El objeto interestelar 3I/ATLAS revela señales de agua detectadas en luz ultravioleta, ofreciendo una de las evidencias más claras hasta la fecha de que los hielos que contienen agua podrían ser comunes en sistemas planetarios más allá del nuestro. Este hallazgo representa un avance importante en el conocimiento de la composición y el comportamiento de los objetos que viajan entre las estrellas.
El visitante interestelar
El objeto designado 3I/ATLAS fue descubierto en 2024 y clasificado como el tercer objeto interestelar identificado hasta ahora, después de 1I/’Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019. Estos visitantes provienen de más allá del Sistema Solar y se mueven a velocidades tan altas que no están ligados gravitacionalmente al Sol. La detección de cada uno ha aportado información única sobre la diversidad de los cuerpos formados alrededor de otras estrellas.
‘Oumuamua sorprendió por su falta de emisiones gaseosas visibles y su extraña forma alargada. Borisov, en cambio, mostró una intensa actividad con gases como monóxido y dióxido de carbono. 3I/ATLAS, ahora, ha ofrecido una tercera historia completamente diferente: una firma química de agua detectada mediante luz ultravioleta.
La detección del hidroxilo
Los astrónomos que estudiaron 3I/ATLAS utilizaron el telescopio espacial Neil Gehrels Swift, un observatorio diseñado para observar en longitudes de onda ultravioleta y de rayos X. A través de sus instrumentos, detectaron una emisión característica de hidroxilo (OH), una molécula que se forma cuando la radiación solar incide sobre el vapor de agua y separa sus componentes. Esta detección es una huella inequívoca de que el cometa liberaba agua en el espacio.
Lo sorprendente es que esta actividad se detectó cuando el objeto se encontraba a casi tres unidades astronómicas del Sol, una distancia en la que los cometas comunes del Sistema Solar suelen estar inactivos. La sublimación de hielo de agua requiere temperaturas más altas, por lo que su presencia a esa distancia sugiere un proceso diferente o una composición poco habitual.

Imágenes apiladas del cometa interestelar 3I/ATLAS obtenidas con el telescopio ultravioleta/óptico a bordo del Observatorio Neil Gehrels Swift de la NASA: las primeras se obtuvieron el 31 de julio y el 1 de agosto de 2025 (visita 1, mitad superior de la figura) y las segundas el 19 de agosto de 2025 (visita 2, mitad inferior de la figura). Crédito de imagen: Dennis Bodewits, Auburn University
Posibles fuentes del agua
Los científicos propusieron que la emisión detectada no provendría directamente de la superficie del núcleo, sino de granos helados liberados al espacio. Estos diminutos fragmentos podrían calentarse más fácilmente al recibir la luz solar, liberando moléculas de agua que luego son disociadas por la radiación ultravioleta, generando el hidroxilo observado. Este mecanismo implicaría una actividad extendida que rodea al cometa, en lugar de concentrarse solo en su núcleo principal.
En estudios previos de cometas del Sistema Solar se han observado procesos similares, aunque de forma mucho más débil. El hecho de que un cometa interestelar muestre este tipo de comportamiento sugiere que existen estructuras internas complejas en su composición, con capas de hielo atrapadas o mezcladas con polvo, formadas en condiciones muy distintas a las de nuestro entorno planetario.
La diversidad de los cometas interestelares
La comparación entre los tres objetos interestelares conocidos hasta la fecha ofrece una visión amplia de la diversidad química y física del material que compone los sistemas planetarios. Mientras uno mostró sequedad aparente, otro abundancia de gases, y ahora este último evidencia agua activa. Estas diferencias refuerzan la idea de que los cometas de otras estrellas no siguen un patrón uniforme, sino que reflejan condiciones muy variadas en sus regiones de origen.
Cada uno de estos cuerpos actúa como un fragmento de otro sistema solar, un testigo del tipo de materiales y temperaturas presentes durante la formación de planetas alrededor de otras estrellas. Analizar sus componentes permite inferir qué tan comunes podrían ser los compuestos esenciales para la vida, como el agua, en el universo.
Llegan nuevas imágenes del objeto interestelar 3I/ATLAS obtenidas por la sonda ExoMars Trace Gas Orbiter (TGO) de la ESA ubicada en la órbita de Marte.#3IATLAS #marte #exomars #interestelar pic.twitter.com/YCoVUSvN5z
— Exploración OVNI (@exploracionovni) October 7, 2025
El valor del ultravioleta
El instrumento que permitió este hallazgo, el telescopio Swift, posee una ventaja crucial: al observar desde fuera de la atmósfera terrestre, puede detectar señales ultravioleta que serían imposibles de captar desde el suelo. La sensibilidad alcanzada por sus detectores, equivalente a la de un telescopio terrestre de gran tamaño, permitió medir emisiones muy débiles. Además, su capacidad de respuesta rápida hizo posible observar al cometa poco después de su descubrimiento, antes de que se alejara o se desvaneciera.
La detección de hidroxilo en el espectro ultravioleta no solo confirma la presencia de agua, sino que demuestra la efectividad de las observaciones espaciales para estudiar objetos fugaces y distantes. En el futuro, estas técnicas podrían aplicarse de forma rutinaria a nuevos cometas interestelares que ingresen en el Sistema Solar.
Implicaciones científicas
El hallazgo de agua en 3I/ATLAS amplía la comprensión de la astroquímica de los sistemas planetarios. Demuestra que la presencia de compuestos volátiles, como el agua, no es exclusiva del entorno solar, sino que puede ser una característica común en regiones de formación estelar. Esto tiene implicaciones para el estudio del origen del agua en planetas como la Tierra y para la posibilidad de que mundos similares en otros sistemas hayan recibido materiales semejantes a través de impactos cometarios.
El estudio también refuerza la necesidad de desarrollar misiones espaciales dedicadas a la observación rápida de estos visitantes interestelares. Detectarlos a tiempo y analizarlos en distintas longitudes de onda podría ofrecer información inédita sobre la química del universo y sobre los procesos que dieron forma a los sistemas planetarios más allá del nuestro.

La dependencia del número de moléculas de OH está relacionada con la apertura de 10″ y la tasa de producción de agua en relación al enrojecimiento. Crédito de imagen: Z. Xing et al., TAJL, 2025.
Conclusión
El objeto 3I/ATLAS ha demostrado que el agua puede sobrevivir al frío del espacio interestelar y conservarse durante millones de años en un cuerpo errante que viaja entre estrellas. Su detección en luz ultravioleta representa una evidencia sólida de que los hielos de agua son comunes en el cosmos y de que los materiales que dieron origen a nuestro propio sistema podrían ser compartidos por otros mundos. Cada nuevo objeto de este tipo nos acerca un poco más a comprender el carácter universal de los ingredientes esenciales para la vida.
Los hallazgos de la investigación titulada “Water Production Rates of the Interstellar Object 3I/ATLAS” han sido publicados en The Astrophysical Journal Letters.
Referencias: “Physicists detect water’s ultraviolet fingerprint in interstellar comet 3I/ATLAS”, phys.org (Fuente)
¿Te gustó este contenido? Te invito a compartirlo con tus amigos. Síguenos en nuestra Página de Facebook, para recibir a diario nuestras noticias. También puedes unirte a nuestro Grupo Oficial y a nuestra comunidad en Telegram. Y si crees que hacemos un buen trabajo, considera apoyarnos.
Por: CodigoOculto.com
0 comentarios