La sonda espacial Voyager 1, lanzada en 1977 para estudiar el Sistema Solar y su exterior, es considerada la nave espacial y el objeto hecho por el hombre más lejano de la Tierra. La nave, que se encuentra en una misión que ya lleva 40 años, ingresó en el espacio interestelar en el año 2012 y se encuentra actualmente a una distancia récord para un dispositivo terrestre: a 21.000 millones de kilómetros de nuestro planeta.
Ahora, la NASA ha comunicado a través de su web que un conjunto de propulsores a bordo de la Voyager 1 se encendieron con éxito este martes tras 37 años sin uso. El aparato, explica la agencia, se apoya en pequeños dispositivos llamados Propulsores de Control de Actitud para orientarse y poder comunicarse con la Tierra. Estos propulsores hacen girar a la sonda para que su antena apunte hacia nuestro planeta.
La novedad es que el equipo que trabaja con la Voyager 1 ha sido capaz de utilizar un conjunto de cuatro propulsores de respaldo, inactivos desde 1980. «Con estos motores que siguen funcionando tras 37 años sin uso, podremos prolongar la vida útil de la nave Voyager 1 en dos o tres años», comentó Suzanne Dodd, directora del proyecto Voyager en el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA.
La página de la NASA señala que desde 2014 los especialistas observaron que los propulsores utilizados para orientar la nave espacial se han estado degradando. Para solucionar el problema, se decidió poner en marcha un conjunto de propulsores que había estado inactivo durante 37 años. Los mismos se denominan Maniobras de Corrección de Trayectoria (TCM, por sus siglas en inglés) y se encuentran en la parte superior de la nave.
El equipo «investigó datos de hace décadas y examinó el software que estaba codificado en un lenguaje ensamblador obsoleto, para garantizar que pudiéramos poner a prueba los propulsores de forma segura», explicó Chris Jones, ingeniero jefe del laboratorio.
Según los especialistas, los TCM mostraron un funcionamiento perfecto tras ser puestos en marcha este martes. En enero próximo, el equipo del proyecto planea hacer que la nave sea propulsada con estos motores y no solo que corrijan la trayectoria.
La prueba del propulsor salió tan bien que es probable que el equipo haga una similar con los de la Voyager 2, la nave espacial gemela de la Voyager 1 que también está en camino de entrar en el espacio interestelar, probablemente en los próximos años.
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