Utilizando los instrumentos del rover Yutu-2, de la misión Chang’e-4 de China, científicos lograron ver una serie de estructuras bajo la superficie en la cara oculta de la Luna. Este logro ha hecho posible revelar miles de millones de años de historia lunar.
El rover Yutu-2 ayudó a realizar el descubrimiento gracias a su LPR (radar de sondeo lunar), que captó imágenes de las profundidades de la superficie lunar escuchando los ecos del sonido que rebotaban en las estructuras situadas bajo la superficie lunar y ocultas a la vista.
Los científicos habían utilizado previamente el GPR (sondeo de penetración en el suelo) del rover, pero esos esfuerzos anteriores solo pudieron ayudar a mapear los 40 metros superiores de la superficie lunar. Gracias a la nueva exploración, hallaron las estructuras “ocultas” a una profundidad de unos 300 metros.
Lo que dejó un gran objeto que colisionó con la Luna
El análisis por radar también reveló la presencia de un cráter enterrado que se formó cuando un objeto de gran tamaño chocó contra la superficie lunar y ayudó a cartografiar antiguos flujos de lava bajo la Luna.
Los investigadores explican en el estudio publicado en Journal of Geophysical Research: Planets:
“El GPR envía pulsos electromagnéticos al interior lunar y recibe ecos de las capas subsuperficiales. Utilizamos los datos del canal de alta frecuencia para detectar la estructura de los 40 m superiores a lo largo de la trayectoria del rover, formada principalmente por restos de roca y suelo”.
Los científicos especulan que las rocas rotas que rodean esta formación fueron probablemente restos producidos por el impacto.
Los científicos agregan:
“A través de esta investigación, detectamos múltiples capas en los 300 m superiores, que probablemente indican una serie de erupciones de basalto ocurridas hace miles de millones de años”.
Un pasado lunar muy diferente al actual
El nuevo estudio también revela que es probable que la lava lunar fluyera por el paisaje de esta parte de la Luna hace miles de millones de años.
Los investigadores descubrieron que las capas de roca volcánica son más delgadas cuanto más cerca están de la superficie lunar.
Los científicos explicaron:
“La variación del grosor de estos flujos de lava sugiere una disminución de la escala de erupción a lo largo del tiempo”.
Basándose en estas pruebas, afirmaron que la actividad volcánica lunar se enfrió poco a poco desde la formación de la Luna hace más de 4.500 millones de años, cuando un objeto del tamaño de Marte chocó contra la Tierra y desprendió un trozo que acabó fusionándose en la Luna.
Los científicos concluyeron:
“El grosor de los estratos disminuye con la profundidad decreciente, lo que sugiere una tasa de efusión de lava progresivamente menor a lo largo del tiempo”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Journal of Geophysical Research: Planets.
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