Un reciente informe astronómico reveló que el objeto interestelar 3I/ATLAS presenta una producción anómala y muy alta de níquel en su coma (nube de gas y polvo que envuelve el núcleo de un cometa), un hallazgo que desafía la comprensión actual sobre la composición y el comportamiento de cometas y cuerpos similares en el espacio. La detección de este metal en proporciones inusualmente elevadas plantea nuevas preguntas sobre su origen, los procesos físicos que lo gobiernan y las implicaciones para la formación de objetos interestelares.
Un visitante interestelar muy singular
Desde la llegada de 1I/ʻOumuamua en 2017 y posteriormente de 2I/Borisov en 2019, la astronomía ha entrado en una nueva etapa de exploración: la observación directa de visitantes interestelares que cruzan nuestro sistema solar. Estos objetos, formados en entornos estelares distintos al nuestro, ofrecen la posibilidad de estudiar materiales primordiales y condiciones diferentes a las que dieron origen a planetas y cometas locales.
En este contexto aparece 3I/ATLAS, detectado en 2020, cuyo comportamiento ha sido objeto de atención constante. Lo que parecía ser un cometa interestelar típico pronto reveló características fuera de lo común. El reciente análisis espectroscópico, realizado con el Very Large Telescope (VLT) en Chile, mostró una fuerte presencia de metales como hierro y níquel en su coma, a niveles que sorprenden a los científicos.
La anomalía del níquel
En cometas tradicionales del sistema solar, el níquel es un elemento presente en bajas proporciones y ligado normalmente a minerales refractarios, es decir, materiales que requieren temperaturas muy elevadas para sublimarse. Por lo general, los cometas activos liberan agua, dióxido de carbono, monóxido de carbono y polvo, pero no grandes cantidades de metales pesados.
El caso de 3I/ATLAS rompe con este patrón. El informe señala que las cantidades de níquel y la proporción con respecto al hierro son significativamente más altas que en cometas estudiados dentro del sistema solar. Este fenómeno es difícil de explicar porque las temperaturas en la superficie del cometa no deberían ser suficientes para que minerales con níquel pasen al estado gaseoso.
En palabras de los investigadores, se trata de un hallazgo “extremadamente desconcertante”, que obliga a replantear los modelos de actividad cometaria y la forma en que ciertos compuestos pueden liberarse en el espacio.

Logaritmo de la relación entre la tasa de producción de níquel y hierro en función del logaritmo de su tasa de producción total. Los nuevos datos del Very Large Telescope para 3I/ATLAS (cuadrados rojos) se muestran en comparación con los cometas conocidos (rombos de otros colores). Crédito de imagen: D. Hutsemékers et al. 2025
En conclusión, los autores escriben:
“A las distancias a las que se observan los cometas, la temperatura es demasiado baja para vaporizar los granos de silicato, sulfuro y metálicos que contienen átomos de níquel y hierro. Por lo tanto, la presencia de átomos de níquel y hierro en la coma cometaria es extremadamente desconcertante… 3I/ATLAS, que es un cometa empobrecido en C2, muestra propiedades extremas en las primeras fases de su actividad en lo que respecta a las tasas de producción y las proporciones de abundancia de níquel y hierro”.
Posibles explicaciones
Existen varias hipótesis que intentan dar sentido a esta anomalía:
1. Composición inusual del núcleo
El núcleo de 3I/ATLAS podría estar enriquecido en metales pesados desde su formación, lo que indicaría que se gestó en una región del espacio diferente a las que conocemos. Esto sugeriría que los procesos de acreción planetaria y cometaria son mucho más diversos de lo que se pensaba.
2. Procesos internos desconocidos
Otra posibilidad es que el cometa posea mecanismos internos que faciliten la liberación de níquel a temperaturas relativamente bajas. Reacciones químicas, microfracturas o efectos catalíticos podrían estar involucrados en la movilización de estos metales hacia la coma.
3. Interacción con entornos externos
Se plantea también que 3I/ATLAS pudo atravesar regiones del espacio ricas en polvo metálico, incorporando partículas de níquel en su superficie. Al activarse, ese material externo se liberaría, produciendo el exceso observado.
4. Naturaleza no cometaria
Algunos científicos consideran que el objeto podría no ser un cometa en el sentido clásico. Tal vez sea un fragmento de un cuerpo mayor, como un planetoide diferenciado, con abundancia de metales en sus capas internas. Esto explicaría por qué su composición difiere tanto de los cometas conocidos.
5. Interpretación instrumental
Finalmente, no puede descartarse la posibilidad de que los resultados estén influidos por limitaciones en las mediciones. Los espectros pueden ser complejos y confusos, y parte de la señal atribuida al níquel podría deberse a otros compuestos o a condiciones específicas de observación.

3I/ATLAS, el objeto interestelar ha mostrado una nueva anomalía: cantidades inusuales de níquel en su coma. Crédito de imagen: NASA
Implicaciones para la ciencia planetaria
El hallazgo tiene varias consecuencias importantes:
En primer lugar, amplía la diversidad conocida de los cuerpos interestelares. Ya no se trata solo de objetos helados que liberan gases comunes, sino también de potenciales portadores de metales pesados.
En segundo lugar, desafía los modelos de formación. Si 3I/ATLAS realmente se formó con abundancia de níquel, significa que los discos protoplanetarios de otras estrellas pueden producir configuraciones químicas distintas, lo que afecta la comprensión sobre la formación de sistemas planetarios.
En tercer lugar, abre la puerta a aplicaciones interdisciplinarias. La presencia de metales pesados en cometas puede servir como analogía para la exploración de recursos en el espacio, y su estudio contribuye a comprender mejor los procesos de transporte de elementos en la galaxia.
Preguntas abiertas
Pese al avance, quedan muchas incógnitas. ¿Cómo se explica que el níquel se libere en condiciones aparentemente inadecuadas? ¿Qué procesos químicos desconocidos están en juego? ¿Se trata de un caso único o es la punta de un fenómeno más común en cuerpos interestelares?
Responder a estas preguntas requerirá nuevas observaciones con telescopios más sensibles, así como comparaciones con otros visitantes interestelares. Misiones espaciales futuras también podrían aportar respuestas directas si se logra enviar sondas para estudiar cometas de este tipo de cerca.
Conclusión
El caso de 3I/ATLAS y su inusual producción de níquel representa un desafío científico de gran magnitud. Más que un hallazgo aislado, constituye una invitación a ampliar los marcos teóricos sobre la formación y evolución de los cuerpos celestes. Su estudio refuerza la idea de que el universo está lleno de sorpresas y de que los visitantes interestelares son ventanas únicas hacia fenómenos que no se producen en nuestro propio sistema solar.
Lejos de cerrar un tema, este descubrimiento abre múltiples líneas de investigación que marcarán la astronomía de las próximas décadas. Como en otros momentos de la historia científica, las anomalías pueden ser el motor de revoluciones conceptuales, y 3I/ATLAS se perfila como uno de esos casos capaces de transformar lo que creemos saber sobre el cosmos.
Los hallazgos de la investigación titulada “Extreme NiI/FeI abundance ratio in the coma of the interstellar comet 3I/ATLAS⋆” han sido publicados en arXiv.org.
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Por: CodigoOculto.com
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