Un objeto extraño descubierto por el Telescopio Espacial James Webb (JWST) puede ser un par de planetas errantes, y ahora un nuevo estudio descubre que están emitiendo señales de radio. Un equipo de científicos mexicanos decidió comprobar qué tipo de señales emitían estos extraños cuerpos, y quedaron perplejos por lo que encontraron.
En 2023, el JWST ayudó a identificar cientos de planetas errantes que flotan libremente y que no orbitan alrededor de una estrella madre. Ahora, los astrónomos han descubierto que un par de estos planetas pueden estar produciendo señales de radio enigmáticas y difíciles de interpretar.
Los planetas errantes detectados por JWST se encuentran en la Nebulosa de Orión, un punto de observación para los astrónomos desde hace mucho tiempo. En total, suman más de 500. Esta bonanza de descubrimiento fue posible gracias a la capacidad del JWST para captar la radiación infrarroja emitida por estos planetas relativamente jóvenes.
Sin embargo, curiosamente alrededor de 80 de estos planetas existen en pares. De masa similar a la de Júpiter, los planetas se orbitan entre sí a distancias que oscilan entre 25 y 400 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Estos dúos tangueantes, llamados Jupiter-mass binary objects (JuMBO), plantean un gran misterio para los astrónomos, porque la existencia de estos mundos desafía las teorías actuales sobre la formación de planetas. Algunos científicos piensan que estos objetos pueden ni siquiera ser planetas, sino entidades previamente desconocidas que son más grandes que los planetas pero más pequeñas que las enanas marrones, que a veces se llaman “estrellas fallidas” porque desdibujan la línea entre planetas y estrellas.
Generan radiación infrarroja
Los datos del JWST mostraron que los JuMBO generaban radiación infrarroja, pero los autores del nuevo estudio querían ver si estos objetos danzantes producían ondas de radio. Esto se debe a que diferentes clases de objetos cósmicos producen distintos patrones de emisiones de radio. Por ejemplo, planetas como Júpiter emiten varios tipos de señales de radio, incluidas emisiones de frecuencia de gigahercios miles de veces más agudas que una señal de FM, en parte debido a sus campos magnéticos.
Luis Rodríguez, profesor emérito del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo en un comunicado:
“Detectar esas firmas de los JuMBO podría ayudar a resolver su identidad. Las observaciones también podrían explicar por qué algunos objetos tienen emisiones de radio detectables y otros no”.
Para encontrar “instantáneas” de ondas de radio de la Nebulosa de Orión donde residen los JuMBO, los científicos revisaron los archivos de observaciones mantenidos por el U.S. National Radio Astronomy Observatory (NRAO). Encontraron solo un par que aparentemente emite ondas de radio: JuMBO 24. Es una rareza entre los objetos extraños, es el más pesado de los JuMBO y también el que tiene el espacio más reducido entre los planetas que lo componen.
Ondas de radio estables y fuertes
Los datos de una década que recopiló el equipo de investigación mostraron que las ondas de radio se mantuvieron estables pero fuertes, con una potencia de aproximadamente un cuarto de tonelada de TNT y frecuencias de 6 a 10 gigahercios. Las ondas de radio tampoco estaban polarizadas circularmente, lo que significa que carecían de campos eléctricos espirales y retorcidos, informó el equipo en su estudio, publicado el 8 de enero en The Astrophysical Journal Letters.
Pero estas características no son lo que los astrónomos esperan de las señales creadas por los planetas.
Rodríguez dijo:
“La polarización circular es un indicador inequívoco de la presencia de campos magnéticos”.
Sin esto, el equipo no puede decir definitivamente que las señales provienen de JuMBO 24 (suponiendo que los planetas tengan campos magnéticos). Además, las emisiones de radio de otros exoplanetas son más variables y menos intensas.
Aunque JuMBO 24 no es un par de planetas sino otro tipo de dúo cósmico, las señales son inusuales. Las señales de las enanas marrones son muy diferentes de los haces de radio recientemente identificados. El brillo y la frecuencia de los rayos incluso descartaron la posibilidad de púlsares, los núcleos de estrellas muertas que giran rápidamente y que producen pulsos de ondas de radio a intervalos regulares.
Los investigadores también estimaron la probabilidad de que las señales se originen en un objeto detrás de JuMBO 24 y descubrieron que era extremadamente pequeña, sólo 1 entre 10.000. Y, según indican los científicos, las señales probablemente no provienen de extraterrestres.
Rodríguez afirmó:
“El hecho de que ambos componentes emitan en niveles similares favorece un mecanismo natural”.
Con la investigación estancada, el equipo está solicitando al Very Large Array del NRAO en Nuevo México la recopilación de datos de planetas que flotan libremente. Hasta entonces, las señales de radio seguirán siendo un misterio.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en The Astrophysical Journal Letters.
Fuente: livescience
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