Los viajes interestelares ya no solo son tratados en el ámbito de la ciencia ficción, ahora un equipo de científicos ha planteado enviar pequeñas criaturas a sistemas estelares vecinos, es decir a mundos en otras estrellas.
No es realmente una sorpresa que las criaturas más pequeñas sean más capaces de sobrevivir a las duras condiciones de los viajes espaciales, pero saber que los primeros viajeros interestelares pueden ser organismos microscópicos plantea un montón de preguntas éticas.
En un nuevo comunicado de prensa de la UC Santa Barbara, los profesores Philip Lubin y Joel Rothman, dijeron esta semana que es posible enviar pequeños gusanos redondos o incluso tardígrados, conocidos cariñosamente como “osos de agua”, a sistemas estelares cercanos en una astronave pequeña del tamaño de una oblea.
Rothman dijo:
“Creo que es nuestro destino seguir explorando. Mira la historia de la especie humana. Exploramos a niveles cada vez más pequeños hasta niveles subatómicos y también exploramos a escalas cada vez mayores. Tal impulso hacia la exploración incesante se encuentra en el centro de lo que somos como especie”.
Los tardígrados en particular pueden ser excelentes candidatos debido a su casi indestructibilidad: las criaturas microscópicas pueden suspender la función metabólica para sobrevivir al frío extremo, el vacío del espacio e incluso ser disparados con un arma en un experimento memorable.
Vida fuera del mundo
Sin embargo, hay algunos problemas con el envío de osos de agua a las estrellas. En primer lugar, incluso los tardígrados no son perfectamente inmortales. Es ni siquiera del todo claro cuánto tiempo pueden sobrevivir en el espacio – y en las décadas o incluso siglos que se tardaría en llegar a otro planeta, que es una cuestión muy importante.
Además, está la cuestión ética de si los humanos tienen derecho a introducir vida en nuevos lugares, lo cual conceden los investigadores de la UC Santa Bárbara.
Lubin dijo en el comunicado:
“Está la ética. Creo que si comienzas a hablar sobre la propagación dirigida de la vida, que a veces se llama panspermia, esta idea de que la vida vino de otro lugar y terminó en la Tierra por medio de cometas y otros desechos, o incluso intencionalmente de otra civilización, la idea de enviar vida a propósito plantea grandes preguntas”.
Y eso sin entrar en el bienestar de los propios tardígrados. Puede sonar tonto preocuparse por si un animal tan pequeño puede pensar o sentir, pero antes de que los pongamos en órbita, al menos vale la pena preguntarse.
Gracias por leernos. Te invitamos a seguirnos en nuestra Página de Facebook, para estar al tanto de todas las noticias que publicamos a diario. También puedes unirte a nuestra comunidad en Telegram.
Imaginen cuando reciban el curioso envío…
Hay que estar bastante desequilibrada para tan tamaño determinación…
Parece que la ciencia es la única que se queda atrás…