¿Está la cola opuesta al Sol de 3I/ATLAS compuesta por un enjambre de objetos?
Publicado el 01 Dic 2025
© Imagen: Prof. Dra. Christina Birkenhake / Bobby Howe

Las recientes observaciones de 3I/ATLAS han revelado una elongación luminosa dirigida hacia el Sol que no encaja con el comportamiento típico de los cometas, lo que llevó a Avi Loeb a plantear una hipótesis audaz: la posibilidad de que esta anti-cola solar esté formada no por polvo expulsado, sino por un enjambre de objetos independientes que acompañan al cuerpo principal mientras atraviesa el Sistema Solar.

Durante noviembre de 2025, diversas imágenes mostraron que la coma de 3I/ATLAS tenía una forma de lágrima con una prolongación notable hacia el Sol, un rasgo que llamó la atención por su contradicción con la física habitual de los cometas, cuyas colas se orientan en dirección opuesta debido a la presión de radiación solar. Observaciones previas, como las obtenidas por el Telescopio Espacial Hubble el 21 de julio de 2025, ya habían mostrado un resplandor dirigido hacia el Sol con una longitud angular considerable, incluso en un ángulo de visión que debería haber comprimido geométricamente la estructura. En ese contexto, la pregunta fundamental era por qué 3I/ATLAS mostraba un comportamiento tan distinto al esperado para un objeto sublimante.

Comportamiento no gravitacional y geometría inusual

Los cálculos basados en la trayectoria registrada en el sistema Horizons de la NASA indican que 3I/ATLAS experimenta una aceleración no gravitacional pequeña, del orden de una fracción muy reducida de la aceleración solar. Esta aceleración adicional escala con la inversa del cuadrado de la distancia al Sol, por lo que su influencia relativa se mantiene estable durante el recorrido por el Sistema Solar. De acuerdo con Loeb, este efecto sugiere que el cuerpo principal está siendo impulsado de manera constante, posiblemente por procesos de sublimación o mecanismos aún no identificados. Lo singular es que la anti-cola solar se mantuvo visible tanto durante la aproximación al Sol como después del perihelio, lo que implica que su estructura no era simplemente un fenómeno pasajero de eyección de material.

Las estimaciones realizadas en el análisis de Loeb indican que la separación angular observada, del orden de un minuto de arco, equivale a una distancia física aproximada de decenas de miles de kilómetros si se proyecta desde la Tierra, una magnitud compatible con la separación que tendrían objetos pequeños que orbitan ligeramente más cerca del Sol que el cuerpo principal debido a la ausencia de aceleración no gravitacional en ellos.

Imagen de 3I/ATLAS el 22 de noviembre de 2025 a las 3:00-5:00 UTC basada en el apilamiento de 106 imágenes de exposiciones de 60 segundos, tomadas con un telescopio de 0.30 metros en Sternwarte Feuerstein (http://sfeu.de) en Alemania. La imagen muestra una coma con forma de lágrima y una anticolas en dirección al sol, apuntando hacia la esquina inferior izquierda

Imagen de 3I/ATLAS el 22 de noviembre de 2025 a las 3:00-5:00 UTC basada en el apilamiento de 106 imágenes de exposiciones de 60 segundos, tomadas con un telescopio de 0.30 metros en Sternwarte Feuerstein (http://sfeu.de) en Alemania. La imagen muestra una coma con forma de lágrima y una anticolas en dirección al sol, apuntando hacia la esquina inferior izquierda. Crédito de imagen: Prof. Dra. Christina Birkenhake

La hipótesis del enjambre de objetos

A partir de estos datos, Loeb propone que la anti-cola solar podría estar compuesta por un enjambre de objetos sólidos, potencialmente fragmentos desprendidos del cuerpo principal o elementos que formaban parte de una estructura previa al ingreso al Sistema Solar. Según sus cálculos, incluso un conjunto de fragmentos cuya masa total represente una fracción ínfima de la masa del núcleo podría reflejar una parte significativa de la luz visible. El ejemplo planteado por Loeb sugiere que mil millones de fragmentos extremadamente pequeños podrían generar hasta el 99 % del brillo observado en la anti-cola, mientras que el núcleo reflejaría solo una porción minoritaria.

Este escenario permitiría explicar por qué el resplandor hacia el Sol se mantiene nítido y estable en diversas fases de la trayectoria. Si los fragmentos no experimentan la aceleración adicional que afecta al objeto principal, quedarían ligeramente rezagados o adelantados según su posición relativa con respecto al Sol, generando una separación observable. Además, la geometría del enjambre sería coherente con la apariencia alargada de la estructura solar, ya que la distribución y tamaño de los fragmentos influirían en la dispersión y reflexión de la luz en la dirección de la estrella.

Alternativas y desafíos interpretativos

Aunque la hipótesis del enjambre de objetos es sugerente, no es la única explicación posible. Investigaciones recientes, como las desarrolladas por Eric Keto junto con Loeb, proponen que la anti-cola podría formarse por granos de hielo expulsados desde la cara iluminada por el Sol que subliman lentamente, de modo que su tiempo de vida es suficiente para extenderse hacia la estrella antes de desaparecer. Esta interpretación podría evitar la necesidad de asumir la existencia de cuerpos sólidos independientes y se basa en procesos conocidos de sublimación anisotrópica.

La dificultad principal para distinguir entre ambos escenarios reside en la limitada resolución de las observaciones disponibles y en la distancia a la que se encuentra 3I/ATLAS. La ausencia de un seguimiento continuo con instrumentos de mayor sensibilidad dificulta la detección de variaciones en el movimiento relativo de posibles fragmentos. Loeb enfatiza que solo un análisis detallado del desplazamiento diferencial y de la dispersión lumínica podría confirmar o descartar definitivamente la existencia de un enjambre.

Un caso abierto en la ciencia de objetos interestelares

El comportamiento de 3I/ATLAS continúa desafiando las interpretaciones tradicionales sobre cometas y cuerpos interestelares. La idea del enjambre plantea interrogantes valiosos sobre la naturaleza estructural de algunos objetos que abandonan sus sistemas de origen. Si se confirmara, ampliaría las posibilidades sobre cómo se forman, fragmentan y viajan estos cuerpos a través del espacio interestelar. Por ahora, la evidencia señala un fenómeno inusual cuya explicación definitiva requerirá nuevas observaciones, análisis más finos y un esfuerzo coordinado que permita estudiar la evolución del objeto con mayor precisión.

Referencias: “Is the Sunward Anti-Tail of 3I/ATLAS Composed of a Swarm of Objects?”, Avi Loeb, Medium. (Fuente)

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Por: CodigoOculto.com

Redacción CODIGO OCULTO

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La verdad es más fascinante que la ficción.

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