Sabemos que la Tierra tiene una edad aproximada de 4.500 millones de años, y ese dato se ha podido establecer utilizando el C14 para realizar la datación. Y qué posibilidades hay de que en todos esos miles de millones de años que han transcurrido la vida pudo haberse originado? Es mucho tiempo para que la vida haya surgido y extinguido en muchas ocasiones, y los científicos están empezando a considerarlo.

En este artículo, el autor Avi Loeb examina la posibilidad de que la vida en la Tierra pudo haber surgido mucho antes de lo que se tenía establecido, cuando la Tierra era muy joven y apenas habían pasado unos pocos cientos de miles de años desde su origen.

El ancestro de todos los organismos vivos

Un nuevo artículo publicado en Nature concluye que el Last Universal Common Ancestor (LUCA) o “Último Antepasado Común Universal” (en español) de la vida en la Tierra existió hace entre 4.090 y 4.330 millones de años, sólo unos cientos de millones de años después del impacto que formó la Luna.

La Tierra se formó hace 4.570 millones de años. Tras la colisión que dio lugar a la Luna, cuando la Tierra tenía entre 60 y 175 millones de años, la temperatura de la Tierra alcanzó unos 2.300 grados Kelvin (3.680 °F o 2.026 °C), demasiado caliente para que el agua líquida pudiera sustentar la química de la vida tal y como la conocemos. La Tierra tardó decenas de millones de años en enfriarse significativamente. El descubrimiento de cristales de circón en Australia Occidental hace entre 4.400 y 4.000 millones de años confirma la presencia de agua líquida durante la época de aparición inferida de LUCA.

Representación del proceso de panspermia. Crédito de imagen: Wikimedia Commons

El ADN de todos los organismos vivos actuales, desde E. coli hasta los humanos, se remonta a LUCA. El nuevo estudio demuestra que LUCA era un organismo complejo, no muy diferente de los procariotas modernos, y que poseía un sistema inmunitario primitivo para luchar contra los virus. El temprano inicio de la vida en la Tierra sugiere que comenzó rápidamente en condiciones similares en otros planetas.

El enfriamiento radiativo de un planeta depende de su superficie, mientras que su contenido de calor depende de su volumen. Marte es más pequeño que la Tierra, por lo que se enfrió más rápidamente debido a su mayor relación superficie/volumen. Existen pruebas definitivas de que el Marte primitivo albergaba una atmósfera y vastas masas de agua líquida similares a las de la Tierra. La temprana formación de la vida en la Tierra sugiere que la vida podría haber comenzado incluso antes en un Marte de enfriamiento más rápido. Esto implica que LUCA podría haberse formado primero en Marte y luego haberse transferido a la Tierra en el interior de las rocas.

¿Panspermia desde Marte?

La viabilidad de la transferencia de vida entre Marte y la Tierra, denominada “panspermia“, queda demostrada por el meteorito marciano ALH84001, descubierto en la Antártida en 1984. El interior de este meteorito nunca se calentó por encima de los 40 grados Celsius (104 °F), lo que implica que la roca siempre estuvo por debajo de la temperatura ambiente incluso antes de ser expulsada de Marte como resultado del impacto de un asteroide o un cometa hace unos 15 millones de años.

Una temperatura más alta habría roto el acoplamiento magnético entre los electrones de la red y desmagnetizado la roca, en conflicto con su magnetismo detectado. Dado el bajo nivel de calentamiento, la vida marciana podría haber sobrevivido en el interior de una roca similar que fuera expulsada de forma parecida durante los primeros cientos de millones de años de la historia de Marte.

LUCA, ¿el primer astronauta?

Si LUCA llegó a la Tierra desde Marte, entonces todos somos marcianos. En ese caso, el primer astronauta del sistema solar puede haber sido LUCA en rocas marcianas, mucho antes de que Yuri Gagarin se aventurara en el espacio en 1961.

En caso de que la vida terrestre se originara en Marte, la ambición de Elon Musk de establecer una base marciana en un par de décadas equivale al deseo de regresar al hogar de la infancia. Musk dijo a los empleados de SpaceX en abril de 2024 que espera que un millón de personas vivan en Marte en unos 20 años.

Representación artística de la Base Alpha en Marte. Crédito de imagen: SpaceX

Marte perdió su dínamo de campo magnético hace como mucho 3.900 millones de años, y más tarde perdió su atmósfera y el agua líquida hace unos miles de millones de años. Si existieron seres inteligentes en Marte justo antes de que se convirtiera en el desierto habitable que vemos hoy, los arqueólogos del futuro podrían encontrar pinturas prehistóricas en las paredes de las cuevas y tubos de lava marcianos.

Si Marte nunca hubiera perdido su atmósfera, sino que hubiera dado lugar a vida compleja como la Tierra, entonces podrían haberse desarrollado civilizaciones tecnológicas contemporáneas de forma independiente tanto en Marte como en la Tierra. Imaginemos una realidad virtual en la que tanto Marte como la Tierra desarrollaran vida inteligente al mismo tiempo, a partir de la siembra simultánea por parte de la misma LUCA, y las civilizaciones tecnológicas de ambos planetas se hubieran enzarzado en una carrera armamentística en cuanto se hubieran detectado mutuamente con sus telescopios. ¿Promovería tal realidad la paz entre las naciones de la Tierra, ya que todos los terrícolas sentirían la urgencia de cooperar?

La comprensión por parte de los terrícolas de que todos estamos en el mismo barco como resultado de la amenaza existencial de los marcianos podría haber moldeado la geopolítica para rehuir las disputas territoriales en la roca terrestre. Habría sido ridículo que las guerras ocurran en la Tierra mientras los marcianos desarrollan el equivalente de la nave estelar de Musk para llegar a la Tierra.

Esto suena a ciencia ficción, pero podría hacerse realidad si se cumple el deseo de Musk. Las futuras generaciones de marcianos perderán su lealtad a la Tierra y podrían entrar en una carrera armamentística con los terrícolas. Una vez que sus ambiciones territoriales lleguen a la Tierra, los terrícolas no tendrán más remedio que cooperar. John Lennon nunca imaginó este futuro en su canción titulada “Imagine”, donde soñaba: “Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz“.

Los marcianos inteligentes podrían convertirse fácilmente en enemigos de los terrícolas. Como demuestran nuestras redes sociales, los seres inteligentes que más odiamos son los que menos conocemos.

Por: Avi Loeb, para su blog en Medium

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Crédito imagen de portada: depositphotos.com