Un equipo de científicos han realizado el hallazgo que podría ser el mayor de sus vidas e incluso merecedor a un Nobel, de confirmarse: identificaron siete sistemas estelares que podrían albergar megaestructuras alienígenas.
Astrónomos han identificado siete sistemas estelares de nuestra galaxia que podrían albergar una Esfera de Dyson, una hipotética megaestructura que una civilización alienígena podría construir alrededor de una estrella o un agujero negro para captar la mayor parte de su energía en forma de radiación.
El concepto, propuesto por primera vez por el físico teórico Freeman Dyson en 1960, podría adoptar diversas formas, desde gigantescas estructuras en forma de jaula hasta anillos o constelaciones de espejos.
¿Civilizaciones extraterrestres muy avanzadas?
Por supuesto, se trata de una idea totalmente teórica. Al fin y al cabo, ni siquiera hemos descubierto la existencia de vida extraterrestre, y mucho menos de una civilización alienígena inteligente.
Pero los científicos sospechan que aún es posible y, lo que es más tentador, si estas megaestructuras existen, deberían ser visibles para nosotros debido a la enorme cantidad de radiación infrarroja que emite una estructura de este tipo a medida que la estrella la calienta.
Siete enanas
En un reciente estudio publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, un equipo de investigadores creó un programa informático para buscar “excesos de emisiones infrarrojas” (EIE) en nuestra galaxia.
Mediante el análisis de las observaciones del satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de los resultados de otros telescopios terrestres y espaciales en el infrarrojo, elaboraron una lista de siete candidatos que podrían albergar esferas de Dyson.
Las siete candidatas son estrellas enanas M, es decir, más pequeñas y menos brillantes que nuestro Sol.
Sin embargo, los investigadores no se atreven a afirmar que estas estrellas enanas tan calientes estén rodeadas de esferas de Dyson, sino que sólo son candidatas.
Los investigadores escribieron en su estudio:
“Hay varias explicaciones naturales para el exceso de infrarrojos en la literatura, pero ninguna de ellas explica claramente este fenómeno en las candidatas, especialmente teniendo en cuenta que todas son enanas M”.
David Hogg, coautor y profesor de Física de la New York University, dijo a New Scientist:
“Podría ser algo que ocurre muy raramente, como si dos planetas colisionaran y produjeran una enorme cantidad de material. Creo que lo más probable es que sea un fenómeno natural”.
En su artículo, el equipo admitió que es “definitivamente prematuro suponer” que las lecturas infrarrojas proceden al menos de “esferas de Dyson parciales”.
Al mismo tiempo, no están dispuestos a descartarlas todavía, algo que puede ser posible con la ayuda del extremadamente sensible telescopio espacial James Webb de la NASA.
Jason Wright, coautor y profesor de astronomía de la Pennsylvania State University, dijo a New Scientist:
“O bien las descartamos todas y decimos que las esferas de Dyson son bastante raras y muy difíciles de encontrar, o bien se mantendrán como candidatas y las estudiaremos a fondo”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
[H/T: newscientist]
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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