Un equipo de científicos ha realizado una singular detección: ondas chirriantes potencialmente mortales en el espacio, y teniendo en cuenta las escalas astronómicas, lo bastante cercanas a la Tierra para representar un peligro para las misiones espaciales.
Las ondas de coro son misteriosas señales chirriantes producidas por el plasma en espiral dentro del campo magnético de nuestro planeta. Pero una nueva detección sugiere que los científicos podrían entender menos sobre ellas de lo que se pensaba en un principio.
Potencialmente mortales
Los científicos han detectado extrañas ondas chirriantes -que se asemejan al coro de los pájaros al amanecer- a miles de kilómetros de la Tierra, y podrían plantear grandes problemas para los futuros vuelos espaciales.
Las ondas corales, llamadas así por su parecido con el canto de los pájaros cuando se convierten en señales de audio, son perturbaciones del campo electromagnético de la Tierra capaces de acelerar partículas a velocidades potencialmente mortales para las naves espaciales y los astronautas.
Aunque estas misteriosas ondas se vienen observando desde los años sesenta procedentes de la Tierra y otros planetas, los científicos creían que sólo se producían en las cercanías.
Ahora, en un descubrimiento que desafía las teorías existentes, un nuevo equipo de investigadores ha detectado las ondas a una distancia de 165.000 kilómetros de la Tierra, aproximadamente tres veces más lejos de lo que se habían detectado antes. Los investigadores publicaron sus hallazgos el 22 de enero en la revista Nature.
Ráfagas de energía
Las ondas coro (u ondas coro en modo silbador) son ráfagas de energía que duran apenas unas décimas de segundo y atraviesan la magnetosfera de la Tierra, el campo magnético que envuelve nuestro planeta. Estas ondas fueron detectadas por primera vez por los operadores de radio de la Primera Guerra Mundial, que las oyeron mientras escuchaban señales enemigas.
Desde entonces, las ondas de coro han sido captadas por receptores de radio y por la sonda Van Allen de la NASA, que detectó los chirridos procedentes de los cinturones de radiación de la Tierra. Las ondas también se han detectado alrededor de Mercurio, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno (todos ellos planetas con campos magnéticos globales), así como en Marte y Venus, que carecen de campos magnéticos.
Se desconoce la causa
Los científicos siguen debatiendo sobre las causas de las ondas coro, pero la teoría más popular es que se forman por un efecto llamado inestabilidad del plasma. Dentro de los dipolos curvos, como los imanes de barra comunes y los campos magnéticos planetarios, los electrones expulsados por el Sol suelen quedar atrapados a lo largo de las líneas del campo magnético. Normalmente, las partículas se mueven a lo largo de estas líneas de forma ordenada y en espiral.
Pero a veces las perturbaciones en el campo alteran este ordenado archivo, provocando que los electrones generen ondas de coro que resuenan con los electrones y los aceleran hasta velocidades mortales, cercanas a la de la luz. Según esta teoría, la naturaleza curva de estos dipolos permite a las ondas coro viajar de polo a polo, produciendo su característico chirrido.
Sin embargo, estas nuevas ondas, detectadas por los satélites Magnetospheric Multiscale de la NASA, se encontraron en una región relativamente plana de la magnetosfera terrestre, lo que implica que se produjeron por cambios de frecuencia en el campo.
Para estudiar mejor las ondas y lo que podría estar produciéndolas, los investigadores han sugerido una mejor monitorización de los eructos de plasma entrantes procedentes del Sol y cómo interactúan con la magnetosfera de la Tierra. Esto podría dar lugar a respuestas que podrían resultar vitales para garantizar que los futuros satélites, astronautas y misiones espaciales a Marte y más allá no sean golpeados fatalmente por electrones de alta velocidad.
Richard Horne, jefe de meteorología espacial del British Antarctic Survey, que no participó en el estudio, dijo en un comentario sobre la investigación:
“El descubrimiento no descarta la teoría existente, ya que los gradientes de campo magnético esperados podrían seguir presentes, pero significa que los científicos tienen que mirar más de cerca.
Es un resultado sorprendente en una región sorprendente, e incita a seguir investigando las ondas de coro en regiones en las que el campo magnético de la Tierra se desvía sustancialmente de un dipolo”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en la revista Nature.
[FT: nature]
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