En las cercanías de una base significativa de la Fuerza Aérea vivía Paul Bennewitz, un ciudadano que comenzó a observar luces que se movían de manera extraña en el cielo nocturno. Intrigado por estos fenómenos, comenzó a interesarse, a investigar, y acabó interceptando transmisiones de radio en un idioma desconocido. Consciente de la posible magnitud de su hallazgo, informó a la Fuerza Aérea, quienes sorprendentemente financiaron su investigación durante varios años. Sin embargo, este misterioso episodio culminó con Bennewitz siendo recluido en un hospital psiquiátrico.
En 1969, en Nuevo México, Paul Bennewitz fundó una empresa de electrónica llamada “Thunder Scientific” mientras completaba su doctorado. Su empresa tuvo éxito, llegando a trabajar con la NASA y la Fuerza Aérea. Su relación con la Fuerza Aérea lo llevó a mudarse cerca de la Base Aérea de Kirtland en Albuquerque, una de las más grandes y sensibles de Estados Unidos, donde se desarrollaba y evaluaba armamento, incluyendo armas nucleares.
Desde su casa, Bennewitz observaba luces inusuales cerca de la base aérea, particularmente en el área de almacenamiento de armas nucleares. Documentó todo, incluyendo notas y fotografías, y configuró su equipo de radio para interceptar transmisiones, las cuales no tardaron en aparecer en una frecuencia inusual. Bennewitz comenzó a descifrar estas transmisiones utilizando técnicas de criptoanálisis y un ordenador personal. Aunque no descifró todo, accedió a suficiente información para tener una idea general del contenido de las comunicaciones. Decidió emitir un mensaje y pronto recibió respuestas que lo convencieron de que los visitantes no tenían intenciones benévolas.
Convencido de un potencial peligro, continuó comunicándose con estos seres. También conoció a Myrna Hansen, quien afirmó haber sido abducida y llevada a una base subterránea donde observó experimentos con ganado y partes humanas. Este caso reforzó las sospechas de Bennewitz sobre la amenaza que representaban estos visitantes.
La “invasión alienígena” era inminente
Para Bennewitz, la invasión alienígena era inminente, preparó un dossier con toda la información recopilada y lo presentó a la Fuerza Aérea. Fue atendido por Richard Doty de la Oficina de Investigación Especial (AFOSI), quien revisó su trabajo y equipo. La Fuerza Aérea financió su investigación, exigiendo que compartiera toda la información obtenida. Bennewitz también creía que los visitantes abducían y colocaban implantes en las personas. Enviaba informes detallados al director de APRO y otros investigadores.
Bill Moore, un destacado investigador OVNI, fue asignado por APRO para visitar a Bennewitz. El investigador pronto formó una amistad con el investigado, ganando su confianza. Durante esta época, misteriosas mutilaciones de ganado en Nuevo México y Colorado, coincidiendo con avistamientos de luces, llevaron a especulaciones sobre la conexión con el fenómeno OVNI. Bennewitz estaba convencido de que los grises eran responsables de las mutilaciones y abducciones, y afirmaba que tenían un acuerdo con el Gobierno para construir una base subterránea en la meseta de Archuleta, cerca de Dulce, Nuevo México.
En 1981, Moore entregó a Bennewitz un documento gubernamental secreto, el “Proyecto Acuario“, que confirmaba que la Fuerza Aérea analizaba la información proporcionada por Bennewitz. Moore advirtió a Bennewitz que mantuviera el documento en secreto. Donde también se mencionaba al grupo “MJ 12“, supuesto encargado de controlar la información sobre OVNIs.
Bennewitz compiló un informe titulado “Proyecto Beta“, que detallaba sus hallazgos y proponía una estrategia para contrarrestar la amenaza alienígena. Según él, los extraterrestres realizaban experimentos genéticos aberrantes y se alimentaban de una fórmula hecha de material humano y bovino. Difundió su informe entre altos funcionarios, pero recibió una respuesta genérica que no le convenció. Concluyó que los altos funcionarios también podrían estar bajo la influencia de los implantes extraterrestres.
Paranoia lo invade
A medida que su salud mental se deterioraba, Bennewitz se volvió más paranoico y obsesivo. En una visita de Moore y Doty, se evidenció su estado preocupante: su casa estaba llena de armas y cuchillos, y afirmaba ser vigilado constantemente. Su familia, preocupada, lo instó a dejar de investigar, pero Bennewitz estaba atrapado en su obsesión. Finalmente, ingresó en una institución mental durante un tiempo, y falleció en 2003, a los 75 años, marcado por su trágica búsqueda de la verdad sobre los OVNIs.
Pero todo era mentira. La historia de Paul Bennewitz no solo es una narrativa sobre la obsesión y la búsqueda de la verdad, sino también un estudio profundo sobre la manipulación y desinformación llevada a cabo por figuras dentro del gobierno y la comunidad de investigación OVNI. Richard Doty y Bill Moore jugaron papeles cruciales en esta trama.
Richard Doty fue el principal arquitecto detrás de la operación de desinformación dirigida a Bennewitz. Al principio, Doty se presentó como un aliado. Sin embargo, lo que hizo fue proporcionar a Bennewitz información falsa y manipulada, confirmando y exacerbando las teorías que Bennewitz ya sospechaba. Cosa que el propio Doty ha reconocido públicamente.
Doty alimentó las creencias de Bennewitz con historias sobre bases subterráneas extraterrestres, abducciones y experimentos genéticos. Una de las tácticas empleadas fue la entrega de documentos falsificados, como el “Proyecto Acuario”. Estas falsedades no solo convencieron a Bennewitz de que sus descubrimientos eran reales, sino que también lo llevaron a un estado de paranoia creciente.
La manipulación ejercida por Doty y Moore llevó a Bennewitz a un colapso mental. Su creciente paranoia y obsesión por los OVNIs y las bases subterráneas lo condujeron a una espiral descendente que culminó en su internamiento en una institución psiquiátrica. La historia de Bennewitz es un testimonio trágico de cómo la desinformación y la manipulación pueden destruir vidas. Las acciones de Doty y Moore no solo comprometieron la integridad de la investigación OVNI, sino que también arruinaron la vida de un hombre que solo buscaba la verdad.
Una historia compleja que tiene muchos detalles que vale la pena mencionar sobre como las agencias de inteligencia de los EEUU han buscado desde hace décadas el controlar la narrativa OVNI. Nuestra compañera Sonia Gupta del canal AEnigma, nos cuenta todo en el siguiente video:
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Muy interesante! Lamentable lo que le pasó a Paul Bennewitz. Me queda una sensación de enojo al pensar que Richard Doty y Bill Moore no hubieran sido castigados. O tal vez si, tendría que leer más al respecto. Gracias por la info
Hola Jesus, es cierto, una gran injusticia.