Un equipo de científicos ha detectado dos gases en la atmósfera de Venus que podrían ser las huellas de la vida en nuestro hostil vecino.

Según algunos datos preliminares, se han detectado gas fosfina y gas amoníaco en la espesa y caliente atmósfera del planeta, según anunciaron los astrofísicos en la National Astronomy Meeting de la Royal Astronomical Society, celebrada el miércoles en Inglaterra.

Ambos gases no pueden explicarse fácilmente por fenómenos atmosféricos o geológicos en Venus, lo que significa que podrían ser posibles biofirmas.

Dave Clements, investigador de astrofísica del Imperial College London, dijo en un comunicado:

“El análisis preliminar de nuevas observaciones con un nuevo receptor del telescopio James Clerk Maxwell (JCMT), realizadas en el marco del proyecto JCMT-Venus, ha confirmado la presencia de fosfina y apunta a la existencia de mayores cantidades cerca de las nubes.

Al mismo tiempo, las observaciones con el telescopio Green Bank (GBT) en longitudes de onda de radio más largas están insinuando también la presencia de amoníaco en la atmósfera de Venus”.

Se trata de resultados muy preliminares que aún no se han publicado en una revista especializada.

Entorno extremo

Venus es uno de los entornos más extremos y hostiles de nuestro sistema solar. Su atmósfera se compone principalmente -alrededor del 96.5%- de dióxido de carbono, seguido de un 3.5% de nitrógeno y trazas de dióxido de azufre, vapor de agua y monóxido de carbono. Más arriba en la atmósfera, hay espesas nubes de ácido sulfúrico.

Nave espacial Magallanes cerca del planeta Venus. Crédito de imagen: depositphotos.com

La superficie de Venus tiene una presión atmosférica unas 92 veces superior a la de la Tierra a nivel del mar, y su temperatura superficial es extremadamente alta, con una media de unos 872 grados Fahrenheit (466 ° C). Este intenso calor se debe al efecto invernadero, causado por la densa atmósfera de CO2 que atrapa el calor del sol.

Según los resultados preliminares de los científicos, el gas fosfina y el gas amoníaco se detectaron en “niveles de parte por billón a parte por millón”, que es una cantidad increíblemente pequeña.

En la Tierra, el gas fosfina sólo lo producen en cantidades significativas las bacterias que viven en entornos con poco oxígeno, por lo que a menudo se considera un marcador de vida.

Clements dijo:

“Son posibles biofirmas, ya que producir estos compuestos de fósforo (para la fosfina) y nitrógeno (para el amoníaco) en la atmósfera oxidante de Venus es muy difícil para los procesos químicos normales y conocidos. En la Tierra, estos dos gases son producidos en gran medida por la vida o la industria humana, y la fosfina se ha sugerido como un biomarcador para planetas que orbitan otras estrellas”.

Teorizan que la vida podría sobrevivir en las nubes de Venus

Algunos han teorizado que la vida podría sobrevivir en lo alto de las nubes de Venus, donde la temperatura y la presión son más parecidas a las de la Tierra. Sin embargo, nunca se han encontrado pruebas de esta hipotética vida.

Sin embargo, puede haber habido otras formas de que estos gases llegaran a la atmósfera de Venus.

Clements agregó:

“No pretendemos haber detectado vida, pero desconocemos las rutas químicas a través de las cuales podrían producirse; todo lo que hemos explorado hasta ahora, al menos en el caso de la fosfina (el amoníaco aún debe examinarse en detalle), no ha sido capaz, pero es muy posible que haya cosas en las que aún no hayamos pensado”.

Por ahora, los investigadores seguirán analizando sus primeros datos e investigando cómo pueden haber aparecido estos gases en este planeta tan caliente.

Clements dijo:

“Tenemos muchos datos de JCMT-Venus que procesar y digerir antes de que podamos volver a detectar la fosfina sobre una base sólida. Lo mismo ocurre con el amoníaco.

“Y tenemos más datos procedentes de diversos observatorios”.

Astrónomos han detectado trazas de gas fosfina en la atmósfera de Venus. Crédito de imagen: ESA – C. Carreau / Benjah-bmm27

Nuevas misiones a Venus

Por otra parte, hay planes para nuevas misiones a Venus, algunas de las cuales podrán explorar la presencia de amoníaco y fosfina y cómo podrían producirse, química o biológicamente.

Sean o no rastros de vida lejana, estos descubrimientos han entusiasmado a la comunidad astronómica.

Robert Massey, director ejecutivo adjunto de la Royal Astronomical Society, que no participó en la investigación, dijo en un comunicado:

“Estos son hallazgos muy emocionantes, pero hay que subrayar que los resultados son sólo preliminares y se necesita más trabajo para aprender más sobre la presencia de estos dos biomarcadores potenciales en las nubes de Venus.

No obstante, es fascinante pensar que estas detecciones podrían apuntar a posibles signos de vida o a algunos procesos químicos desconocidos. Será interesante ver qué descubren nuevas investigaciones en los próximos meses y años”.

Las llamadas biosignatures no son una prueba irrefutable de la existencia de vida extraterrestre. Pero la observación intensificará el interés por Venus y planteará la posibilidad de que la vida haya surgido e incluso florecido en el pasado más templado del planeta y haya perdurado hasta hoy en bolsas de la atmósfera.

[FT: theguardian]

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Crédito imagen de portada: depositphotos.com