros, y tiene la propiedad de extinguirse completamente después de un corto período de tiempo debido a la presencia del horizonte de sucesos. Sin embargo, si no hubiera un horizonte, esas oscilaciones no desaparecerían por completo, sino que, después de un cierto tiempo, producirían una serie de ‘ecos’, similar a lo que ocurre con el sonido en un pozo. Curiosamente, si en lugar de agujeros negros tuviéramos un ECO, el anillo podría ser similar, por lo que necesitamos determinar la presencia o ausencia de los ecos para distinguir los dos tipos de objetos”.

Gracias a esto, ahora los científicos han planteado un novedoso modelo que podría ayudar a predecir la detección de ondas gravitacionales generadas por agujeros de gusano giratorios (ECO).

De acuerdo al nuevo estudio, las ondas gravitacionales serían causadas por agujeros de gusano y no por agujeros negros.

Y esta no es la primera vez que este nuevo modelo ha intentado ser probado. Otros científicos ya lo han intentado mediante análisis de datos de LIGO, sin embargo los resultados no han logrado ser concluyentes.

Bueno agregó:

La confirmación de los ecos en las señales de LIGO o Virgo sería una prueba prácticamente irrefutable de que no existen los agujeros negros astrofísicos. El tiempo dirá si estos ecos existen o no. Si el resultado fuera positivo, sería uno de los mayores descubrimientos en la historia de la física”.

El estudio científico ha sido publicado en la revista Physical Review D.

Una publicación de CodigoOculto.com – Autor: Fernando T. – Todos los derechos reservados.