Un reciente cráter descubierto en la superficie del Planeta Rojo brinda la apariencia de que un “Ojo ENORME” nos observa desde la superficie de Marte. Algo que podría ser suficiente para provocar pesadillas lovecraftianas.
Muy por debajo de la cámara de la nave Mars Express de la ESA, un gran cráter del tamaño de una ciudad, sin nombre, se abre en la superficie del Planeta Rojo, con manchas de material oscuro que lo hacen parecer un enorme ojo que mira hacia las estrellas. Sin embargo, el objetivo de la imagen no es provocar escalofríos cósmicos; las imágenes del satélite pueden ayudarnos a comprender mejor la geología y la historia de Marte.
El cráter, de 30 kilómetros de diámetro, se encuentra en una región del hemisferio sur de Marte conocida como Aonia Terra. Está fuertemente craterizado, y el objeto de las nuevas imágenes de Mars Express no es ni mucho menos el más grande ni el más impresionante; no está lejos del cráter Lowell, que mide 200 kilómetros de diámetro.
Se cree que Lowell, y muchos de los cráteres de la región, fueron excavados por impactos gigantescos hace unos 4.000 millones de años, durante un violento periodo del Sistema Solar primitivo conocido como el Bombardeo Pesado Tardío.
La Tierra también fue bombardeada, un proceso que se cree que sembró el planeta bebé con agua y compuestos orgánicos, pero los procesos atmosféricos y sísmicos han borrado gran parte de las pruebas de la superficie de nuestro planeta.
En Marte, estéril y geológicamente mucho más silencioso, las pruebas permanecen, dándonos una herramienta para entender tiempos más turbulentos en la historia del Sistema Solar.
Un mapa topográfico de la región, compilado a partir de datos de Mars Express. Crédito: ESA / DLR / FU Berlín
Regiones como Aonia Terra también pueden revelar pistas sobre la composición de Marte. Un impacto violento excava material que de otro modo podría estar oculto bajo la superficie, creando nuevas geologías y composiciones superficiales. La región mostrada en la nueva imagen sugiere que la composición de la superficie aquí es compleja y variada.
El cráter del ojo sin nombre se encuentra en un terreno tallado por canales, probablemente creados por ríos de agua líquida que corrían por la superficie hace miles de millones de años. En estos canales se pueden ver restos de material más oscuro, y algunos de ellos incluso parecen estar elevados, quizás como resultado del material resistente a la erosión que se asienta en los lechos de los ríos secos, y que permanece incluso cuando las paredes del río son arrastradas por las tormentas de viento.
En la región al sur del cráter aparecen cráteres más pequeños y colinas planas, mientras que la región al norte es más suave y de color más pálido.
Una vista en perspectiva del cráter. Crédito: ESA / DLR / FU Berlín
En el centro del cráter también puede verse material más oscuro, en forma de duna ondulada y sombría. En el cráter también pueden verse montículos cónicos, así como colinas, lo que sugiere que actúa como una especie de cuenca para la acumulación de materiales.
Se podría obtener información más detallada sobre el cráter y sus alrededores mediante observaciones más cercanas y un conjunto más amplio de instrumentos, pero es enormemente impresionante lo que podemos aprender incluso a partir de imágenes obtenidas a tal distancia. La cámara estereoscópica de alta resolución capta información no sólo sobre los colores de los minerales, sino también sobre la altitud de las características, lo que proporciona un conjunto de datos completo sobre la superficie de Marte.
Y en caso de que todavía estés preocupado, ninguno de esos datos es indicativo de ningún ojo, en ningún lugar de Marte. Pero eso no significa que no los haya… cuando miras fijamente al vacío rojo, ¿te devuelve el vacío rojo la mirada?
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