Urano puede tener dos lunas pequeñas que nadie ha visto nunca, que orbitan más cerca del planeta que cualquiera de sus otros satélites y realizan patrones ondulados en los anillos del planeta.
Sabemos que están ahí, porque son lo único que explican las alteraciones gravitatorias, pero no podemos verlas. Todo parece indicar que Urano tiene dos nuevas lunas, pero son tan pequeñas y oscuras que la sonda Voyager 2 las pasó por alto cuando visitó el planeta en 1986.
El posible descubrimiento corre a cargo de Rob Chancia y Matthew Hedman, dos astrónomos de la Universidad de Idaho que han revisado precisamente los datos de la sonda Voyager 2, la única que ha pasado cerca del tercer gigante gaseoso en importancia en el Sistema Solar.
Como sus vecinos y parientes gaseosos Júpiter y Saturno, Urano tiene un montón de satélites. Concretamente tiene 27. Parecen muchos, pero son solo una fracción de los 67 de Júpiter o los 62 de Saturno. Además, Urano tiene anillos de polvo y rocas, pero reflejan tan poca luz que no los descubrimos hasta 1977.
Estos anillos son precisamente lo que ha hecho posible el descubrimiento de muchas de sus lunas. La fuerza gravitatoria de los satélites más grandes provoca alteraciones que moldean los anillos. Analizando los datos gravitacionales de la Voyager 2, Chancia y Hedman han encontrado dos alteraciones en los anillos Alfa y Beta que solo se explican por la presencia de dos pequeñas lunas. Según sus cálculos, se trata de dos satélites de alrededor de 4 y 14 kilómetros de diámetro.
En los próximos meses, los astrónomos utilizarán el telescopio espacial Hubble para tratar de localizar las dos lunas. El Hubble ya sirvió para descubrir los cuatro acompañantes de Plutón mucho antes de que la sonda New Horizons llegara al planeta enano. Si la exploración con Hubble falla, habrá que esperar a que alguna agencia espacial decida enviar una sonda orbital al planeta como la Casini de Saturno o las Galileo y Juno de Júpiter.
El estudio ha sido publicado en arXiv y en New Scientist
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